Un incendio provocado por petardos obliga a desalojar un chalé en la zona de El Alisal

«No sé si fue un petardo, si fue por este viento... nadie lo sabe. De pronto se incendió todo muy rápido», explicaba esta mañana Carmen García Casquero, vecina de una de las viviendas más próximas al lugar donde se produjo el incendio, una finca con zarzas y matorrales. «La verdad es que nos enteramos porque vinieron a contárnoslo. Habíamos terminado de cenar y de comer las uvas: al levantar las persianas nos encontramos con todo el fulgor».

«Los vecinos de los chalés salimos con las mangueras para humedecer la zona, porque las llamas eran demasiado grandes como para poder apagarlas. El viento empujaba el fuego hacia las casas y daba la sensación de que podía alcanzarlas».

Según esta vecina, la Policía llegó enseguida. «Los bomberos tardaron un poco más, aunque es posible que en esa situación la espera se nos hiciese un poco más larga. Es cierto que cuando se llamó al 112 dijeron que ya habían recibido el aviso». Para el momento en que llegaron, el fuego había dejado ya de ser una amenaza.

Episodios similares, aunque de menor gravedad, se produjeron en la Avenida de los Castros y en Peñacastillo, en los que igualmente se apunta al uso de pirotecnia como causante de los incendios de vegetación. También se quemaron dos contenedores de basura en las calles Juan de Herrera y Pérez Galdós.

En total, los bomberos de Santander realizaron treinta intervenciones en la última guardia del año.

Si la noche resultó movida para los bomberos de Santander, para la Policía, tanto Nacional como Local, resultó inusualmente tranquila, sin que se registrasen incidencias relevantes, más allá de las inevitables peleas de borrachos. La mayor parte de los requerimientos ciudadanos estuvieron relacionados con avisos por el lanzamiento de petardos, discusiones familiares y vecinos molestando. Los Grupos de Atención al Ciudadano, Unidad de Prevención y Reacción y Grupo Operativo de Respuesta, protagonizaron algunas intervenciones en respuesta a llamadas alertando de riñas y peleas, que prácticamente se resolvieron con su simple presencia.

En Torrelavega, según el balance de actuaciones policiales de Nochevieja, tampoco se produjeron incidentes destacables. En el resto de la región, los bomberos del 112 tuvieron que realizar salidas para apagar algún fuego de escasa entidad. Así, en Boo de Piélagos tuvieron que extinguir un incendio que se declaró cerca de la urbanización Río Pas; en Noja, apagaron unos contenedores ardiendo y, esta misma mañana, en Laredo, hicieron otro tanto con un coche que se estaba quemando.