Las joyas de la FP en Cantabria

Con la reciente inauguración oficial del CIFP Puerto de Laredo, dedicado a la formación náutico-pesquera, se añade un nuevo centro integrado a los dos que ya existentes –el CIFP La Granja de Heras y el CIFP Nº1 de Santander–. Estas sedes cuentan con las enseñanzas propias de la FP, pero a su vez pueden ofertar otras modalidades de formación continua y ocupacional dirigidas a trabajadores en activo y desempleados.

Cantabria posee modernos medios técnicos, que pueden considerarse como joyas en sus centros de FP, gracias en gran parte a la inversión realizada en digitalización y a la colaboración estrecha con la empresa privada. Una unión que permite generar sinergias para introducir a los estudiantes al mercado laboral con la mejor preparación y más cercana a la realidad posible. Los centros de La Granja y el Nº1 cuentan con el sello nacional de excelencia y forman parte de la red creada por el Ministerio de Educación. El primero presenta una explotación de ganado de leche totalmente robotizada, mientras que el segundo posee un centro de mecanizado, con estaciones de automatización, robots colaborativos y equipamientos industriales. Una pequeña muestra de todos los espacios en los que se desarrollan la parte práctica de algunas de sus titulaciones ofertadas.

Algunos de estos equipamientos de los dos CIFP mencionados viajaron el pasado miércoles hasta Madrid para participar, junto a los directores y algunos alumnos, en el acto de la Alianza para la Formación Profesional, donde el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, aseguró «la transformación que se ha producido de arriba abajo en el sistema de Formación Profesional». Un hecho que se ha consolidado en Cantabria con el trabajo de los últimos ejecutivos autonómicos en materia de FP y que se ha traducido en que la oferta académica de estas enseñanzas ha crecido hasta 139 títulos en los diversos ciclos formativos.

La FP es por tanto una propuesta educativa que gana enteros –y prestigio– entre la población. Tanto es así que el nivel de herramientas prácticas con las que cuentan los centros de la región para la formación cada vez son mejores y se equiparan, en muchos casos, a las que se pueden encontrar en cualquier empresa que pertenezca al sector.El ciclo de grado medio en Cuidados Auxiliares de Enfermería es el más solicitado en Cantabria, superando las plazas ofertadas. Esta tendencia se repite a nivel nacional, donde Sanidad es la familia profesional más popular. Le siguen Administración y Finanzas, y Sistemas Microinformáticos y Redes.

Trasladar el trabajo real al entorno seguro del aula. Ese es uno de los objetivos que facilita el simulador forestal Komatsu, una herramienta que permite al estudiante ponerse al mando de una procesadora o un autocargador forestal para realizar en primera persona y de forma segura la recogida de madera mediante el procesado de árboles, incluyendo la corta, el desramado, el ronzado, el despuntado, el descortezado y el apilado de troncos. Un dispositivo que se encuentra en el aula Ateka, uno de los baluartes con los que cuenta el CIFP La Granja, en Heras. Además, de estos simuladores, el centro cuenta con un espacio de 80 hectáreas destinadas a cultivos forrajeros, orientados a alimentar a los propios animales con los que cuenta la granja; hortícolas, como lechugas y acelgas; y plantaciones de frutales.

Así es como cumple la función de elaborador y productor a través de sus instalaciones de industrias agroalimentarias, con una planta piloto de cárnicas y con una de productos lácteos que dispone de una quesería, una zona de elaboración de mantequilla, elaboración de yogures y de helados. Todo estas actividades se realizan con la ayuda de nuevas tecnologías y la digitalización de los medios. Tanto es así que en el CIFP La Granja disponen de un simulador de vaca –con el mismo tamaño que una real– que permite a los alumnos practicar todo tipo de procesos, desde la inseminación artificial a un parto. Un proceso que llevan a cabo mediante el equipo Alphavision, una pistola equipada con una cámara que permite visualizar la vagina y el cuello uterino de la vaca en tiempo real desde un teléfono móvil. «Estamos digitalizando el centro en todas nuestras enseñanzas, trabajamos ya con calidad virtual, con simuladores y con inteligencia artificial, porque consideramos también que el sector primario tiene que ir a la par de todos los avances tecnológicos que la sociedad va ofreciéndonos», explica Carlos Micó, director de La Granja.

Para este curso el centro ubicado en Heras tiene matriculados un total de 522 alumnos y presenta un 60% de empleabilidad.

Desde un equipamiento similar al que se utiliza en centros hospitalarios para diálisis y ecografías hasta helicópteros son algunos de los medios con los que cuenta el Centro Integrado de Formación Profesional Nº1 de Santander. «No disponemos aún de máquinas de resonancia magnética por sus especiales medidas de seguridad», confiesa María Eugenia Antón, directora del centro. Con tres edificios y una superficie construida de aproximadamente 6.000 metros cuadrados, es el lugar de referencia para la formación de carácter industrial en Cantabria.

Uno de los edificios alberga la zona de administración y aulas y en dos naves adosadas a él se encuentran talleres y aulas de las familias profesionales de Fabricación Mecánica, Mantenimiento de Vehículos Autopropulsados, Marítimo-Pesquera e Instalación y Mantenimiento, mientras que en el otro están ubicadas aulas, laboratorios y talleres de la familia de Electricidad-Electrónica. La simulación cobra protagonismo en la parte de automoción al poder realizar ejercicios como la soldadura o pintura a través del uso de la realidad aumentada. Esto hace posible la transformación de un objeto físico, de tal forma que este se comporte de acuerdo con las acciones del usuario, permitiendo un notable aumento del tiempo de práctica efectivo.

Asimismo, en el tercer edificio, en la zona más oriental del solar, se encuentran los hangares de los ciclos formativos de Mantenimiento de Aviones y Helicópteros, de la familia profesional de Transporte y Mantenimiento de Vehículos. En la actualidad, el centro dispone de tres helicópteros cedidos por diferentes entidades y se encuentra «pendiente» de un avión.

Además, cuenta con estaciones de automatización y robots colaborativos. Para la elaboración de circuitos electrónicos emplean las impresoras 3D de tecnologías plásticas.

Con dos simuladores ha abierto sus puertas este curso el nuevo CIFP Puerto de Laredo: uno es el dedicado a la parte de máquinas y el otro corresponde al puente. A través de los mismos se puede reproducir de forma real la actividad de salir a un día de pesca. Estas herramientas permiten trabajar las partes relativas a la navegación propias del chip GPS, hacer rutas, navegaciones y maniobras de una embarcación que faena. Asimismo, practicar todo tipo de acciones, como pueden ser el atraque y desatraque del barco, todo ello desde la seguridad del interior de la clase. Unos medios que permiten cubrir las necesidades del sector marítimo y pesquero y formar a esos profesionales en Cantabria sin necesidad de que tengan que marcharse a otras comunidades autónomas.

En cuanto a la pesca, se trabajan con los diferentes sistemas de detección, tanto la ecosonda como el sonar, que permiten realizar la medición de la red y saber la altura a la que se está trabajando y la propia apertura que tiene la red. «Con esos sistemas podemos enseñar a los chicos cómo se puede hacer la configuración de los distintos aparatos para su funcionamiento y luego podemos hacer supuestos también de pesca», explica Benjamín Valle, profesor del centro. «También hacemos una simulación de cómo se produciría un lance de red de arrastre, cerco o palangre». Estas distintas modalidades permiten que los alumnos sean capaces de emplear estos tres tipos de lance, según el tipo de peces que se quieran capturar en el mar.

Los docentes tienen la posibilidad de acondicionar el ejercicio e introducir los diferentes elementos que van a aparecer en el ejercicio. Pueden poner cardúmenes (bancos de peces) a una velocidad, una profundidad y con un tamaño determinado. Con esas condiciones, los estudiantes tienen que emplear las diferentes instrumentaciones para la detección del pescado y hacer el largado con las diferentes redes para hacer la captura. Un elemento que ayuda al ejercicio es que cuenta con una cámara que se puede orientar tanto por encima como por debajo del nivel del mar y así ver cómo funciona la red también por debajo del agua y desde la parte de arriba como una visión periférica para comprobar cómo actúa el barco cuando se realizan los diferentes lances.

Los 73 alumnos que forman parte de este primer curso de vida del CIFP tienen estos elementos de simulación que les permiten realizar prácticas de ensayo y error sin que tengan ningún tipo de consecuencias.

Fogones, hornos y refrigeradores de última generación dan forma a las modernas cocinas de Formación Profesional del IES Peñacastillo, en Santander. Unas instalaciones que, como bien explica su jefe de estudios, Juan Carlos Freire, «podrían ser las que tiene un hotel o un restaurante». Para ello juega un papel muy importante la asociación que mantienen con la marca de hornos Rational, «una de las marcas más punteras del sector», añade Freire. Además de ellos cuentan con refrigeradores y congeladores de última generación que les permiten mantener los alimentos en un estado óptimo.

Una de sus apuestas más recientes se centra en el aula de panadería, donde ofertan un curso de especialización de panadería y bollería artesanal. «Se ha realizado una inversión por los generadores de frío, y añadido elementos como abatidores de primer nivel». En el IES Peñacastillo también cuentan con una mantecadora de helados y atemperadoras de chocolates para las elaboraciones más dulces. Unas preparaciones que se sirven en el apartado del comedor con los estudios centrados en la restauración.

Aunque sí hablamos de formación hostelera en Cantabria hay que mencionar otro referente: el IES Fuente Fresnedo de Laredo, que dispone de espacios muy preparados como son el aula-cocina, el aula-comedor, el aula-pastelería y el aula-cafetería. Todo ello acompañado de elementos técnicos como una mesa caliente, que «no todos los restaurantes tienen», subraya orgullosa su directora, Mónica García.

Estos equipamientos permiten que desde la escuela se realicen servicios semanales que se dan a comensales de fuera del centro, de manera que los alumnos tienen que atender a un público de entre 25 y 40 personas los miércoles y los viernes. En ese menú, en esa propuesta, tanto en cocina, trabajando con la salida de los platos, para que salgan todos debidamente decorados, presentados, al tiempo y calientes, como en los servicios, «pretendemos que todo sea impecable».

Simulación y realidad se juntan en el IES Montesclaros de Reinosa para alcanzar un peso importante en el sector mecanizado y de automoción de la comarca, con una empleabilidad que roza el 100%.

Los talleres del centro se encuentran divididos por familias profesionales y, en cada una de ellos, se disponen de las máquinas específicas que necesitan. Por ejemplo, en el taller de Mecánica de Vehículos de Automoción se pueden encontrar desde los elevadores de coches hasta los elementos técnicos para afrontar reparaciones de frenos o suspensiones con los vehículos que han sido donados por algunos fabricantes de automóviles.

En el apartado de Producción en la Fabricación Mecánica se emplean «tecnologías más avanzadas que las que hay en algunos talleres», subraya Antonino Díez, jefe de estudios de FP en el Montesclaros. Con tornos y fresadoras elaboran piezas de gran sofisticación.

En la familia de Electricidad e Instalación y Mantenimiento Electromecánico tienen talleres de montaje y mantenimiento de instalaciones, de neumática, de hidráulica, de sistemas electrotécnicos...

«En estos se desarrolla un poco más también de programación, de sistemas domóticos, de sistemas automatizados, programación con autómatas programables... La verdad que sí que están actualizados y que son los que se desarrollan en la mayor parte de las industrias en este sentido», confiesa Díez.

Uno de los hechos que remarcan desde el propio centro educativo reinosano es la importancia que tiene a la hora de fijar población, al disponer de grandes oportunidades laborales en la zona sur de Cantabria.

En el único centro de toda Cantabria donde se imparten los estudios de soldadura y calderería se cambia la percepción que se tiene de que el soldador trabaja solamente de forma manual. «Utilizamos simuladores de soldadura en las enseñanzas», remarca Alicia Obeso, directora del centro, demostrando que es una profesión que también se adapta a los tiempos. Una apuesta que va a ir más allá con la compra de un equipamiento láser y la introducción en la soldadura con robots.

Una de las combinaciones que les ha llevado a alcanzar el éxito en la empleabilidad dentro de este sector es el trabajo tanto en el taller industrial que disponen como en el aula de enseñanza. Con un taller de soldadura con cabinas individualizadas, cuentan con otra zona dedicada a la calderería para realizar despieces más grandes de piezas y planos. «A estos equipamientos en el taller hay que sumarle los conocimientos técnicos que se adquieren con la teoría dentro del aula», añade la directora. Una de las claves para el desarrollo práctico es la oferta de enseñanza dual, que permite a los estudiantes compatibilizar el estudio y el trabajo al mismo tiempo.