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–La relación entre los gobiernos de España y Cantabria no ha empezado demasiado bien. ¿Se puede reconducir?
–Desde Delegación hay mano tendida, colaboración y lealtad institucional. Se lo he dicho a la presidenta en público y en privado. Al Gobierno de Cantabria se ... le coge el teléfono siempre. No es cierto que llamen y no se ponga nadie. La cita que se suspendió con el secretario de Estado de Transportes fue porque le convocaron de urgencia por las movilizaciones agrarias. Se va a cerrar una nueva fecha en febrero.
–¿Dónde está el problema?
–La sensación que tengo es que el PP de Cantabria tiene la estrategia de confrontación con el Gobierno de España siguiendo la vía Génova: primar más los intereses partidistas de Feijóo que los intereses de la comunidad autónoma y los ciudadanos. Buruaga está haciendo lo mismo que criticaba a Revilla, hablar de lo de fuera para esconder su incapacidad de gobernar dentro.
–Dice Buruaga que los pactos del PSOE con los independentistas han convertido a Cantabria en una autonomía de segunda.
–Con las inversiones del Gobierno de España en Cantabria en la mano hay que decir que Cantabria no es una comunidad de segunda. Es más, en algunos asuntos como las infraestructuras somos una comunidad de primera. Con estas inversiones, si el Gobierno de España fuera del PP, Buruaga estaría haciendo la ola al presidente. Tampoco nos tratan como a una región de segunda con la quita de la deuda. La ministra de Hacienda ya ha dicho que eso se va a tratar con cada comunidad y todas se van a beneficiar.
–¿Cuánto dinero le corresponde a Cantabria de la quita? ¿Los 600 millones de los que habló Quiñones o los 1.200 de Buruaga?
–Vamos a esperar a que la ministra lo trate con Cantabria.
–Como consejera defendió la extracción de lobos en contra del Ministerio. ¿Qué defiende como delegada? ¿Ha cambiado de opinión al cambiar de cargo?
–No me toca cambiar de argumento porque al final lo que pedía la comunidad autónoma era una flexibilización y lo que está haciendo el Gobierno de España es elaborar un censo para ver los datos científicos y analizar esa posibilidad. Cuando se conozca el censo se verá si hay que mantener la norma actual o si se cumplen, efectivamente, los requisitos para la flexibilización.
–¿A qué se compromete el Estado con la Residencia Cantabria? ¿A ceder el suelo, a tirarla, a cofinanciar el futuro centro de investigación?
–Primero tendrá que definir el proyecto el Gobierno de Cantabria. Cuando eso se defina, habrá que ver qué ocurre.
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