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Ángel Pazos (Ferrol, 1956) afronta el último año de su mandato al frente de la Universidad de Cantabria (UC) satisfecho por los compromisos «cumplidos» durante los tres primeros, entre ellos la puesta en marcha de un Plan Estratégico sobre el que se construirá el ... futuro de la institución académica. El rector no tiene aún decidido si se presentará a la reelección, pero sí apunta que se encuentra «más fortalecido que nunca» tras las acusaciones y amenazas recibidas en los últimos meses, ante las que encontró «un respaldo absoluto» tanto dentro como fuera de la universidad.
-¿Qué balance hace de sus primeros tres años como rector?
-Si se analiza con perspectiva, la UC ha consolidado su situación como cuarta universidad más productiva de España, la primera en rendimiento investigador, hay varias áreas en las que estamos entre las 200 primeras universidades del mundo según el ranking de Shanghai... Es una foto que demuestra que la UC va bien, aunque, lógicamente, queda mucho trabajo por hacer. Y después, en áreas más concretas, hemos cumplido muchos de los compromisos de legislatura que nos planteamos.
-¿Por ejemplo?
-Empezar a producir una revitalización de plantilla: entre el poco presupuesto y el bloqueo de la tasa de reposición, la UC había vivido unos años sin ninguna capacidad de estabilizar a la gente más joven, de crear nueva plantilla. Hemos dado pasos muy importantes en el Personal Docente e Investigador (PDI) y hemos empezado ya el mismo proceso de nuevas plazas y estabilización de plantilla en el Personal de Administración y Servicios (PAS). En lo que respecta a los alumnos, hemos fraccionado en tres plazos el pago de la matrícula, con el compromiso de ir el año que viene a un cuarto. A lo que se unen las reducciones de los precios de matrícula de los grados y de los másteres, una decisión del Gobierno cántabro que hemos compartido y celebrado. Estas dos cosas permiten que ningún estudiante tenga problemas para acceder a la UC por razones económicas.
-Encara ya la recta final de su mandato, ¿cuáles van a ser las prioridades de este último año?
-Definir y desarrollar los primeros pasos del Plan Estratégico 2019-2023 en cada uno de los siete ejes -Formación, Investigación, Colaboración con la empresa, Buen Gobierno, Transformación digital, Estudiantes y Empleabilidad e Internacionalización- sobre los que se sustenta y sobre los que se va a construir el futuro de la UC.
-En los últimos años han crecido exponencialmente los alumnos que se decantan por la Formación Profesional (FP) por su alta empleabilidad. ¿Se ha convertido en la gran competencia de la universidad?
-No, creo que no. Lo que sí creo es que la universidad española tiene que dar un paso que casi no ha dado: el Gobierno central debería poner en marcha la enseñanza dual, un híbrido entre una titulación universitaria y una de FP. Hay estudios que se beneficiarían de tener una parte de grado universitario combinada con otra de formación eminentemente profesional. Es algo que está funcionando bien en otros países.
-Pero el mensaje de la que la universidad es una cantera de parados sigue vigente.
-Ese mensaje no es cierto. El cuarto estudio de empleabilidad que acabamos de publicar nos dice que a los tres años de acabar la carrera, el 86% de los titulados en la UC está trabajando, la gran mayoría en un empleo claramente relacionado con su titulación. Y del otro 14%, la mitad ha trabajado en esos tres años pero ahora no lo está haciendo. Cuando uno coge la franja de población de 25 a 34 años, el paro es de un 20%, pero si eres titulado de la UC, un 14%. Claramente nuestros titulados tienen un grado de empleabilidad mayor que la misma población de edad que no tiene estudios universitarios.
-¿Qué le pide a los nuevos gobiernos que salgan de las próximas elecciones autonómicas y generales?
-Desde la neutralidad política más absoluta, le pediría al Gobierno de Cantabria que resulte de las urnas que continúe en la línea marcada en estos últimos años. Es decir, que mantenga el apoyo presupuestario creciente -en 2019 se han destinado 77,4 millones, más que nunca-; que mantenga la sintonía con la UC, que ha sido francamente buena; y que mantenga las competencias de Universidad e Investigación juntas y en una consejería específica diferente a la de Educación. Este modelo ha funcionado muy bien.
-¿Y a nivel nacional?
-Que de una vez afronte la necesaria reforma que tiene que hacerse de la Ley de Universidades. Hay que redefinir lo que es la universidad española, su modelo de financiación, sus prioridades, su política de personal, su gobernanza, la ordenación académica...
-El juzgado ha archivado la denuncia por prevaricación que presentó contra usted el profesor Agüeros.
-Sí, así es, ha sido archivada. Como yo estaba convencido, no había la menor prueba de prevaricación y cuando en el juzgado se ha residenciado la totalidad de la grabación que, aparentemente, era el soporte de la acusación, el juez ha decidido archivar la denuncia contra mí, como era lógico.
-Fueron semanas en las que se sucedieron una denuncia contra el decano Pablo Coto y el profesor Pedro Casares (candidato del PSOE a la Alcaldía de Santander) por una supuesta falsificación de firmas, el envío de un anónimo amenazante a su domicilio, una denuncia contra usted por prevaricación...
-Confiamos en que la causa judicial clarifique todo lo sucedido, como ha ocurrido en la denuncia por prevaricación. El caso de la supuesta falsificación de firmas sigue su curso en el juzgado tras la toma de declaraciones y pruebas periciales y estamos a la espera de que tome las decisiones que estime oportunas. Respecto al anónimo, en los estudios que realizó la Policía Científica no se pudieron detectar huellas latentes. Y tampoco encontraron micrófonos en mi despacho.
-¿Han sido sus peores momentos como rector?
-Creo que sí. Desde luego han sido los peores momentos a nivel personal. Creo estar preparado, y además me va en el puesto, para lidiar con todos los temas que surgen en la universidad, de todo tipo. Pero uno no está preparado para llegar el día de Nochebuena a casa y encontrarse con un anónimo amenazante donde dicen que te han grabado, que a los pocos días un medio digital publique unas grabaciones editadas y manipuladas, que alguien te denuncie por prevaricación con una grabación que es la misma que saca ese medio... Ha sido muy duro.
-¿Se ha sentido respaldado?
-Sí, mucho. Internamente he recibido centenares de llamadas, mensajes, emails, de toda la comunidad educativa. Y externamente me he sentido muy apoyado por la práctica totalidad de las fuerzas políticas; por el Gobierno, empezando por el presidente Revilla, que hizo una defensa plena de mí que, probablemente, iba incluso más allá de lo que él podía sentirse obligado. También por la vicepresidenta Díaz Tezanos. Me he sentido muy apoyado dentro y fuera de la UC, pero ha sido una situación dura a nivel personal porque había una serie de hechos que estaban intentando hacerme mucho daño. Una vez pasado ese momento, ahora me siento más fortalecido que nunca.
-¿En qué medida todas estas polémicas han afectado a la credibilidad e imagen de la UC en un contexto nacional contaminado por casos de corrupción en otras universidades?
-No es bueno para la imagen de la UC que sea vea retratada ahí. Pero he tratado de poner en valor ante la sociedad la actitud que hemos tenido de responder de forma rápida y ajustada ante todo lo que iba pasando. No se puede pedir más diligencia. La UC ha demostrado aquello que yo había pedido alguna vez cuando fui preguntado por otros casos de otras universidades: rapidez y absoluta determinación para clarificar, desde la total presunción de inocencia, cualquier situación que pudiera sonar irregular. Así hemos actuado. Pero cuando se ponen este tipo de cosas encima de la mesa de forma indiscriminada, siempre hay un daño de imagen que tenemos que contrarrestar a base de buen trabajo y de ser impecables.
-¿Se va a presentar a la reelección?
-Queda un año todavía para las elecciones y es una decisión que hay que meditar con calma. El momento de decidirlo será cuando falten tres, cuatro meses. Ahora sólo estoy centrado en el mucho trabajo que queda por hacer. Por un lado, los planes que hemos puesto en marcha tienen un recorrido futuro y uno puede pensar que es razonable seguir queriendo estar al mando de ellos, pero, por otro, si ese trabajo no lo hiciera yo, lo harían otras personas perfectamente capacitadas.
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