Jacobo Pombo, el intermediario cántabro en el 'caso Koldo'

«La observación de las comunicaciones y la actividad operativa realizada por la unidad actuante han permitido concluir que estos intermediarios serían José Luis Ábalos y Jacobo Pombo», apunta el juez Ismael Moreno en un auto del pasado 7 de febrero.

El empresario cántabro, exempleado de FAES y del Ayuntamiento de Madrid y exdirector de proyectos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) hace una década, ha cogido relevancia en los veranos santanderinos desde que se puso al frente de la Global Youth Leadership Forum, un encuentro de jóvenes dirigentes que debaten los grandes desafíos de la escena internacional junto a veteranos políticos y empresarios de todo el mundo.

Este evento se celebra todos los meses de septiembre en el Palacio de La Magdalena y Ábalos era un fijo cada año, debido a sus estrechos vínculos con Pombo y a su cargo como ministro de Fomento y de Transportes. Era habitual ver tanto a Ábalos, como a su hijo Víctor y a Koldo García, principal implicado en la trama corrupta, cenar en restaurantes de Puertochico.

Precisamente, Pombo, que estudió el Máster en Relaciones Internacionales en la Fundación Comillas, se reunió el pasado 6 de febrero con la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, para arreglar los detalles de la novena edición de ese encuentro mundial de jóvenes líderes en Santander.

Los primeros vínculos de Pombo con la política son con el PP. De hecho, llegó a trabajar en el departamento de Relaciones Internacionales en la sede de la calle Génova, con el exdiputado José Ramón García Hernández como jefe y mentor, quien después, en 2018, se presentó como candidato a liderar el PP frente a Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría. Tras su derrota, quedó relegado del partido, y Pombo se llegó jactar en público de que gracias a sus contactos en el PSOE pudo conseguir para García Hernández el cargo de embajador en Noruega.

El nombre de Jacobo Pombo también apareció en 2015 entre los papeles que la Policía encontró al estafador conocido como 'Pequeño Nicolás' (Francisco Nicolás Gómez) relacionados con la creación de una empresa de seguridad ferrovial internacional. Junto al nombre de Pombo estaba anotada la cifra de 9.000 euros, y en ese mismo documento figuraba el nombre de Eduardo Zaplana, aunque Pombo negó en todo momento cualquier vínculo profesional con el 'pequeño Nicolás'.