Jesús Mojas, el padre de Costa Quebrada

Hace más de dos décadas que Jesús Mojas Mauri descubrió el potencial de la zona geológica de Cantabria, un tesoro que él mismo bautizó como Costa Quebrada –y así se la conoce desde entonces–, pero apenas cinco meses de vida le faltaron para ver cumplido el sueño por el que luchó de forma incansable: el reconocimiento de la Unesco de este enclave cántabro como geoparque mundial. Por eso este domingo, cuando la noticia se confirmó, la figura del alma mater de este proyecto, fallecido el pasado marzo a los 90 años, estuvo presente en la mente de todos los que conocen bien su contribución a la conservación del entorno natural y, sobre todo, su ilusión y su amor por Costa Quebrada. «Sin Jesús, este proyecto no habría nacido», recordaba Antonio Cendrero Uceda, miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas yNaturales, en el obituario que le dedicó en las páginas de este periódico.

«Costa Quebrada es una lección de geología viva puesta en valor por los ciudadanos», decía el propio Mojas: «Un escenario científico y de recreo de los sentidos, pues presenta de forma excepcional el trazo en el tiempo de la eterna lucha entre el mar y la tierra». Él era el alma de la variopinta comunidad de 'costaquebreños'. Jubilado de la empresa de componentes de automoción Edscha, era bilbaíno, aunque llevaba muchas décadas afincado en Cantabria. «Era tan cántabro como el que más», en palabras de Agustín Ibáñez, exdirector del CIMA, además de amigo. Su dedicación incansable y su habilidad para unir a diferentes sectores de la sociedad fueron fundamentales para conservar esta joya natural de Cantabria. Amante de la fotografía y la naturaleza, Mojas dedicó su vida a la promoción y protección del medio ambiente, con el apoyo incondicional de su mujer, Maria José Cavia, que como apuntaba Gustavo Gutiérrez, divulgador del geoparque y también amigo personal, «fue quien le trajo a Cantabria y quien marcó su vida, quién le descubrió lo que luego él bautizó como Costa Quebrada». Tuvieron tres hijos: Rafael, María José y Pablo.

Movido por su preocupación por el entorno, Mojas organizó acciones de limpieza de la costa tras el desastre del Prestige y creó la Asociación Costa Quebrada, «impulsando de manera absolutamente desinteresada (con frecuencia, incluso, con cargo a su propio bolsillo) la divulgación, protección y promoción de ese tramo costero», como recordaba Cendrero. Fruto de ese desinterés fue la cesión gratuita de los derechos sobre el término Costa Quebrada, que en su día había registrado, a favor del Gobierno de Cantabria. Siempre estuvo interesado en fomentar las relaciones entre personas, por eso organizaba comidas (incluso en la playa de Somocuevas, que era una de sus favoritas) y excursiones. Lo importante era estrechar lazos. Su preocupación por el entorno le llevaba también a movilizar al grupo de forma periódica para limpiar los arenales.

Mojas luchó hasta el final porque Costa Quebrada llegara a ser el primer geoparque reconocido por la Unesco en Cantabria, y recibió varios homenajes en vida, entre ellos la distinción que le otorgó la Sociedad Geológica de España por su contribución al fomento del patrimonio geológico. Además, el parque público cercano a la playa de San Juan de la Canal lleva su nombre. Tras su muerte, la gran comunidad que creó en torno a un mismo sueño despedía «al padre de Costa Quebrada, al capitán de nuestro barco, donde todos teníamos un sitio especial, y en el que nos ha sabido llevar y cuidar».

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