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No eran plazas con nombre y apellidos, pero se añadieron a la oferta pública de empleo de 2020 del Servicio Cántabro de Salud para intentar enmendar el sonado despido de dos investigadores del Idival al finalizar su contrato Miguel Servet, reservado por el Instituto de ... Salud Carlos III para la élite de la investigación biosanitaria, y abrir una puerta a su continuidad dentro de la sanidad cántabra vía concurso público, una vez que el Idival no había contemplado ninguna alternativa para prolongar sus carreras.
Los afectados fueron primero José Ramos, despedido a finales de 2019 después de más de una década de trayectoria dentro del Idival, y un año después, su compañero Alain Ocampo, con quien se repitió idéntica historia. Pero la fórmula que ideó la Consejería de Sanidad, con Miguel Rodríguez al frente, para salir del paso de las críticas, tanto de las políticas como de las que le llovieron desde el ámbito científico, chocó con la oposición sindical, «por la ausencia de negociación» en la mesa sectorial.
Tanto ATI como el Sindicato Médico impugnaron el acuerdo del Consejo de Gobierno, de 4 de marzo de 2021, por el que se aprobó el baremo en materia de selección de personal estatutario temporal de personal técnico superior de investigación/biólogo y se autorizó la convocatoria de dos nombramientos de carácter eventual en el Hospital Valdecilla. Y ahora es el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, a través de la Sala de lo contencioso-administrativo, el que les da la razón y deja en el aire el futuro de esas dos plazas de nueva creación dentro de la plantilla del SCS (en concreto, en Microbiología). Una la ocupa de forma interina, después de seis meses en paro, el investigador Alain Ocampo, que ni siquiera había sido informado ayer de la resolución a la que ha tenido acceso este periódico.
José Ramos, en cambio, rechazó en su momento la oferta del SCS, «porque se crearon las plazas deprisa, corriendo y mal, con peores condiciones que las que teníamos y con muchas incógnitas sobre nuestras responsabilidades; nadie nos sabía aclarar las dudas», explica el microbiólogo, que peleó sin éxito en los juzgados su vuelta al Idival y desde hace más de un año trabaja como profesor en Uneatlántico.
«Estaría encantado de volver a Valdecilla y dedicar el 100% de mi tiempo a la investigación, pero en una plaza en condiciones, ajustada a nuestro perfil», añade. «Pero fue todo un despropósito. Quisieron arreglarlo tras la amenaza del Carlos III de quitar la acreditación al Idival si no nos estabilizaban, por eso metieron esas plazas en la OPE con calzador a final de año, pero lo hicieron muy mal», opina Ramos.
Y la sentencia del TSJC lo confirma: «El nombramiento de personal temporal no tiene razón de ser si la necesidad es estructural», y no coyuntural o vinculada a circunstancias puntuales. En el caso de los biólogos, «ni siquiera figuraba esa categoría en la plantilla orgánica del Hospital Valdecilla», por lo que la Sala aprecia «que el nombramiento no responde a una necesidad coyuntural». Una decisión, contra la que cabe recurso, que devuelve la incertidumbre a Olain Ocampo.
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