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Si nada lo impide, el hematólogo José Luis Arroyo volverá a ser el director del Banco de Sangre y Tejidos de Cantabria en cuestión de días, apenas un año y medio después de que fuera cesado de forma sorpresiva durante el corto mandato del ... socialista Raúl Pesquera al frente de la Consejería de Sanidad y, por tanto, del Patronato de la Fundación Valdecilla, de cuya estructura depende la entidad. El nombramiento de Arroyo aún no es oficial, pero este periódico ha podido confirmar que ha sido el único candidato que se ha presentado al puesto, en el proceso abierto el pasado mes de febrero tras publicarse la destitución de la que fue su sucesora, Cristina Amunarriz; y que ya ha recibido el visto bueno de la comisión encargada de evaluar la capacitación para el puesto.
Fue en septiembre de 2022 cuando la decisión de apartarle del cargo que había ocupado durante 16 años –es decir, en legislaturas tanto gobernadas por el PP como por el bipartito PRC-PSOE– cayó como un jarro de agua fría dentro del Banco de Sangre y del Hospital Valdecilla, especialmente en el servicio de Hematología, con el que se trabaja de forma más estrecha. No se entendía que se ordenara su salida justo cuando estaban en pleno desarrollo los proyectos de terapia celular, uno de los campos que la Administración sanitaria se marcaba como eje estratégico de futuro y en el que Arroyo había estado directamente involucrado desde sus primeros pasos. Él mismo confirmaba su desconcierto en aquellas fechas, mientras Pesquera, que antes de consejero había sido gerente de la Fundación Valdecilla, justificaba su decisión en «la pérdida de confianza».
Su controvertido cese generó un debate político que llegó incluso al Parlamento de Cantabria. Entonces, una de las personas que más criticó la maniobra del consejero socialista y que salió en defensa de la trayectoria profesional de Arroyo fue el popular César Pascual, que llegó a pedir la anulación del proceso en el que fue designada Amunarriz, al que –dicho sea de paso– también se presentó el propio Arroyo, pese a las nulas esperanzas que albergaba de recuperar el puesto, ya que la última palabra la tenía la misma persona que le había cesado de forma fulminante.
Pero él quiso intentarlo, animado por las numerosas muestras de apoyo que recibió en aquellos momentos, con la firme intención de «defender mi dignidad profesional» y porque consideraba que aún tenía «mucho que aportar al proyecto en marcha», como explicó entonces en declaraciones a este periódico, cuando pedía también «transparencia en el proceso de selección» del nuevo director y que esa designación se hiciera «guiada puramente por criterios técnicos y profesionales».
Pero las vueltas que da la vida... las circunstancias actuales son bien distintas. Ahora es precisamente Pascual quien dirige la sanidad cántabra y quien preside, por tanto, el Patronato de la Fundación Valdecilla, con José Francisco Díaz al frente de la Gerencia. Suya ha sido la decisión de destituir a Amunarriz, la hematóloga que asumió el puesto del que había sido su jefe durante 16 años, bajo el argumento de que «no había cumplido con los objetivos marcados»; y suya será la de devolver la Dirección del Banco de Sangre y Tejidos de Cantabria a Arroyo tras un concurso en el que no ha tenido competencia.
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