La jueza concluye que el cuidador de Cabárceno al que mató una elefanta fue el responsable del accidente

Esta es la segunda vez que la instructora acuerda el archivo de la causa. La primera se produjo el 19 de octubre de 2021, después de que la familia del fallecido y el seguro del Parque de la Naturaleza de Cabárceno pactaran una indemnización por la muerte de Gutiérrez Arnaiz, cuya cantidad no ha trascendido. Como consecuencia de ello, los parientes del fallecido decidieron retirar la denuncia que presentaron frente a Cantur y se apartaron del caso.

Sin embargo, el fiscal solicitó reabrir el caso al haber indicios de irregularidades en los medios de seguridad y salud implicados en el fallecimiento del trabajador, que ahora han sido descartados tras la práctica de varias diligencias.

En un auto emitido el pasado 26 de abril, al que ha tenido acceso El Diario Montañés, la juzgadora hace suyos los argumentos esgrimidos por el Ministerio Fiscal en el informe en el que solicita el sobreseimiento del caso.

Tras señalar que las condiciones preventivas «son siempre mejorables y deben ser objeto de continua atención y corrección», la instructora del caso concluye que el accidente que sufrió Gutiérrez Arnaiz tuvo lugar indiciariamente por el desempeño de su trabajo «de forma defectuosa», ya que «no hizo constar la avería en el pastor eléctrico dañado en el lugar del accidente en el parte de trabajo del día de la rotura, ni comunicó esta circunstancia al encargado de mantenimiento ni a los operarios». Es más, según apunta la jueza, el fallecido ordenó, por el contrario, y a pesar de ser consciente de la rotura parcial del pastor eléctrico, el inicio de la maniobra con la elefanta, permitiendo su salida al patio a través de la manga, permaneciendo a solas con ella en el exterior, mientras los dos cuidadores limpiaban el interior del recinto, «poniéndose así al alcance del animal». Y eso en una «zona de acceso prohibida y delimitada, además, la distancia de alcance mediante una línea amarilla pintada en el suelo, que fue traspasada».

Además, según sostiene la jueza, el trabajador debió tener en cuenta que pastores eléctricos como el dañado en el caso que nos ocupa «no constituyen un medio físico que impide materialmente el paso del animal en el caso de que este venza su temor a la descarga eléctrica». De las tres líneas eléctricas que lo conformaban, al menos dos se hallaban en buen estado de funcionamiento.

La jueza llega a esta conclusión gracias al informe ampliatorio del Instituto Cántabro de Seguridad y Salud, y a las declaraciones testificales del responsable de mantenimiento y el electricista de Cabárceno.

Las primeras pesquisas que se realizaron tras el accidente apuntaban a que Gutiérrez Arnaiz, uno de los cuidadores más veteranos del recinto de los elefantes del Parque de la Naturaleza de Cabárceno, se encontraba en el momento y lugar indebidos en el instante en que sufrió el violento ataque de un ejemplar que terminó por causarle la muerte.

El «exceso de confianza», fruto de toda una vida laboral en el parque trabajando en el recinto de los paquidermos, «condujo a una imprudencia», apuntó entonces Javier López Marcano, consejero de Turismo, que fue duramente criticado por sindicatos y los partidos de la oposición en el Parlamento de Cantabria. «Si una persona busca guarecerse en un lugar como ese, encuentra la manera. No existe riesgo en el recinto de los elefantes, pero ya digo que un exceso de confianza pudo desencadenar la imprudencia», indicó.