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Actuar con rapidez puede salvar vidas. Esa es la razón por la que desde hoy la presencia de desfibriladores es obligatoria en determinados espacios de uso público. Así lo recoge la última orden de la Consejería de Sanidad publicada ayer en el Boletín Oficial de ... Cantabria (BOC). La atención temprana en situaciones de parada cardiaca puede marcar la diferencia entre salvar o perder a alguien. Y es que el tiempo de espera que se produce desde que se avisa a emergencias hasta que los profesionales sanitarios se desplazan hasta el lugar del incidente puede suponer un desenlace fatal para el afectado.
La presencia de desfibriladores será obligatoria en establecimientos de uso público que se adecúen a determinadas características. Las instalaciones de transporte como las estaciones de tren y autobús, el aeropuerto y el puerto deberán contar con este dispositivo. También será obligatorio en centros comerciales y tiendas con una superficie de más de 500 metros cuadrados -añadiéndose uno más por cada 1.000 metros cuadrados-, establecimientos públicos y privados con una afluencia media de 500 personas diarias, instalaciones deportivas con más de 350 usuarios diarios y centros educativos con un aforo superior a 1.500 personas.
Desde cuándo Desde hoy es obligatoria la instalación de desfibriladores externos automáticos en determinados espacios de uso público. La norma se publicó en el Boletín Oficial de Cantabria de ayer.
En dónde En instalaciones de transporte, en centros comerciales, establecimientos con una afluencia media de más de 500 personas, instalaciones deportivas con más de 350 usuarios y centros educativos.
Quién puede usarlo Aunque lo idóneo es que lo utilicen médicos, enfermeros, técnicos en emergencias sanitarias o personas con la titulación, en última instancia puede usarlo cualquiera previo aviso al 061.
Aunque, como último recurso, puede utilizarlo cualquier persona, hay varios colectivos que tienen preferencia. Los médicos, enfermeros, técnicos en emergencias sanitarias o aquellos que hayan realizado cursos de formación para su uso serán los más indicados para utilizar el aparato en caso de que alguien sufra una parada cardiaca en alguna de estas localizaciones. Si no hay nadie disponible con esas características, cualquiera podrá usarlo previo aviso a emergencias sanitarias (061).
Con esta nueva orden, la Consejería de Sanidad apuesta por la ampliación de espacios cardioprotegidos en la región, facilitando la atención precoz, inmediata y segura. La norma apuesta también por la formación de un mayor número de personas en reanimación cardiorrespiratoria y regula la necesidad de actualización permanente de los conocimientos necesarios para su uso.
Los establecimientos que instalen los desfibriladores deberán cumplir una serie de requisitos. Los dispositivos deben situarse en un lugar accesible y señalizado y también tienen que contar con una conexión automática con el 061 que avise de manera inmediata a los servicios de atención sanitaria -esto no será obligatorio en desfibriladores instalados con anterioridad-. Los materiales disponibles deben ser parches de desfibrilación de adulto -es aconsejable que también haya infantiles-, un sistema de registro informatizado de los sucesos, una maquinilla rasuradora, gasas y tijeras corta-ropas. Los responsables de las entidades también deberán cumplir con unas obligaciones, como comunicar la instalación, el cambio de ubicación y la retirada del aparato a la Gerencia de Atención Primaria, responsabilizarse de su revisión y mantenimiento, proporcionar formación al personal y garantizar la disponibilidad de personal formado durante el horario de apertura.
Los desfibriladores que exige Sanidad son los denominados DEA (Desfibrilador Externo Automático). Son de «fácil manejo», diseñados para que lo usen personas que, sin los conocimientos necesarios para hacer una reanimación cardiorrespiratoria, puedan atender una urgencia mientras llega el personal sanitario. Estos aparatos son capaces de analizar el ritmo cardiaco, identificar las arritmias mortales en las que es preciso realizar una desfibrilación y administrar una descarga eléctrica para restablecer el ritmo cardiaco con seguridad.
Desde la Consejería de Sanidad afirman que «la cardioprotección con desfibriladores es una de las herramientas más eficaces para atender con éxito las emergencias cardiacas y mejorar la tasa de supervivencia de las enfermedades del corazón como el infarto y la angina de pecho». Son, actualmente, las principales causas de fallecimiento en el mundo. Estiman que «en España se producen aproximadamente 30.000 nuevas muertes por esta patología». También hacen hincapié en que la cifra puede reducirse significativamente con un uso apropiado de los dispositivos y una actuación rápida: «En los cinco primeros minutos».
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