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Un repartidor a domicilio en bicicleta pasa por delante del Hospital Valdecilla. R. Ruiz
La irrupción del Covid-19 da vuelta a los hospitales y obliga a mover a pacientes

La irrupción del Covid-19 da vuelta a los hospitales y obliga a mover a pacientes

La hospitalización de casos de coronavirus ya casi supone la mitad de la actividad en los centros públicos, y los privados ayudan a liberar la carga del resto de patologías

Ana Rosa García

Santander

Viernes, 3 de abril 2020, 07:10

En la batalla contra el coronavirus, el ejército sanitario se ha tenido que armar sobre la marcha y crecer en proporción a la magnitud del drama. Hace un mes el escenario de lucha se concentraba en Valdecilla, donde se había reservado un equipo específico y se habían diseñado los circuitos para prevenir del contagio al resto de pacientes y profesionales. Seis habitaciones de aislamiento y otras seis de reserva fue la primera dotación Covid-19. Se llenó la primera semana de epidemia y se encendieron las alarmas apenas unos días después (mediados de marzo), cuando los positivos ya se multiplicaban por tres. A partir de ahí la estrategia dio un giro radical. Se suspendieron el 70% de las cirugías y de las consultas presenciales, y se agilizaron los altas médicas.

Había que vaciar los hospitales al máximo para recibir la oleada de infecciones respiratorias provocadas por el enemigo invisible de Wuhan. Un mes después de activarse el protocolo con los primeros casos sospechosos en Cantabria, casi la mitad de la actividad hospitalaria pública está dedicada al coronavirus. En Valdecilla son casi 400 las camas destinadas a los afectados (ocupadas la mitad). Se empezó habilitando la séptima planta de las Tres Torres, después se sumó la sexta y ahora el hospital Covid-19 ocupa también de la quinta a la novena del edificio 2 de Noviembre. Con el pabellón 15, de reserva.

Valdecilla atiende cada día una media de ocho partos y en la última semana ha tenido tres cesáreas de gestantes con Covid-19

Los primeros filtros se centraron en la puerta de entrada: el servicio de Urgencias, con dos zonas divididas y un triaje reforzado para separar la sospecha de contagio. Si la demanda media previa al estallido de la crisis del coronavirus estaba por encima de las 300 urgencias diarias, la afluencia cayó a la mitad (alrededor de 170) y el 70% responde a los mismos síntomas: fiebre, tos, dificultad respiratoria. Un porcentaje que hasta hace poco representaba el 90%, lo cual confirma el descenso de nuevos positivos que apuntan las estadísticas. Este descenso en el conjunto de las urgencias ha permitido acondicionar el área de observación del servicio para la atención a pacientes críticos, con 18 puestos, pues la capacidad de la UCI empieza a quedarse corta (ayer eran 35 pacientes en Valdecilla y 12 en Sierrallana).

Partos y Rayos

Las urgencias ginecológicas, que sufrieron una gran disminución con el estado de alarma, ya han vuelto a su rango habitual. Desde el servicio de Ginecología y Obstetricia, que ya han atendido tres partos de gestantes positivas en coronavirus (las tres por cesárea y con buen resultado), se envió un mensaje de tranquilidad a las embarazadas. El área de partos (con una media de ocho al día), la Unidad de Alta Resolución Obstétrica y la planta de hospitalización son zonas limpias: territorio negativo de Covid-19. Las embarazadas contagiadas se alojan en habitaciones aisladas en la planta 7.

En Radiodiagnóstico también han tenido que reajustarse a las circunstancias, descitando las pruebas no urgentes, rotando a los profesionales para que la crisis no interfiera en la radiología intervencionista y el código ictus, y reforzando la radiología torácica, que es la que se ha disparado con el Covid-19.

A nivel quirúrgico esta emergencia sanitaria ha obligado a limitar las operaciones en todos los hospitales. Valdecilla realiza veinte intervenciones diarias (básicamente, urgencias y patología que no admite demora, como cirugía oncológica y cardiaca) frente a las setenta en circunstancias normales. A todos los pacientes que acuden a operar, como a las mujeres que van a dar a luz, se les realiza por sistema el test para prevenir el riesgo en la zona no Covid-19, donde hay ingresadas 315 personas (15 en UCI), además de otros 65 a cargo de Hospitalización Domiciliaria. Parte de las convalecencias de Medicina Interna las está asumiendo Padre Menni, que también acoge a los pacientes de Psiquiatría de Liencres, hospital habilitado como colchón para ingresos de coronavirus de buena evolución clínica. Sin olvidar que Padre Menni tiene 400 pacientes propios.

La sanidad privada ayuda a liberar la carga asistencial del resto de patologías. Así, Santa Clotilde, que puso a disposición del SCS 112 camas de hospitalización, ya tiene ocupadas 103 con pacientes de Traumatología, Cardiología, ictus.... Y en la Clínica Mompía se han empezado a realizar operaciones de Ginecología, Urología, Cirugía General y Traumatología de Sierrallana, al tiempo que 45 de sus camas fueron retiradas físicamente para completar la dotación pública. Al menos 30 se destinaron al Hospital de Laredo, que ha aumentado su capacidad de 115 camas a 163, al ganar el espacio del Hospital de Día Quirúrgico y la zona de prealtas recién inaugurada.

En la actualidad, Laredo tiene 46 pacientes Covid-19 y 37 de otras patologías, principalmente oncológicas y urgencias, que es la actividad quirúrgica que se mantiene (veinte intervenciones semanales). Con la derivación a Mompía, Sierrallana puede aprovechar los respiradores de sus quirófanos para ampliar de 12 a 16 los puestos de UCI, ya que se había quedado sin margen para nuevos ingresos. Con poco más de 200 camas en origen, Sierrallana también ha tenido que ganar espacio para adaptarse a la creciente demanda del Covid-19.

Ya son seis las plantas dedicadas a la epidemia. Se han suspendido las urgencias pediátricas (ahora hay que ir a Valdecilla) para dedicar los boxes a casos graves, se ha acondicionado el gimnasio de rehabilitación (añade doce puestos de observación), se ha sacado el hospital de día médico a las instalaciones del CAD y se ha reconvertido en hospitalización la zona de consultas, vestuarios y despachos. Y Tres Mares, con 40 plazas de ingreso, ha duplicado su capacidad con 36 camas del ejército.

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