Los jóvenes de Cantabria ya son a los que más les cuesta independizarse de todo el país

El Informe del Consejo de la Juventud es tan contundente que los gobernantes y el resto del arco político deberían tomar buena nota para corregir esta anomalía tan común en España que aquí es especialmente preocupante. Porque tardar más que el resto en abandonar el nido no es el único apartado en el que Cantabria viaja en el vagón de cola.

El salario de las personas jóvenes cántabras es el cuarto más bajo de todo el país, por debajo de los 9.000 euros netos anuales. De hecho, únicamente es más alto que el que registran otras autonomías como Andalucía, La Rioja y, de manera conjunta, las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Esta última anomalía produce a la vez otra. Para alquilar una vivienda e irse de casa necesitan destinar más del 100% del salario que ganan, algo que también sucede en Andalucía, País Vasco, Cataluña, Canarias, Baleares y Madrid. Para arrendar una habitación y compartir piso, la opción más asequible, deben emplear casi la mitad (el 44,7%) de su sueldo.

La situación en la que se encuentran los jóvenes de Cantabria es, además, peor que la de otras comunidades vecinas. De hecho, en cuanto a la tasa de emancipación, también va a la zaga en toda la cornisa cantábrica. En Galicia es del 15,3%, en Asturias del 16,6% y en el País Vasco del 14,8%.

Lo peor de todo es que la situación, lejos de mejorar, aunque sea de manera tímida, ha empeorado aún más. En el anterior informe del Observatorio de Emancipación, solo en Castilla-La Mancha había menos jóvenes viviendo por su cuenta que en Cantabria: el 12,3% frente al 13,7%.

En cambio, en tierras manchegas la situación ha mejorado ligeramente al subir un par de puestos en el ranking nacional. Ahora son terceros por la cola con una tasa de emancipación del 13,3%. El sueldo que cobran los jóvenes de entre 19 y 34 años también es muy superior al de aquí, ya que se sitúa de media en 10.740 euros. Para alquilar una vivienda en solitario, los manchegos emplean el 58,1% de su sueldo;si optan por compartir piso y alquilan una habitación individual, el 28,1%, frente al 44,7% en Cantabria.

El Consejo de la Juventud de España responsabiliza directamente a los gobernantes. «Durante años, el inmovilismo político en materia de vivienda ha generado que haya sido percibida como un bien de mercado y no como lo que realmente es, un derecho», afirma Juan Antonio Báez, vicepresidente del CJE.

«La política debe recuperar de lleno el interés en la población joven, debe trabajar los problemas de manera estructural y poner a las personas jóvenes en el centro de la toma de decisiones», subraya, antes de advertir de que «todavía quedan muchas medidas en las que trabajar para que la población joven vuelva a vivir con dignidad y a recuperar la confianza en la política».

La situación a nivel nacional es también llamativa. La edad media de emancipación se sitúa en 30,3 años, una de las más altas de Europa, y solo el 16,3% de la juventud se ha ido de casa de sus padres. Los que lo han hecho, además, han tenido que pagar un precio muy alto. El dinero necesario para la entrada de un piso ascendía en el periodo analizado al equivalente de cuatro años y medio del sueldo íntegro de una persona joven, a pesar de que la tasa de paro juvenil bajó un punto en el primer semestre de 2023 y se situó en el 20,1%.

Así que la única opción para marcharse de casa es a través de un alquiler. Aun así, de media, cada joven debe dedicar el 93,9% de su salario para arrendar un piso en solitario, y en siete comunidades, incluida Cantabria, este porcentaje es superior al 100% de su sueldo. Es un cóctel envenenado. Generalizando, los jóvenes no se pueden ir de casa porque ganan poco dinero y los precios de los pisos y los alquileres están por las nubes. Los primeros suman además el encarecimiento del precio del dinero —y, por tanto, de las hipotecas– y los segundos suman alzas por la escasez de oferta, en gran parte debido a la apuesta de los propietarios de viviendas por el alquiler vacacional a través de los pisos turísticos.

De hecho, compartir una vivienda en Cantabria el mes pasado costaba de media 355 euros mensuales, un 39% más que hace ocho años, según un estudio del portal inmobiliario Fotocasa. Además, en la región fue donde más subió el precio interanual. En concreto, según pisos.com, el 19,6% respecto a diciembre de 2022. El precio del piso tipo de alquiler se situó en 9,08 euros el metro cuadrado. Además, en diciembre de 2023 –respecto a noviembre–, el crecimiento fue del 3%, el tercer repunte más elevado del país.

En Santander, por ejemplo, el precio medio el pasado mes fue de 10,91 euros el metro cuadrado, lo que sitúo a la capital como la décima más cara de España. La subida respecto a noviembre fue del 1,8%. Por comparar, la vivienda en alquiler en España registró el pasado diciembre un precio medio de 11,12 euros el metro cuadrado, un 0,18% más que el mes anterior. La subida trimestral fue del 1,74%, mientras que el repunte semestral alcanzó el 2,02%. Interanualmente , el aumento fue del 6,01%.

El Consejo de la Juventud ofrece sus propios datos: «El precio medio del alquiler en el primer semestre de 2023 fue el más alto desde que hay registros: 944 euros al mes». Según recoge el Observatorio de la Emancipación, «el precio se encareció un 9,3% con respecto a un año antes y un 63,9% respecto al precio que tenían las viviendas de alquiler diez año antes». El objetivo, explica el estudio, es que la renta para un persona joven suponga «como mucho, el 30% de su salario».

La compra de una vivienda es aún más difícil. «Este mercado, al igual que el del alquiler, ha experimentado una subida en el último semestre de 2023 del 3%. El precio medio de la entrada de una vivienda libre en España se situaba en junio en 53.796 euros».

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