Secciones
Servicios
Destacamos
La banca no termina de ofrecer una buena rentabilidad por los depósitos; la bolsa da muchos sustos; y hay tantos productos financieros como letra pequeña que a la larga puede traer sorpresas. La gente huye de todo eso, busca seguridad, y pese a los agoreros ... que avanzaban que nada volvería a ser igual tras el estallido de la burbuja inmobiliaria de 2009, el sector, de nuevo, ha vuelto a la casilla de salida. El ladrillo, a día de hoy, se ha vuelto a convertir en un depósito seguro. No pierde valor, y además, tal y como están los tiempos y los precios del alquiler, aporta una alta rentabilidad.
«Este inicio de año ha sido frenético. Así como en otros ejercicios se notaba un parón en enero y febrero, esta vez no ha existido. Se ha vendido hasta lo feo», concreta Galia Fuentes, responsable de Inmobiliaria Mikeli, en Santander. Son inversores, en su mayoría, particulares. Hay mucho comprador foráneo, con especial incidencia de madrileños pero también extranjeros. «Lo arreglan un poco, lo dejan presentable, y lo ponen en alquiler porque ya se ha demostrado la alta rentabilidad de este modelo», señala José Andrés Cuevas, al frente del Grupo San Fernando. Ese es el plano más luminoso, el más optimista, el que habla de una ciudad que se está convirtiendo en un referente turístico estival europeo.
El reverso de la moneda es el impacto que todo esto está teniendo en el sector inmobiliario con una oferta cada vez más escasa, unos precios cada vez más disparados y un mercado, en su conjunto, inaccesible para la mayoría. «Cada vez hay menos pisos, se puede decir, de hecho, que no hay pisos», lamenta Agustín Martínez, responsable de la inmobiliaria Activa Norte y miembro de Afilia, la asociación que agrupa a los profesionales del sector. «Se ha construido muy poco en los últimos años y sin embargo la población cántabra ha continuado creciendo. Es obvio que tenemos un problema porque así, las cuentas no salen», critica Martínez, que además pone el foco en las dificultades para encontrar viviendas para alquiler tradicional.
En Mikeli lo han cuantificado: «Podríamos decir que si hasta hace muy poco tiempo la realidad era de alrededor de un 70% de pisos dedicados a alquileres fijos y un 30% al temporal (inferior a un año) y turístico (menos de un mes), ahora esos porcentajes se han invertido», constata Fuentes. Hay zonas como Valdenoja, El Sardinero y la S-20, «que están de moda», donde este fenómeno está creciendo sin freno. «Estamos hablando de que Santander es una ciudad muy agradable para las vacaciones, que está todo muy accesible, que el clima es templado y agradable... Mucha gente que antes se iba a Marbella ahora viene aquí», confirma la responsable de Mikeli.
No ha ayudado a frenar este cambio, dicen los profesionales del sector, la nueva Ley de Vivienda. Las «pocas garantías» que tiene el arrendador están llevando a muchos a cerrar el grifo al alquiler fijo. «Los propietarios se quejan de que si alquilan de forma fija no pueden subir la renta ni el IPC, de las cada vez más numerosas dificultades para los desalojos en caso de impagos o de las obligatoriedades para renovar los contratos por varios años», critica Martínez.
Se ha desdibujado tanto el mercado que algunos expertos ya avanzan un pinchazo de esta burbuja del alquiler. «Lo que estamos empezando a ver es que se está dando la vuelta a la tortilla», argumenta Cuevas. «El traspaso de tantos pisos de alquiler fijo a turístico ha reducido tanto la oferta de fijo que al final la rentabilidad para el propietario está siendo parecida. Si seguimos así, lo lógico sería que el alquiler fijo volviera a recuperar el espacio perdido, aunque claro, con la nueva realidad de precios, mucho más elevada», explica.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.