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El buque sanitario Juan de la Cosa, perteneciente al Instituto Social de la Marina (ISM), duerme estos días recostado en el mar en Santander. Se trata de uno de los dos barcos del Gobierno de España que está presente en zonas de gran concentración de ... flota española para prestar asistencia sanitaria a cualquier barco que lo solicite y se encuentre dentro de su área de cobertura. De hecho, España es el único país de Europa y uno de los pocos del mundo que cuenta con servicio médico público en alta mar y, por eso, en más de una ocasión asisten también a tripulaciones extranjeras.
El Juan de la Cosa es, literalmente, un hospital flotante. La tripulación está formada por unas 30 personas, entre ellas dos médicos, un enfermero y un marinero sanitario. Además, el buque está equipado con los últimos avances sanitarios y cuenta con unas instalaciones óptimas. Basta con bajar tres tramos de escaleras en el interior del barco para llegar a la zona hospitalaria con capacidad para diez personas: sala de curas, laboratorio, sala de radiología, zona de cuidados intensivos, farmacia, sala de aislamiento para el tratamiento de infecciosos e, incluso, quirófano. Sí, han leído bien. Quirófano. Operar en un barco no es una tarea sencilla, tal y como afirma uno de los médicos del buque sanitario, Ignacio Demis. «Realizar una cirugía a bordo es más complicado que hacerlo en tierra por el movimiento del barco». Eso sí, «en el mayor de los casos suelen ser pequeñas incisiones por heridas de anzuelos».
Para entender mejor la labor del Juan de la Cosa, durante la visita se practicó un simulacro de evacuación de paciente. Todos sabían cuál era su puesto. El procedimiento siempre es el mismo. Primero recibieron el aviso por radio y el barco que solicitaba ayuda envió sus coordenadas. Acto seguido y sin perder tiempo, el equipo sanitario se montó en la lancha de rescate: un médico, un enfermero y dos buceadores «por si acaso el temporal hace volcar el bote». Al llegar a la embarcación, el médico valoró el estado del paciente y decidió si era necesario trasladarle al Juan de la Cosa. En este caso –y casi siempre– movilizaron al herido en camilla y regresaron al buque sanitario. Mientras, en el puesto de mando el capitán, Manuel Alzola, y el tercer oficial, Francisco Aguilera, intercambiaban indicaciones de posición para mantener quieto el buque. Ya en la cubierta del Juan de la Cosa, lo normal es que el paciente sea trasladado a la zona hospitalaria a través de un montacargas y allí sea atendido «del mismo modo que en un hospital en tierra».
Aunque no siempre es así. Si se trata de un paciente muy grave interviene el helicóptero de Salvamento Marítimo para trasladarle a tierra. Así sucedió en el simulacro. Minutos después de socorrer al herido, la aeronave sobrevolaba las inmediaciones del buque, que también cuenta con helipuerto. Ya a una altura considerable, un rescatador descendió por la cuerda de salvamento con una camilla y evacuó al paciente.
Una maniobra que no suele ser habitual. El otro médico del Juan de la Cosa, Veaceslav Griza, explicó que, en el día a día, lo que más atienden son traumatismos. «Los temporales son peligrosos y muchas veces los pescadores sufren fuertes golpes. Hacen un trabajo muy sacrificado».
Ahora, tras cuatro días atracado en el Puerto de Santander y con el cambio de tripulación hecho –se efectúa cada mes–, el Juan de la Cosa continuará con su labor y volverá a zarpar el sábado por las aguas del Cantábrico.
La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, visitó Santander para conocer a fondo la labor del buque hospital Juan de la Cosa. «Espectacular», reconoció Saiz minutos después de montar a bordo del barco. No era para menos. Entre declaraciones, también hubo tiempo para bromear: «Soy de Pamplona, una mujer del mar», dijo entre risas. Eso sí, la emoción le duró poco. A pesar de la biodramina, la ministra se encontró indispuesta al poco tiempo de zarpar y tuvo que ser atendida en las instalaciones del buque por los servicios médicos. Afortunadamente, se recuperó rápido y, aunque no pudo presenciar el simulacro de evacuación de paciente, sí pudo disfrutar del tentempié que se ofreció a todos los asistentes al terminar la jornada.
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