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Explican los médicos que la adrenalina genera adicción; que proporciona un chute químico natural que se alimenta de las emociones fuertes. Sólo así se explica la imprudencia de algunas personas que el pasado miércoles, con Cantabria entera golpeada por la borrasca 'Kirk', hicieron caso omiso de los avisos por fenómenos climatológicos adversos y decidieron echarse a la calle para luchar contra los elementos. Con media Cantabria recluida en casa, suspendidos los deportes al aire libre y con los bomberos y la policía en vilo por la cantidad ingente de llamadas que llegaron al 112, hubo quien encontró el sentido a salir a la calle como si fuera verano. O será, tal vez, que no quisieron alterar su rutina diaria. Como la mujer que a media mañana decidió darse un baño en la playa que en los últimos años se ha formado en la rampa del Mundial de Vela, frente a La Fenómeno, en Santander.
Un lugar especialmente peligroso, no ya por el oleaje enloquecido que dominó la bahía durante toda la jornada por el fuerte viento sur, sino porque un revolcón podría haber terminado con la persona golpeada contra el suelo, que no hay que olvidar que, aunque está cubierto por una fina capa de arena, es de hormigón.
En la playa de La Concha (Suances), un kitesurfista opinó que el fuerte viento –que alcanzó los 205 kilómetros por hora (Km/h) en Picos de Europa– era el combustible idóneo para dar rienda suelta a la velocidad. «Hubo personas que desde la costa lo observaron y llamaron al 112 para alertar, pensando que no iba a poder salir», explica Samuel Ruiz, director del Servicio de Emergencias de Cantabria (112).
El servicio llegó a movilizar a los rescatadores, que finalmente no tuvieron que intervenir porque el deportista salió del agua por su propio pie y afirmó que en ningún caso había perdido el control de la situación. «También sucede que la percepción de peligro es diferente para según qué personas;pero en todo caso no me parece muy lógico meterse en el mar si hay aviso naranja por fenómenos costeros», censuró Ruiz. Lo recomendable es hacer caso de los consejos que ofrecen las autoridades cada vez que acontece un fenómeno climatológico de estas características. «El primero, que es el más lógico, es el de no hacer actividades al aire libre si hay vientos de hasta 205 Km/h y un mar agitado que puede ser un peligro».
Algo que puede ayudar a cambiar de actitud a muchos atrevidos será el nuevo decreto, que todavía está en trámite, que actualizará las condiciones por las que el Gobierno tendrá potestad para multar a los temerarios. «Se va a seguir rescatando a todo el mundo, evidentemente;pero el objetivo es que quien haga las cosas mal, ignorando los avisos o poniendo en peligro su vida o la de los rescatadores por una imprudencia, sea multado», asegura el responsable del 112.
Desde que el PP ganó las elecciones en Cantabria el año pasado, está sobre la mesa el cambio de modelo de sanciones por imprudencias en la montaña, en el mar o en cuevas que obligan a desplegar al equipo de emergencias. El último caso conocido ha sido el de los dos espeleólogos que tuvieron que ser rescatados el pasado junio en una cueva de Soba. El Gobierno los multó con 3.875 euros por no haber comunicado su actividad al 112, como requiere el protocolo actual. Por suerte para ellos fue la empresa aseguradora la que se hizo cargo del pago.
Tanto la capital campurriana como los municipios anexos han dedicado la jornada de ayer a acondicionar las calles y tratar de recuperar la normalidad tras los desperfectos causados por el temporal vivido el pasado miércoles. Desde el Ayuntamiento de Reinosa han confirmado a este periódico que el día de ayer se ha dedicado en su mayoría a la limpieza de las hojas arrastradas por el aire en las calles y alcantarillado, así como la retirada de los árboles y el ramaje, como algún cable eléctrico afectado por la caída de elementos o, sencillamente, por el fuerte viento. Destacó la clausura del cementerio San Esteban durante la mañana, mientras los técnicos del ayuntamiento procedieron a retirar un pino caído en el camposanto, que no causó daños. Por su parte, el 112 intervino hasta en una docena de puntos diferentes para atender incidencias que, por saturación de los servicios, no pudieron ser atendidas el mismo día del temporal. Se acudió a acondicionar y limpiar las pistas de pádel de Nestares; o a Campoo de Enmedio, donde hubo tejados levantados. Los trabajos de limpieza continuarán a lo largo de la semana, ya que hay mucha vegetación por las calles, y se siguen asegurando algunos tejados especialmente afectados por el viento, ante la posible amenaza de caída de tejas a las aceras.
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