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O. Suárez/ A. Verano
Gijón
Viernes, 3 de noviembre 2023, 08:20
La investigación judicial por la muerte violenta del gaitero gijonés Javier Solares en Potes (Cantabria) aún sigue abierta después de tres años. Sin embargo, desde el Juzgado de San Vicente de la Barquera, que está a cargo de la instrucción, aseguran que la causa «no ... está paralizada», puesto que desde julio de 2020, cuando se produjo el suceso, se han practicado diversas diligencias de investigación que aún no han acabado. De hecho, quedan dos pendientes para cerrar la investigación: una testifical y una comparecencia de un forense para que ratifique un informe.
Javier Solares, de 46 años, fue golpeado por dos jóvenes (C. S. V. y A. F. D., de 22 y 23 años), según se desprende de las investigaciones de la Guardia Civil. Cayó al suelo y sufrió un tremendo impacto en la cabeza. Ocurrió a la salida de un restaurante en Potes, adonde había acudido con su novia para reunirse con unos familiares. Después de cenar en el local, se encontraron en la calle con los dos jóvenes, quienes comenzaron a increparles y a retarles. Javier Solares intentó frenarles y que se fuesen, momento en el que, supuestamente, recibió un puñetazo en la cara que le hizo caer desplomado y golpearse brutalmente contra el suelo. Sufrió un severo traumatismo craneoencefálico y murió en el mismo lugar, sin que los servicios sanitarios pudieron hacer nada por mantenerle con vida.
La titular del juzgado ha decretado la prórroga de la fase de instrucción ya en varias ocasiones a la espera de informes periciales que resultarían determinantes en la causa. Los dos investigados permanecen en libertad provisional como autores de un delito de homicidio imprudente y con medidas cautelares, como la entrega de sus respectivos pasaportes.Ambos huyeron precipitadamente tras cometer la presunta agresión, si bien la descripción aportada por los testigos permitió a la Guardia Civil identificarlos y localizarlos poco tiempo después.
Ante la Benemérita y en el juzgado de guardia declararon que no habían tenido intención de matar a Solares y que se había tratado «de un accidente». Según la versión de los investigados, el propio Javier Solares les había golpeado primero, antes de recibir el puñetazo en la cara que le hizo caer al suelo. El testimonio de los tres acompañantes de la víctima fue radicalmente opuesto. Aseguraron que fueron los dos jóvenes los que le golpearon después de que les pidiese que les dejaran de molestar.
Como pruebas aportadas figuran el informe forense, las grabaciones de una oficina bancaria que captaron parcialmente el violento episodio y las declaraciones de los acompañantes de Solares y de otros testigos.
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