

Secciones
Servicios
Destacamos
Lo mismo da cuándo ha disfrutado usted de sus vacaciones, sea en julio o en agosto. En Cantabria en general, y en Santander en particular, ... la sensación es que el verano ha sido este año muy tímido. Apenas se ha atrevido a dar la cara. Más allá de las olas de calor –que no castigan al norte de la cordillera cantábrica como lo hacen al sur–, no ha habido sensación de calor, de sol, de verano como los de toda la vida. Es una percepción que va acorde con las cifras que ofrece la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que constata que en estos dos meses apenas se sumaron veinte días de pleno sol.
«Parece que son pocos, pero en realidad, si se atiende a las horas de insolación, que es el valor en el que más nos manejamos aquí, nos damos cuenta de que está dentro de la normalidad, de la media de otros veranos, y que incluso supera esa cifra», confirma José Luis Arteche, delegado territorial de la agencia.
18,4 grados de media hubo en Cantabria en julio, lo que supone estar por encima de la media.
15 días de lluvia se pueden sumar en la región en el balance de julio y agosto.
Con los datos en la mano asegura que julio tuvo 189 horas de insolación en las zonas más costeras, cuando lo normal son 180. Los datos de agosto son ligeramente superiores, pero van en la misma línea. «Julio podemos decir que tuvo unos nueve días en que la insolación fue más o menos plena. O sea, que tuvo nueve días con cielo completamente despejado. Y si atendemos a agosto, fueron once días en que pudimos ir a la playa a ponernos morenos», bromea Arteche, que recuerda que el criterio de la Aemet para considerar un día despejado es que cuente con más de nueve horas de cielo libre de nubes.
En muchas de esas jornadas al sol le acompañaron las altas temperaturas, porque aunque las medias han estado dentro de la normalidad, –en julio el promedio regional fue de 18,4 grados–, los cántabros recordarán con más facilidad la pasada semana, cuando la última ola de calor llegó a Cantabria para dilatar los mercurios por encima de los 41 grados en la capital cántabra. Las playas de la capital se abarrotaron de turistas en busca del baño porque además el agua del Cantábrico ha mantenido temperaturas más propias del Mediterráneo durante estos dos meses.
Lo que comenzó siendo una anomalía térmica, que llegó a incrementar hasta cuatro grados la temperatura del mar a inicios de julio, se ha mantenido. «Esto ha hecho que darnos un baño haya sido más fácil. Mucho más fácil de lo que suele ser habitual en Cantabria», explica Arteche, que también ha hecho balance de los días mas grises.
Las precipitaciones han salpicado de forma caprichosa varias jornadas de julio y agosto. Según el criterio de Aemet, que estipula que un día de lluvia es aquel en el que se recoge más de un litro por metro cuadrado, se pueden contar hasta ocho en julio y siete en agosto. Quince en total. «Llegaron a caer hasta 45 litros por metro cuadrado de media en estos días en las zonas más costeras, que son las que más nos preocupan en lo que se refiere al turismo», aclara Arteche.
Noticia Relacionada
Pero el norte de la región contrasta con el sur, donde la sequía continúa poniendo en jaque a agricultores y ganaderos. «Hay que tener en cuenta que en julio recogimos solo 26,8 litros por metro cuadrado como promedio de toda Cantabria, lo que supone un 53% de lo que cabía esperar. Es una situación preocupante y que nada tiene que ver con lo que ha pasado en la costa», advierte el responsable de la Aemet.
La suerte para aquellos que esperan el agua es que esta recta final de verano está viniendo bien húmeda;pero esto da al traste con los planes de quienes apuran las vacaciones en estas fechas. El otoño ha irrumpido de pronto desde el pasado fin de semana. El mercurio se contrajo más de diez grados de la noche a la mañana para dejar atrás una ola de calor y traer una borrasca que aún colea por el norte de España. Las precipitaciones llegaron a acumular ayer hasta 5 litros en Santander, y 23 en Torrelavega. En San Roque de Riomiera fue donde más llovió, con 35 litros por metro cuadrado. Y no hay visos de que vaya a parar.
La previsión de la Aemet para el fin de semana no es halagüeña para quienes planean actividades al aire libre. El cielo dará hoy una pequeña tregua pero volverá a descargar agua a partir de mañana a caballo de una depresión aislada en niveles altos (una DANA). Las precipitaciones se intensificarán el fin de semana. El sábado podrían aparecer incluso intervalos tormentosos y el domingo los chubascos poblarán todo el mapa regional. Las temperaturas continuarán rondando los veinte grados y nada apunta a que septiembre, de momento, traiga de vuelta el sol.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Rescatados ilesos dos montañeros tras pasar la noche a la intemperie en Gredos
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.