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La estación de esquí de Alto Campoo abrió este fin de semana con sus pistas a punto después de las últimas nevadas tras un temporada marcada por los cierres -dos casi consecutivos en enero- desde la apertura oficial el pasado 12 de diciembre. Lo que ... pretendía ser una buena jornada de nieve y sol, se convirtió el pasado sábado en un «suplicio» para algunos usuarios por el «desastre» del servicio en la cafetería El Chivo, donde el sábado se formaron largas colas, el domingo no levantó la persiana y este lunes por la mañana retomó la actividad a las 13.00 horas, tres horas más tarde de su horario habitual.
Lo explica Itziar Casquero, usuaria habitual de la estación desde hace tres años y asidua a la cafetería: «La gestión fue pésima, no he visto nunca algo así, 40 minutos para pedir una cerveza, el servicio lentísimo, no había café, ni leche, ni caldo, no se coordinaban entre ellos y la gestión fue horrible y vergonzosa, tanto es así que la gente se puso a silbar y gritar dentro del bar porque ni nos atendían», detalla al otro lado del teléfono, mientras reconoce que en su caso interpuso una reclamación formal que presentará a las asociaciones de consumidores: «Tuve que ir hasta la otra cafetería, esperar 15 minutos y ponerme de mal humor para que me atendieran y entregaran la hoja», insiste, a la vez que asegura que «vengo aquí siempre y esto nunca había sido así, es una sensación generalizada de los usuarios de que todo va fatal desde el cambio de gestión».
Desde el comienzo de la temporada, el grupo empresarial SNÖ Hoteles se hace cargo de la gestión del Hotel La Corza Blanca y el resto de servicios de restauración de la estación invernal tras la privatización a través del concierto con la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte. Un servicio que ahora los usuarios critican y que este sábado protagonizó momentos de tensión con silbidos, abucheos y gritos al personal de la cafetería. Desde la dirección aseguran que el servicio «era suficiente y fueron quejas puntuales de tres o cuatro clientes».
Tras la agitada jornada del sábado, al día siguiente, domingo, la cafetería no abrió sus puertas. Según la dirección el motivo fue la «climatología»: «Desafortunadamente no pudimos abrir la cafetería del Chivo, sí la de abajo (por la del edificio de multiusos), por la ventisca y porque llovía a mares», argumenta Ignacio de la Sierra Benito, director general del hotel la Corza Blanca y cafeterías de la estación, quien niega «absolutamente» que el cierre estuviera relacionado con el descontento y quejas del sábado.
Según fuentes internas de Cantur, el cierre estaría relacionado con la falta de personal, ya que la dirección habría dado de baja a parte de los trabajadores tras los continuos cierres y aperturas desde el inicio de la temporada el pasado 12 de diciembre, momento en el que la nueva dirección tomó las riendas de los negocios de restauración y dejaron de ser gestionados por la empresa pública Cantur. Un extremo que desmienten desde la nueva dirección, desde donde insisten en que el motivo fue únicamente por las condiciones del temporal, aunque sí admiten que este lunes la cafetería abrió «con unas horas de retraso».
Este periódico contactó con la directora de Alto Campoo, Cristina López, y la Consejería de Turismo del Gobierno de Cantabria, desde donde no quisieron explicar los motivos del cierre del domingo aludiendo a que correspondía al SNÖ Hotels.
Fue hace tres meses, a comienzos de noviembre, cuando el Gobierno regional anunció la privatización de los servicios. La empresa pública Cantur recibirá este año 90.000 euros por el arrendamiento del hotel La Corza Blanca de la estación invernal de Alto Campoo y de sus servicios de restauración al grupo catalán SNÖ, una renta mínima garantizada -hay una parte variable en función de los beneficios- que ascenderá a 110.000 euros el segundo año y a 125.000 euros, el tercero. Estos ingresos, junto a las pérdidas que acumulaba la instalación de 4 millones de euros en los últimos cinco años, son los principales argumentos que venía utilizando el consejero de Turismo, Luis Martínez Abad, para justificar la operación y asegurar que «generará riqueza» para Cantabria y Campoo. El traspaso ha estado marcado por la opacidad en las condiciones económicas y la firma del acuerdo sin un concurso público abierto a todas las empresas interesadas, que incluso presidente de los hosteleros cántabros, Eduardo Lamadrid, echó en cara al titular del departamento, Luis Martínez Abad.
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