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La investigación para determinar quién acabó de forma cruel con la vida de Eva Jaular y su bebé de 11 meses sigue su curso. El titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Número 1 de Santander, Fernando Vegas, ha citado a declarar el próximo ... 25 de febrero a siete personas: la madre de Eva, cuatro testigos y dos de los tres guardias civiles que intervinieron cuando la fallecida alertó de que su expareja, José Reñones -en prisión provisional por estos hechos- había quebrantado una orden de alejamiento.
Estas testificales se producirán tres semanas después de que compareciese en el Juzgado, a petición suya, el único y principal sospechoso del crimen, Reñones, que insiste en su inocencia. «No he matado a Eva ni a mi hija», ha manifestado tanto ante la Guardia Civil -el mismo día en que se destapó el crimen- como ante el instructor del caso cuando declaró el pasado 2 de febrero (el día que pasó por primera vez a disposición judicial se acogió a su derecho a no declarar).
JOSÉ REÑONES
Mientras que los testigos que comparecerán el próximo día 25 sitúan al detenido en el lugar de los hechos minutos después de que dos guardias civiles, por indicaciones de un superior, lo expulsaran del domicilio de su expareja (sobre las 16.30 horas del 16 de diciembre), Reñones lo descarta de plano. «Me dirigí a una fuente próxima a la casa, donde me crucé con una vecina, y regresé sobre mis pasos, pasando delante de la vivienda de Eva, pero sin llegar a entrar. A continuación, fui hacia la gasolinera de Villaescusa para, después, coger la senda verde que va a El Astillero. A la altura de Mercadona me senté en una mesa donde tomé tres o cuatro cervezas y estuve paseando por la zona hasta que se hizo de noche», relató ante la Guardia Civil.
Según su declaración, permaneció allí hasta las nueve de la mañana del día siguiente, 17 de diciembre (cuando se destapó el crimen). Después dice que le llamaron la madre de Eva preguntándole por su hija y su nieta y, a continuación, el sargento de la Guardia Civil. A ambos les contestó que no sabía nada de ellas.
Frente a esta versión, una testigo declaró ante la Benemérita que sobre las 16.30 horas vio de nuevo a Reñones regresar al domicilio de Eva. «Lo vi introducirse en el garaje y a los veinte minutos (16.50) escuché como partía leña dentro (él negó esto ante el juez)». Más tarde, sobre las 17.30 horas, esta vecina aseguró que su madre vio a Eva llegar a la casa y entrar al garaje con el coche.
LOS TESTIGOS
Otro testigo declaró ante el instituto armado que sobre las 17.30 horas escuchó a una mujer gritar: «¡Socorro, socorro, mi hija!». La petición de auxilio venía de una casa situada a unos 150 metros de donde se encontraba, pero como este testigo no vio a nadie siguió a lo suyo. Media hora después de ese grito de auxilio, sobre las 18.00 horas, uno de los dos guardias civiles que echaron de la casa a Reñones llamó a Eva para interesarse por ella, pero la mujer no contestó ni devolvió la llamada. ¿Estaba ya muerta?
Junto a estos testimonios, la Guardia Civil recogió el de la cuidadora de la hija de Eva, que declaró que sobre las 17.15 horas estuvo con ella para entregarle a la niña. Después le extrañó que Eva no contestara a sus mensajes y vio que su última conexión fue a las 04.41 horas del día 17.
Además de las testificales de estos testigos, el día 25 se producirán las de dos de los agentes que intervinieron en las horas previas al asesinato de Eva Jaular y su bebé, a los que la Guardia Civil ha abierto un expediente disciplinario por una posible falta grave ya que no detuvieron -como indica el protocolo- al supuesto autor de los hechos, a pesar de saltarse una orden de alejamiento.
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