«Intuía que tarde o temprano iba a matar a mi hermana Eva»

Alexandra Jaular compareció ante el titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Número 1 de Santander, Fernando Vegas, a petición del abogado del acusado. Y aunque su testimonio no supone ningún avance en la investigación -puesto que no fue testigo de los hechos, ni estuvo con su hermana el día del crimen-, su relato fue muy duro y sobrecogedor.

Según informaron fuentes del caso a este periódico, esta mujer, que convivió durante cuatro meses con su hermana y el investigado, manifestó ante el instructor que cuando la víctima conoció a Reñones ella ya le advirtió, por la información recibida de una amiga, que el detenido era «una persona peligrosa», que tenía «reacciones agresivas» y que, además de eso, «maltrataba a los animales» que había en casa. «A una perra mía la echó de casa a patadas y a una gata la maltrataba», relató.

Además, la hermana de Jaular, que reconoció que no se llevaba con el detenido porque «no me gustaba nada», aseguró que también «se la tenía jurada» al resto de animales del barrio. «Más de una vez dijo que no le importaba cargarse a nadie porque con la enfermedad que tenía le iban a absolver. Y además comentaba que no estaba preocupado por la prisión porque ya había estado anteriormente».

Esta mujer también declaró ante el juez que le advertía a su hermana que tuviese cuidado con Reñones porque «era una persona agresiva» y que cuando la jueza le puso la orden de alejamiento al detenido, tras la denuncia de malos tratos, ofreció a su hermana acogerla en su casa con su bebé por si vulneraba la orden de alejamiento. «No me fiaba nada de él y creía que ella podía tener problemas».

La hermana de Eva Jaular también hizo referencia a la relación de Reñones con su propia hija. «La menospreciaba incluso delante de la gente. La llamaba constantemente fea. Nunca jamás la cogía en brazos y no tenía muestras de cariño». Y cuando abandonó la casa de su hermana, tras cuatro meses de convivencia con ambos, dejó de tener trato con él. Es más, en una ocasión le mandó un mensaje diciéndole: «No se te ocurra hacerle nada a mi hermana».

El día que aparecieron su hermana y su sobrina muertas, Jaular fue alertada previamente por su madre de que no aparecían. «Cuando vi la casa de Eva revuelta me di cuenta que la podía haber matado», apuntó.

El otro testigo que compareció ayer fue Borja Breijo, amigo de la familia y compañero de trabajo de la mujer asesinada en el restaurante La Caracola. «Ella me había comentado que tenía miedo de Reñones porque era agresivo y violento».

El día del asesinato dice que Jaular -que estaba de baja por depresión y ansiedad a raíz de denunciar a Reñones- acudió al restaurante, donde estuvo unas tres horas. «Estaba nerviosa porque él no se quería ir de casa. Le dije que llamara a la Guardia Civil para que le echaran y se fue sobre las tres de la tarde».