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El jurado popular ha declarado culpable por unanimidad a Ramón Pérez, el autor confeso del crimen de la calle José Rioja de Santander que tuvo lugar en 2021 y que en el juicio reconoció que acabó con la vida de su compañero de piso, Ramón ... Ruiz.Durante la vista, que se ha celebrado durante cuatro jornadas en la Sección Tercera con tribunal del jurado, el acusado llegó a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía y la acusación particular y aceptó los 15 años de cárcel que le piden ambas partes, que ayer no variaron su calificación de los hechos tras conocer la decisión del tribunal del jurado.
Las acusaciones entienden que Ramón Pérez es autor de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, y le aplican las atenuantes de confesión y de intoxicación por consumo de alcohol y estupefacientes. Además de la pena de prisión, ambas partes solicitan una indemnización de 52.000 euros para el hijo del fallecido, de 21.000 euros para la hija y de 15.000 euros para la hermana, además de abonar al Servicio Cántabro de Salud (SCS) los costes de la asistencia prestada el día del crimen.
El juicio comenzó el miércoles pasado con la constitución del jurado popular y la declaración del procesado, que lleva en prisión provisional desde el 18 de noviembre de 2021.
El acusado, que confirmó el relato de los hechos que recogía la fiscal en su escrito de conclusiones, relató que conoció a la víctima porque vivía en el mismo edificio que él, «encima», y que tanto su madre como su mujer tenían trato con él. Tras entablar una relación acusado y víctima se fueron a vivir juntos, a la vivienda del segundo, el verano de 2021. «No recuerdo muy bien durante cuanto tiempo, un mes o mes y medio».
El día antes de producirse el crimen, el 13 de noviembre, el acusado, que «consumía seis gramos de cocaína al día», señaló que tuvo una trifulca con unos vecinos de etnia gitana porque le habían quitado la droga que había cogido para él su compañero de piso. «Me pegaron y estuve en Valdecilla». Ya el día de los hechos dice que, «después de estar dos o tres días sin dormir» salió con su la víctima a por más droga, ambos consumieron alcohol también, y el coche se les quedó parado porque no tenía gasoil. «Ramón salió corriendo, le agarré, le metí al coche y le di un azote», afirmó
Cuando llegaron a casa, de madrugada, dice que «estaba muy mal» y que empezó a pegar a la víctima. «Me volví loco». «Le pegué, me ensañé, me pasé».
En su declaración en fase de instrucción, el acusado declaró que ató a la víctima por los brazos a una silla para impedir que se pudiera defender. Sin embargo, el juicio no lo recordaba, como tampoco que le golpeara en la cabeza. ¿Y recuerda haberle introducido en varias ocasiones, la pata de una silla por el ano?, le preguntó la fiscal. «Sí», contestó el acusado.
También reconoció que su compañero de piso tenía un brazo en cabestrillo. «En ese momento noté que no estaba muerto. Me seguí drogando y me quedé dormido. Cuando me desperté vi que no se movía y le hice el boca a boca y le tiré un cubo de agua, pero no respondía. Entonces fui a drogarme más». Al día siguiente acudió a la Policía Nacional «porque creía que había hecho algo mal». «Tengo un hijo y no iba a estar toda la vida así, sin decir nada».
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