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«Hemos tenido que dormir tirados en el suelo del aeropuerto de Barcelona», explicaban este martes Loli y su pareja a este periódico tras ... aterrizar en el Seve Ballesteros a las 17.20 horas. Tuvieron que hacer noche allí porque su vuelo se canceló. Estos vecinos de Torrelavega tenían previsto llegar a la capital cántabra durante la tarde del lunes. Pero su vuelo fue uno de los 110 que salían de la ciudad condal y que se cancelaron durante la jornada del lunes por las protestas convocadas por la organización Tsunami Democrátic tras la publicación de la sentencia del 'procés' y que colapsaron el aeropuerto de El Prat en Barcelona.
La pareja decidió madrugar el lunes e ir pronto al aeropuerto para intentar anticiparse a los problemas que ya intuían que podrían encontrarse. «Imaginábamos que habría jaleo», pero no tanto. Y no pudieron evitar encontrarse de frente con las movilizaciones. Los contratiempos empezaban a la entrada de El Prat donde estaba la policía «pidiendo la documentación» a todo el que quisiera entrar. De modo que, para poder pasar, era necesario enseñar el DNI y la tarjeta de embarque del vuelo correspondiente. Todo ello para nada, porque su avión no llegó a despegar. Y, una vez que ambos consiguieron entrar, ya no pudieron salir. «Nos tuvimos que quedar dentro, estaba imposible». Allí pasaron casi 24 horas. La compañía aérea les reubicó en otro vuelo, el de la misma hora, pero del día siguiente. «Esa fue la única solución que nos ofrecieron».
La pareja, con el cansancio reflejado en la cara, celebraba estar finalmente en casa. «Por fin estamos en nuestra tierra», decían mientras abandonaban el Seve Ballesteros, tras una experiencia que definieron como «inhumana». Primero tuvieron que dirigirse a AENA para consultar las opciones de reclamación y porque, además, «tenemos el coche en el aparcamiento», explicaban.
Montserrat, vecina de Barcelona, también tenía previsto llegar a Santander el lunes por la tarde -concretamente en el mismo vuelo que los vecinos de Torrelavega-. «Cuando ya estábamos embarcando nos avisaron de que nuestro vuelo se cancelaba». Y, sin más explicación, se quedó en tierra. Cuando llegó al aeropuerto ella también se topó con la policía. «Si no enseñabas la documentación no te permitían entrar», comenta. En resumen: «Estaba todo el aeropuerto colapsado». La compañía aérea le reubicó y aterrizó ayer con normalidad, cumpliendo el horario programado, «sin problemas» porque en El Prat ya respiraba «tranquilidad».
Tras la jornada que se vivió el lunes en el aeropuerto barcelonés, algunos pasajeros no estaban muy convencidos de que el vuelo en el que les reubicó la compañía aérea operaría con normalidad ayer. Entonces decidieron comprar un billete con otra aerolínea. Es el caso de Mari Luz Álvarez y su marido, ambos vecinos de Santander. La pareja quiso evitar más problemas con la compañía que, además, «ofrecía pocas soluciones porque dicen que no es culpa suya y que les ha pillado por sorpresa». Por ese motivo aterrizaron en el Seve a las 13.10 horas del mediodía en lugar de por la tarde. No obstante, mientras esperaban ese vuelo, también tuvieron que pasar una parte de la noche en el aeropuerto de Barcelona porque «todos los hoteles estaban completos». Al final, a medianoche, pudieron salir de El Prat e ir a casa de su hijo. «Ha sido un día horrible y una faena», señalaba Mari Luz.
Aunque la jornada de ayer parecía más tranquila, todavía se respiraba nerviosismo entre los que salían del Seve Ballesteros rumbo a Barcelona y los que hacían el viaje contrario. «Estamos algo tensos porque, aunque hoy parece que está todo controlado, no lo tenemos nada claro», señalaba Maribel, vecina de Barcelona que mostraba preocupación por la situación que iban a encontrarse en el Prat. Igual que Emilia, a quien le esperaba su hijo en Barcelona. «No sé si le dejaran entrar a buscarme», decía antes de embarcar. Algunos de los que venían de la Ciudad Condal, para evitar problemas, optaron por madrugar.
«Hemos ido pronto al aeropuerto por si acaso», explicaba Carlos. Eso sí, «en el avión había mucha gente reubicada», añade. Wendy Navarro, su acompañante, comenta la suerte que tuvieron de, finalmente, decantarse por comprar su billete de vuelta para el martes en lugar del lunes. «Si hubiéramos cogido el regreso ayer (por el lunes), no habríamos llegado porque fue todo un caos».
Después del caos del lunes, la jornada de ayer transcurrió con más normalidad en el aeropuerto de El Prat, lo que llevó a que hubiera menos cancelaciones. En Barcelona apenas hubo incidencias y de los tres aviones que tenían previsto aterrizar en el Seve Ballesteros de Santander durante la jornada, tan sólo uno de ellos fue cancelado, el de primera hora de la mañana, según informaron fuentes de AENA. El vuelo que tenía que llegar de Barcelona a las 08.30 horas no lo hizo y, por tanto, tampoco despegó de la capital cántabra el que tenía la salida prevista para las 08.55 horas. El resto de aeronaves conectados con la ciudad condal, operaron con normalidad durante todo el día.
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Ana del Castillo
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