El afectado y su pareja solicitaron una indemnización de 60.000 euros al Servicio Cántabro de Salud (SCS) por el daño y perjuicios causados como consecuencia de una mala praxis médica al no ser informados de todos los riesgos derivados de la intervención y realizarse de forma incorrecta. Sin embargo, el magistrado del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1, Juan Varea, ha rechazado ahora la reclamación ya que considera que la vasectomía se realizó de forma correcta. De hecho, funcionó durante más de 15 años. «Lo ocurrido es un acontecimiento muy difícil de explicar, tan excepcional que, a juicio del perito, es único y totalmente imprevisible», sostiene el juez, para quien lo ocurrido nada tiene que ver con una «operación que salió bien ni con la información sobre sus riesgos».
La singularidad del caso motivó que uno de los peritos que intervino en el juicio concluyera que este caso «no cuadra ni con la ciencia médica ni con la lógica», tras explicar que nunca vio nada parecido, ni en su práctica ni en estudios científicos, ni en la bibliografía.
El paciente tenía ya dos hijos y no deseaba tener más, por lo que se sometió a una vasectomía Los médicos sostienen que se trata de «un caso único para el que no existe explicación científica»
La pareja tenía ya dos hijos y no deseaba tener más, por lo que el paciente decidió someterse a una vasectomía. La intervención se realizó en el año 2000 y meses después, en febrero de 2001, se realizó un espermograma que arrojó azoospermia -ausencia de espermatozoides-.
A pesar de ello, 15 años después, cuando él tenía ya 53 años y su esposa 49, esta quedó embarazada y en 2016 dio a luz a una niña. Según explica la sentencia a la que ha tenido acceso este periódico, el embarazo se desarrolló «con total desconocimiento de la madre». La mujer ignoraba absolutamente su estado hasta el mismo día del parto, en que acudió al hospital por fuertes dolores abdominales que nunca asoció a un embarazo. Es decir, «en ningún momento de los nueve meses de gestación llegó siquiera a sospechar que estaba embarazada, a pesar de haber dado a luz dos veces con anterioridad».
15 años después la esposa se quedó embarazada, aunque se enteró de su estado cuando se puso de parto
Superada la conmoción del momento, los esposos reclamaron una indemnización de 60.000 euros al Servicio Cántabro de Salud, cuantía fijada tanto por los perjuicios económicos como por la privación de su derecho a decidir sobre la paternidad. Basaron su demanda en dos argumentos: la mala praxis en la práctica de la vasectomía y el defecto en el consentimiento informado, dado que no se les informó ni verbalmente ni por escrito del contenido de la intervención, su alcance y posibilidades de fracaso o alternativas.
Examen de paternidad
Una vez confirmado que el menor es hijo del denunciante mediante el examen de paternidad, la prueba giró fundamentalmente en torno a los informes médicos sobre lo ocurrido, y todos ellos avalaron la corrección de la intervención practicada. El juez concluye que «no existe prueba alguna, pericial o técnica, que permita afirmar que la vasectomía no se practicó correctamente, y tampoco hay indicios de ello», porque tras la intervención se realizó un espermograma con resultado de azoospermia, lo que significa que su líquido seminal era estéril, es decir, «la vasectomía funcionó».
Los peritos médicos explicaron en sus informes que la vasectomía no es 100% eficaz. En algunos casos, el cuerpo del paciente permite una «recanalización», que puede ser precoz, tardía o intermitente. En este caso, «es más que evidente que no ha sido precoz». Pero, según los expertos, la tardía sólo se manifiesta hasta el cuarto año y sus probabilidades son del 0,001%. Más allá del cuarto año, el perito que testificó en la vista señaló que no conoce ningún caso, ni siquiera en publicaciones científicas, pero el jefe de Urología del Hospital Valdecilla informó que sí había esa posibilidad, aunque a partir del décimo año esa eventualidad es «insignificante». Tal es así que si algún vasectomizado quisiera revertir la intervención y someterse a una recanalización, tras el décimo año no se aconseja porque se considera «prácticamente improbable conseguirlo».
A la vista de estos datos, el juez concluye que la técnica «ha funcionado» más de 15 años tras lo cual «se ha producido una recanalización natural y de forma totalmente extraordinaria». Respecto a la falta de información concreta al paciente sobre el porcentaje de fracaso de la vasectomía como sistema de anticoncepción de cara a su elección como mejor opción, el magistrado Juan Varea parte de que «no hay una técnica anticonceptiva infalible». Subraya, además, que la vasectomía es «uno de los métodos más eficaces que hay» por lo que «no parece posible afirmar que de haber conocido por escrito que la intervención tenía una posibilidad de fracaso por recanalización tardía de entre el 0,03 y 1,2% hubiera sustituido este método por cualquier otro con porcentaje igual o mayor de riesgo».
El año pasado, la Audiencia Provincial de Cantabria desestimó otra demanda de un paciente que se le practicó una vasectomía y a los ocho años tuvo una hija.
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