Secciones
Servicios
Destacamos
Veinte años han pasado desde que un jovencísimo Íñigo de la Serna diera sus primeros pasos en la política. Lo hizo de la mano de José Luis Gil, como jefe de gabinete. Desde entonces hasta ahora, De la Serna ha sido concejal, alcalde, diputado regional, ... presidente de los municipios españoles y ministro. Un amplísimo currículum político para un ingeniero de 47 años que ahora mira a la empresa privada.
Tras unos primeros años centrado en su actividad profesional, De la Serna dio el salto a la política apadrinado por un histórico dirigente del PP : José Luis Gil. Durante los cuatro años (1999-2003) en los que ejerció como jefe de gabinete del entonces consejero de Medio Ambiente, De la Serna ayudó a gestionar los coletazos de la crisis del Prestige en la costa cántabra. Una labor que le colocó en primera línea e influyó en que el entonces alcalde de Santander, Gonzalo Piñeiro, pensara en él para dirigir la Concejalía de Medio Ambiente, Aguas y Playas en el Ayuntamiento. Fue una de las cinco caras nuevas que aquel mayo de 2003 se incorporaron al Consistorio. Otra de ellas fue la de Gema Igual, que durante las tres últimas legislaturas ha sido su mano derecha.
Íñigo de la Serna en el PP empezó a crecer políticamente en aquellos primeros años. El partido afrontó una profunda renovación con la marcha de José Joaquín Martínez Sieso y la llegada de Ignacio Diego a la presidencia de una formación que acababa de ser desbancada del Gobierno regional por la coalición PRC-PSOE. En ese contexto de regeneración, el todavía concejal de Medio Ambiente de Santander fue elegido vicesecretario general del PP cántabro durante el Congreso de 2004. De la Serna y Diego, que en aquel momento mantenían una estrecha colaboración, se convirtieron en las caras más visibles de la recién estrenada etapa del partido. Y sólo dos años después, el ingeniero que se estrenó en política luchando contra el chapapote fue designado por el PP para suceder a Piñeiro como candidato a la Alcaldía de Santander en las elecciones municipales de 2007.
De la Serna cumplió las expectativas y revalidó la mayoría absoluta del PP en Santander, además de ser nombrado diputado regional. Con 36 años se convirtió en el alcalde de capital más joven de todo el país. De sus primeros cuatro años al frente del Consistorio destacaron iniciativas como la candidatura a Capital Europea de la Cultura 2016 –que finalmente no logró Santander–, la adhesión al pacto europeo de alcaldes y la creación del proyecto Ciudades Digitales. Tres apuestas que ya dejaban entrever el ímpetu por «situar a Santander en el mapa mundial», como remarcó al tomar posesión en el cargo y que, a la postre, marcaría sus mandatos y su carrera política.
En casa, sus primeros meses como alcalde quedaron marcados por la tragedia del Cabildo, donde tres vecinos fallecieron al derrumbarse su casa. Desde ese momento, el proyecto para regenerar uno de los barrios más olvidados de Santander encabezó su agenda urbanística, pero nunca llegó a materializarse por la ausencia de fondos en plena crisis económica.
Sin apartar la mirada de la proyección internacional de la ciudad, De la Serna tuvo en la regeneración urbanística de la capital una de sus principales obsesiones: la recuperación de suelo del frente marítimo para la ciudad, la peatonalización del centro, la construcción de un millar de viviendas sociales y la apertura de los espacios ferroviarios en Castilla-Hermida. Y, sobre todo, coser la ciudad para solventar la histórica desconexión norte-sur. Fue cuando empezaron a asomar las primeras escaleras mecánicas que ya están consideradas como parte del mobiliario urbano.
En aquella primera legislatura, De la Serna fue una de las voces más críticas del PP con la gestión de Gobierno PRC-PSOE en Cantabria. Sus enfrentamientos con Miguel Ángel Revilla, por lo que él consideraba un «abandono de la ciudad», llegaron a exceder el ámbito municipal y le convirtieron en un referente del partido. También por aquel entonces comenzó a distanciarse, tanto en privado como en puntuales ocasiones en público, de Ignacio Diego.
En el tramo final de aquella primera legislatura se gestaron dos de sus proyectos estrella para la transformación de la ciudad. En mayo de 2010 se escuchó por primera vez el término «SmartSantander», el empeño personal del alcalde por convertir la capital cántabra en el primer modelo de ciudad inteligente de Europa, con un cambio de modelo enfocado en la innovación. Y aquel mismo verano se anunció el proyecto del Centro Botín y su diseño por el arquitecto genovés Renzo Piano, una apuesta de más de 70 millones de euros de inversión privada para competir con el efecto Guggenheim de Bilbao y convertir a Santander en una potencia cultural y turística.
Su salto al escenario político nacional se consumó en su segunda legislatura como alcalde, en la que ya no ocupó su escaño en el Parlamento regional. En mayo de 2011, empujado por el tsunami del PP en todo el país, De la Serna logró un resultado histórico en Santander y mejoró la mayoría absoluta conseguida cuatro años antes. Se convirtió, así, en el cuarto alcalde más votado de España, obteniendo el mayor récord de su partido en la ciudad con el 56% de los votos. Además, su triunfo estuvo acompañado por el regreso al Gobierno de Cantabria del Partido Popular, con Ignacio Diego como presidente.
Su vínculo con el entorno de la cúpula del PP en Madrid se consolidó con su llegada a la «Alcaldía de los alcaldes». En julio de 2012 fue nombrado presidente de la Federación de Municipios y Provincias (FEMP), un cargo que le catapultó a la primera línea política nacional. Su intención de lograr la «unidad y transparencia en el municipalismo» estuvo plagado de obstáculos. Sobre todo, tras el intento de reforma de la Administración Local que enfrentó al PP con el resto de partidos y cuyas negociaciones encabezó el propio regidor hasta que dejó el cargo, en septiembre de 2015.
Con su apuesta por la innovación y por el modelo de la smart city se ganó el apodo de «alcalde viajero», debido a sus frecuentes visitas a otros países para asistir a foros especializados. De hecho, estuvo al frente de la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI) desde su fundación en el año 2012 hasta el mes de mayo de 2016. Los cargos ajenos a la actividad municipal se le acumularon desde entonces, como la Presidencia del Consejo de Municipios y Regiones de Europa (CMRE) y su participación en el Consejo para la Agenda Global del Foro Económico Mundial.
En su segunda legislatura se produjo uno de los hitos de su mandato. Santander acogió el Mundial de Vela y aprovechó la celebración del evento para cambiar la cara urbanística de Gamazo y Varadero, con la recuperación de espacios en primera línea de costa y la construcción de la duna de Zaera. De la Serna también puso en marcha entonces el proyecto de su «anillo cultural» para potenciar las infraestructuras culturales de la ciudad con el Centro Botín como gran hito.
Las últimas elecciones, en mayo de 2015, el alcalde sufrió el desgaste del PP en todo el país y perdió su mayoría absoluta. Para mantener el bastón de mando se vio obligado a firmar un pacto de investidura y regeneración con Ciudadanos, que le garantizó un mandato tranquilo hasta que fue llamado por MarianoRajoy para coger la cartera de Fomento. Su salto a Madrid se produjo en noviembre de 2016 justo una semana después de que el Tribunal Supremo anulará el Plan General de Urbanismo, el plan de planes que ampara toda la gestión urbanística que ha desarrollado durante sus años en la Alcaldía.
Su figura fue cobrando poco a poco más protagonismo dentro de la Administración con el apoyo de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, su principal valedora en el gabinete. Tuvo un arranque convulso durante los primeros 10 meses de la legislatura. El temporal que dejó atrapadas a miles de personas en las carreteras en el Este peninsular, el rescate a las autopistas quebradas, estibadores, huelga del Prat, crisis en el sector del taxi... Y eso sin entrar en los conflictos regionales. A pesar de saltar de Santander a Madrid para dirigir una de las carteras con más peso, la que más capacidad inversora tiene del Estado, De la Serna se convirtió en un ministro omnipresente en Cantabria, con una visita cada 18 días. En este tiempo, resucitó la llegada de la Alta Velocidad hasta Reinosa, un proyecto que ahora está en entredicho, firmó los convenios para impulsar las reordenaciones ferroviarias, impulsó los proyectos para mejorar las comunicaciones por carretera y anunció obras a futuro por cerca de 3.000 millones.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.