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Mientras se prepara para la entrevista Aurelio González Riancho atiende la llamada de una propietaria que pide consejo sobre una casona protegida en Cantabria, «una joya medieval». Ese es uno de los papeles de Hispania Nostra, la del asesoramiento, tal vez menos conocido ... que el de la denuncia o la alerta: La famosa 'lista roja' que tiene incluidos en Cantabria una veintena de bienes y que en las últimas semanas ha visto un reguero de nuevas incorporaciones. Y habrá más en los próximos días. Médico de profesión, González Riancho es el responsable de la delegación cántabra de esta organización fundada en los años 70 para proteger el patrimonio cultural en toda Europa y que hace algo más de un año constituyó una delegación en Cantabria, de ahí esa actualización de la situación en la región. En opinión de este «enganchado» a la cultura sin la que el mundo «sería muy aburrido» hace falta más financiación, más compromiso y más iniciativas.
–¿Hay más abandono o más control?
–Es un tema de actualización. Ahora hay un equipo buenísimo en Cantabria y estamos actualizando la lista. No solo hay bienes que entran en la lista roja, ahora pasan dos a la verde, la lista de la esperanza. Se lo han tomado en serio, están haciendo cosas y nosotros estamos para ayudar.
–¿Cuál es el papel de Hispania Nostra?
–No somos la inquisición. Meter en la lista roja no me gusta nada, es una llamada de atención. Nosotros también tenemos asesoría jurídica, premios al buen hacer, cualquier cosa que se pueda apoyar o hacer, no económicamente, porque solo somos personas. Es un asesoramiento.
–¿Hay conciencia del cuidado de este tipo de patrimonio?
–Desde que Hispania Nostra se creo en 1976 ha cambiado todo, más leyes, la sociedad. A nivel institucional las cosas están mil veces mejor. A nivel privado hay gente que no puede mantener unos edificios importantes por motivos obvios, pero para eso deben estar esas instituciones. Si hay una iglesia románica heredada y entre las familias no se ponen de acuerdo, pues tiene que intervenir la administración para actuar o para expropiar
–¿Cómo se encuentra Cantabria en comparación con España?
–Hay gente con mucha sensibilidad, que tiene los edificios estupendamente y con gran esfuerzo, y otros, la mayoría de la 'lista roja', como la Torre de Calderón de la Barca (pendiente de revisión) que es un espanto… ¡y es el origen de Caderón de la Barca! ¿ Tú te imaginas que la casa de Shakespeare fuera una cuadra? ¿A que no? Sin embargo, a algunas personas hay que ponerles una estatua y hay mucha gente preocupada que hace un esfuerzo titánico a fondo perdido, y no siempre son ricos…
- ¿Cantabria dispone de legislación suficiente para cuidar este patrimonio?
–Por su puesto, pero no se aplica. Hay una Ley de Patrimonio fantástica, y estamos adscritos a tratados internacionales como el de Florencia del año 2000 del que nace todo.
–Entonces, ¿Qué es necesario ?
–Más concienciación, más dinero… y sobre todo iniciativas. Es un problema de organización absolutamente rigurosa desde el principio. La cultura en Cantabria es el hermano pobre de los gobiernos, no les interesa. Siempre está adscrito a otros departamentos y no la dirige gente con motivación del mundo de la cultura. Hay que sentar a la gente que le interesa este problema, desde abajo, y hacerlo. Que luego sea el hermano pobre, porque sanidad necesita más dinero que el patrimonio, bien, pero algo hay que dar. Ahora mismo no hay ni un solo duro… cada vez que se habla con Cultura la respuesta es 'no hay dinero'. Ahora al menos en España ya hay un ministerio específico de Cultura, y con una persona de la cultura, eso lo ha hecho bien Pedro Sánchez, hay que decirlo. Ha abierto un Ministerio de Cultura, está bien hacer esa reflexión.
–¿Hispania Nostra mantienen reuniones con el Gobierno?
–Nos hemos reunido, sí. Pero la falta de recursos impiden abordar medidas globales. E insisto, tiene que haber iniciativas. En Santander y Cantabria tenemos una cantidad de eventos culturales, de una riqueza tremenda. Todos los días hay algo diferente... pues muchos cuestan cero euros, y se hace… Cuando hay ganas se hacen muchas cosas. No se puede trabajar gratis, claro, pero hay mucha gente que lo hace por amor al arte y eso solo es tener iniciativas. En Corvera de Toranzo se están consolidando las ruinas de la Ermita Medieval de Santa Leocadia, y se está haciendo a base del esfuerzo personal de los vecinos… hay técnicos, arqueólogos, arquitectos. Otras veces, son cosas sencillas que apenas necesitan recursos. En Secadura está la Torre de los Albarado, la familia de Pedro Albarado el lugarteniente de Hernán Cortes. Sólo quedan dos lienzos con unas ventanas góticas comidos por la vegetación, está totalmente tapado. Arreglarla solo supone consolidar esos muros, limpiar la maleza, y poner un cartel que diga qué es. Lo hemos planteado hace años al Gobierno y la respuesta es no hay dinero.
–¿Este patrimonio puede ser un recurso turístico y económico?
–Por supuesto.
–¿Está infrautilizado?
–No hay ninguna conciencia de que pueda utilizarse como un recurso así. El más importante es el prehistórico, por supuesto, pero ¿has visto en Santander o cuando viajas fuera o en la televisión que diga que el patrimonio arqueológico de Cantabria tiene esta y esta y esta cueva o el Mupac? No, en Atapuerca, sí. Allí se hizo una ley apoyada por todas las cortes de Castilla y León. Aquí abrimos el debate del Mupac hace cuatro años y desde entonces cruces de declaraciones y no se ha hecho nada. Y no se trata solo de hacer un edificio… hay que desarrollarlo todo, el Mupac y las cuevas por toda la región, y Altamira aunque sea nacional. Hay que facilitar el acceso a todo ello.
-¿Hay que repensar el modelo o las infraestructuras?
–José Antonio Cagigas fue el mejor consejero de Cultura que ha tenido Cantabria. Lo primero que hizo fue hacer unos catálogos de ese patrimonio. Mal vas a gestionar nada si no sabes lo que tienes. Hizo tres volúmenes, pero llegó el siguiente consejero y los eliminó. No interesaba. Por eso ahora el argumento, cuando pasa algo es: eso no está catalogado. Hemos planteado a esta consejería y a sus predecesoras que los catálogos son absolutamente imprescindibles. No se puede gestionar si no hay control.
–La figura de los parques arqueológicos incluida en la Ley de Patrimonio no se ha llegado a ejecutar en la región…
–No se ha hecho nada. El Pendo, a 10 km de Santander, Patrimonio de la Humanidad, y se llega por un camino en el que sólo cabe un coche. Allí encuentras una caseta de obra cubierta de madera con un guía que en invierno en la tarde está muerto de miedo porque no sabe qué se va a encontrar. ¿Qué hacen en La Borgoña, qué han hecho en Atapuerca? Encuentran un esqueleto, lo datan y sacan un museo. Es muy bonito, pero no se puede comparar con las joyas que hay en el Mupac y, sin embargo... no se conoce.
–¿Ese concepto de conjunto que aplica al patrimonio prehistórico podría trasladarse al inmobiliario?
–Sin duda. Y sería una forma de proteger su futuro. Hay edificios muy especiales.
–¿El desconocimiento es un problema?
–Sí.
–¿ Se está a tiempo de cuidar y recuperar el patrimonio que vigila Hispania Nostra?
–Todo está a tiempo. Hay algunas cosas que ya han pasado a la lista negra porque no tienen solución. Pero tampoco hay que ser demasiado estrictos. La fábrica de armas de la Cavada, el pueblo ha ido creciendo y ganando a la fábrica. No se puede hacer ya nada. Hay algunos castillos como el de Escalante del que sólo quedan cuatro piedras, tampoco se puede hacer ya nada. Pero todo lo que esta en la lista roja sí, y recuperarlo como recurso.
–¿Hace falta más legislación o más financiación?
–La legislación es suficiente, hace falta más financiación y compromiso. Chiloeches estaba protegido, pero el ayuntamiento cambia la protección a su voluntad, porque las administraciones locales tienen competencia para hacerlo.
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