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Los 48 trabajadores del servicio de diálisis contratado por el Servicio Cántabro de Salud (SCS) acuden cada día a sus puestos, en la sede ... del Zoco Gran Santander, en Peñacastillo, con la «inquietud» de no saber si están en una cuenta atrás. «No podemos vivir con la incertidumbre de si nos van a echar a la calle», dice Roberto Rebollar, portavoz de los empleados, que el año pasado protagonizaron una larga huelga por las condiciones laborales de la empresa que ha gestionado el servicio hasta ahora (Fresenius Medical Care). Su preocupación surge a raíz del relevo en la adjudicación, puesto que, según el pliego del contrato, no está contemplada la subrogación de la plantilla actual. Un revés con el que no contaban los trabajadores, que confiaban en el mensaje tranquilizador que les transmitió hace un año Raúl Pesquera cuando fue nombrado consejero de Sanidad.
«Le pedimos expresamente que la subrogación estuviese presente en el nuevo pliego», señala Rebollar, «y se comprometió a que así sería». Pero «todo parece indicar» que la realidad es diferente. Por eso, los trabajadores del servicio, a través del sindicato UGT, exigen que se modifique cuanto antes ese pliego. Según explica el portavoz, «por razones técnicas y administrativas», existen muchas posibilidades de que la futura concesionaria preste el servicio en unas nuevas instalaciones y se cierre el centro del Zoco. «Esto supone que no va a existir ningún traspaso de unidad productiva entre la empresa saliente y la entrante».
La adjudicación de la Hemodiálisis está cerca de resolverse, dado que la mesa de contratación ha dado el visto bueno a Diaverum Servicios Renales SL, la única aspirante, por 11.195.539 euros, a sustituir a Fresenius. En principio, será Diaverum la que decidirá si la clínica mantiene a los actuales profesionales o contrata a otros nuevos. «Nosotros no queremos quedarnos porque nos elijan. Lo que buscamos es que quede por escrito esa subrogación porque de lo contrario perderíamos la antigüedad de tantos años trabajados. Esto para muchos empleados supone una gran parte del salario», lamenta el delegado sindical.
«El enfado y la preocupación» de la plantilla es evidente. Temen quedarse sin empleo, pero les «indigna» que, además, les hayan «mentido en la cara». «Nos han dicho una cosa pero luego han hecho lo que realmente les convenía económicamente. Los trabajadores no merecen ser tratados así», añade Rebollar. Desde el sector de Sanidad de la Federación UGT recuerdan que llevan semanas denunciando esta situación y «sólo recibimos buenas palabras pero ninguna solución». También reprocha a Sanidad su incongruencia porque «defiende la garantía de la calidad asistencial, los derechos laborales y la estabilidad en el empleo pero no aplica una política consecuente para ello en los servicios que son de su competencia».
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