Javier Puente, senador del PP: «¿Qué tiene de malo ofrecer escuchar el corazón de tu hijo?»

«¿Qué tiene de malo ofrecer escuchar el latido del corazón de tu hijo? He tenido la suerte de vivirlo en tres ocasiones y sólo puedo decir que es una vivencia única», defiende el senador cántabro, que ve con buenos ojos la propuesta del vicepresidente de la comunidad vecina –Juan García-Gallardo, de Vox– y que, lejos de considerarla un error, entiende que podría ser aplicable de forma general. «Toda medida en apoyo a la mujer embarazada y en defensa de nuestro principal derecho, el derecho a la vida, sin el cual no hay otro, contará con mi apoyo», insiste el popular, que en las elecciones generales de diciembre de 2019 fue el candidato a la Cámara Alta más votado de Cantabria.

Puente recuerda también que el artículo 2 de los estatutos del PP recoge textualmente esa defensa del derecho a la vida. «Ahí es donde me encontrarán, defendiendo una sociedad que proteja al niño de nacer y ayude a la mujer embarazada», afirma. En cualquier caso, el cántabro, que antes de ser recuperado por Pablo Casado y Teodoro García Egea como cabeza de lista al Senado abandonó el PP en 2017 para crear una nueva formación por su «desacuerdo con el giro ideológico que empezaba a tener el partido», ve «normal» que en un partido que aspira a gobernar y representar a una amplia mayoría de españoles existan diferentes sensibilidades al respecto. En su opinión, «ahí radica parte de su fuerza, ya que la sociedad española es una sociedad diversa con diferentes opiniones». Subraya que no es una exigencia que todos los cargos del PP coincidan «al 100% con las ideas de un partido, ni de su pareja, ni de sus padres, ni de sus amigos».

Aunque es partidario de promover activamente políticas públicas de apoyo a la mujer embarazada como las que se han planteado en Castilla y León, considera que «lo verdaderamente importante» en cuanto al debate del aborto no es lo que ocurre con el protocolo que ha propuesto Vox, sino la tramitación en el Senado de la reforma de la Ley nacional, que «permite a niñas de 16 años abortar sin tener que informar a sus padres –eso sí, necesitan autorización para ir a ver peces al Museo Marítimo–», y que cuestiona la profesionalidad de los médicos objetores al obligarles a inscribirse en un registro.

Por último, Puente entiende que lo que ha dejado «desprotegida totalmente a la mujer es reducir las penas o sacar de la cárcel a agresores sexuales, cerca de doscientas van ya».