Investigan si una cántabra de 95 años murió por una intoxicación alimentaria en la boda de su nieta

El suceso tuvo lugar en un conocido restaurante a las afueras de Peñaranda de Bracamonte, en el término municipal de Cantaracillo, en la provincia de Salamanca, durante la jornada del sábado. Concretamente, se trata de las instalaciones que el restaurante Las Cabañas tiene en la Finca El Ventorro, según informa Salamancahoy.es.

Aunque la intoxicación alimentaria no ha sido confirmada como causa del fallecimiento de la mujer, la muerte aconteció tras la asistencia a dicha celebración, según han confirmado fuentes oficiales, aunque todo apunta a que esa podría ser la causa de la muerte. Al parecer, la mujer fallecida era la abuela de la novia.

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Según confirmaron fuentes de la Junta de Castilla y León, los técnicos de guardia del Servicio de Vigilancia en Salud Pública se encuentran investigando el suceso para dar con el origen de la intoxicación. Además, fuentes de la Benemérita señalaron que la Policía Judicial inició el protocolo judicial habitual en este tipo de situaciones, «el mismo que con cualquier otro cadáver», e inmediatamente, los hechos fueron puestos en conocimiento del Juzgado de Guardia. Distintas fuentes señalaron que la mujer, que se había desplazado desde Cantabria para asistir a la boda, fue hallada sin vida pasada la una de la madrugada en la habitación del establecimento hotelero en el que se hospedaba, por lo que se dió aviso a los servicios de emergencia. Las mismas fuentes señalaron que deberá ser la autopsia la que determine si la muerte de la mujer está vinculada a la posible intoxicación por la que han sido atendidas otras cuarenta personas.

Según ha informado la Junta, se han tomado muestras de los alimentos que ingirieron los invitados en las dos bodas y los técnicos del Servicio de Vigilancia en Salud Pública los están analizando.

Según ha podido saber este periódico, los síntomas de las personas atendidas por la posible intoxicación eran «bastante leves», pero no se descarta nada ya que los efectos de este tipo de problemas en una persona de 96 años y con determinadas patologías pueden ser más graves.