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Dos jóvenes focas grises han sido liberadas a la altura de la playa de la Virgen del Mar, en Santander, tras haber sido tratadas de desnutrición y de sus heridas durante los dos últimos meses en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre ubicado en ... Villaescusa. Fueron llevadas allí en diciembre, en precario estado. Los ejemplares, de tres a cuatro meses de edad, están ya totalmente recuperados, lo que ha permitido devolverlos a su hábitat.
Cuando fueron encontradas, una de ellas presentaba lesiones en las aletas caudales y el lomo, mientras que la otra ingresó con una neumonía parasitaria. El suyo no ha sido un caso excepcional: desde que este centro entró en funcionamiento en 2010, se ha atendido a 15 focas que, en su mayoría, llegan con muestras de debilidad, neumonías y heridas de diversa índole.
Desde el Gobierno cántabro se ha informado que la aparición de estas dos focas en Cantabria no es ocasional, ya que estos ejemplares grises, al igual que los de foca común y de casco, se suelen dejar ver en las costas de la región en la época invernal, entre diciembre y febrero. El Centro de Recuperación depende de la Consejería de Desarrollo Rural.
Consideradas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como especies de preocupación menor, los ejemplares de foca gris y común que se han recuperado en Cantabria por el citado centro alcanzan la cifra de 22 en los últimos diez años, de las cuales 21 son grises y, otra más, foca común.
Estos animales son propios de latitudes más septentrionales y los ejemplares que aparecen en Cantabria tienen sus zonas de cría en el Atlántico Norte, el Mar Báltico y el Mar del Norte. Viven en colonias y para descansar eligen en la mayoría de las ocasiones islotes y costas poco frecuentadas.
En el caso de la foca gris, tras una gestación de casi un año, las hembras paren a una sola cría con un peso aproximado de entre 10 y 15 kilogramos. Después del periodo de lactancia, las pequeñas focas llegan a pesar unos 50 kilogramos, momento en que las madres destetan a las crías de manera brusca.
Una situación natural que obliga a las crías a aprender a alimentarse por sí solas, gastando las reservas de grasa acumuladas durante la lactancia, algo que provoca que muchas no sobrevivan y otras se dispersen mientras buscan alimento. Todo ello coincide en el tiempo con periodos de temporales y corrientes marítimas de invierno que hace algunos ejemplares se vean arrastrados o lleguen a descansar a las costas de Cantabria.
En caso de ver una foca en la playa, la primera recomendación de la Consejería de Medio Ambiente es no acercarse a ellas ni molestarlas, pues pueden estar descansando, encontrarse agotadas o presentar heridas que precisan de atención veterinaria.
Si muestran señales de estar heridas, enfermas o precisar de atención, es recomendable llamar al servicio de emergencias del Gobierno de Cantabria 112 para informarle de la situación y que puedan acudir los agentes del Medio Natural a valorar su estado. En caso de ser necesaria atención veterinaria, se trasladará al animal hasta el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cantabria.
Al tratarse de animales silvestres, es importante no alterarlos ni darles de comer. Tampoco hay que tocarles ni obligarles a desplazarse, ya que el animal puede sentirse amenazado e intentar defenderse, con el riesgo que ello supone para las personas.
El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre ha atendido a más de 5.000 animales de más de 80 especies diferentes desde que entrara en funcionamiento en 2010. De todos los animales ingresados desde entonces, el 80% son aves, aunque también han atendido mamíferos, reptiles y anfibios.
Además de ejercer como hospital de fauna, este centro realiza importantes labores para la conservación, tales como su participación en la investigación de los delitos contra los animales silvestres, la toma de muestras para la vigilancia epidemiológica de enfermedades circulantes en el medio natural, y el desarrollo y participación en diversos proyectos de investigación.
Dotado con instalaciones y medios para la hospitalización y recuperación de especies de gran relevancia como el oso pardo, el centro se ha convertido en los últimos años en el hospital de referencia para la atención veterinaria y la recuperación de esta especie en la Cordillera Cantábrica.
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