Los jóvenes de Cantabria se inician en el consumo de cannabis «a edades más tempranas»

Más allá de la estadística, los centros de intervención psicosocial también constatan que el cannabis -consumido, por lo general, como porro de marihuana o hachís; mezclado con tabaco- motiva gran parte de la demanda que atienden. Proyecto Hombre lo percibe así. Una de sus líneas de trabajo es el programa 'Teen' de prevención y atención a menores y jóvenes con conducta de riesgo. De los 140 casos atendidos en año y medio -varones y mujeres de entre 12 y 20 años- «la gran mayoría» tienen que ver con el cannabis, un 70%, calculan. «Nos encontramos con una evidencia: que los chicos y las chicas se inician en conductas de riesgo a edades cada vez más tempranas. Eso provoca mayor vulnerabilidad», sostiene Ainhoa González, psicóloga, técnica en adicciones y una de las responsables de 'Teen'. Si bien no hay edad homogénea, han atendido casos de adolescentes iniciados en el consumo -y arrastrando por ello problemáticas variadas- a los 12 años.

«La edad ha bajado», coincide Alberto Marchante, psicólogo y gerente de AMAT, «aunque no de forma alarmante», matiza. A su sede de Torrelavega también acuden jóvenes en busca de ayuda para superar conductas y consumos de riesgo. 47 menores lo hicieron en 2019, y el 84% de la demanda tenía que ver con el cannabis. «La gran mayoría llega por un consumo problemático. Les afecta en su día a día; les provoca ansiedad, irritabilidad, altera el sueño, baja su rendimiento escolar», revela Marchante. El consumo puede empezar para muchos como algo lúdico, socializador, «pero acaba en una dependencia diaria», añade.

La intervención de estos colectivos, aunque individualizada, es global: se indaga en las causas, se relacionan consumo y contexto personal -«influyen muchos factores»-, se ahonda en las creencias que manejan los jóvenes sobre la marihuana y el hachís. «Hay mucha desinformación y mucho mito que derribar», indica Marchante, cuya asociación imparte charlas en centros educativos. «Puede tener uso terapéutico, pero eso no significa que su consumo sea bueno». González añade: «Están en pleno proceso madurativo. Introducir sustancias que les afectan de ese modo no es positivo. Su vulnerabilidad implica más riesgo de que se dispare una patología mental».

En ACAT (Asociación Cántabra de Ayuda al Toxicómano) perciben «confusión» a la hora de diferenciar los usos del cannabis, y añaden a este combo la tolerancia familiar. «Hay escasa o nula percepción de los riesgos asociados al cannabis o al alcohol», comenta Virginia Bezanilla, psicóloga de ACAT. La asociación mantiene cinco programas de intervención activos -entre ellos, de prevención y asistencia a jóvenes y adolescentes-. En 2019, un 30% de los casos globales que asistieron los motivó el consumo de cannabis -aunque luego se constataran más consumos asociados-, y asistieron, además, a un 26% más de menores de 18 años. «Cada vez, la edad de inicio en el consumo del cannabis es más temprana, entre los 13 y 14 años», revela Bezanilla.

¿Qué consecuencias tiene el consumo de cannabis a edades tempranas sobre la salud y el desarrollo cognitivo y social? Beatriz Payá, coordinadora de la Unidad de Psiquiatría y Psicología Infantil del Hospital Valdecilla, explica que «la infancia y la adolescencia son periodos críticos en el desarrollo cerebral. El cerebro está en pleno desarrollo». El cannabis, añade, provoca cambios neuroquímicos y estructurales en el cerebro, y de ello «hay evidencia científica contrastada».

Teniendo en cuenta esto, el inicio del consumo, toda vez que sea «temprano, persistente y frecuente», es crítico. Si ocurre en la adolescencia, puede provocar «alteraciones a corto y largo plazo en la cognición», en cuestiones como el rendimiento académico, y hay evidencia de que «aumenta la prevalencia de trastornos mentales graves», como la psicosis. Payá, como los técnicos de las asociaciones, apunta que el cannabis puede estar asociado al consumo de otras sustancias.

años. Algunos casos ligados al consumo de cannabis que llegan a AMAT o Proyecto Hombre se corresponden con menores de esa edad ('Estudes' la fija en 15 años). Aunque el cannabis desencadena la consulta, en el proceso de evaluación emergen otras conductas de riesgo, como alcohol o juego.