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Un día en el Juzgado de Guardia

Tribunales ·

El Diario Montañés acompaña al magistrado Luis Enrique García en una de sus guardias en Santander

Abel Verano

Santander

Viernes, 13 de enero 2023

Martes, 10 de enero de 2023. Nueve en punto de la mañana. El complejo judicial de Las Salesas de Santander abre sus puertas al público. A esa hora entra en funcionamiento el Juzgado de Guardia. Ese día, el titular del Juzgado de Instrucción Nº4 de Santander, Luis Enrique García, coge el relevo de su compañera del Juzgado de Instrucción Nº3, la magistrada García. Por delante, ocho jornadas de guardia, en horario de 09.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00, aunque disponible las 24 horas. Un redactor y un fotógrafo de El Diario Montañés acompañan al magistrado durante su primera guardia de la semana para conocer su funcionamiento, el tipo de asuntos que se gestionan y cómo se resuelven. El titular del Juzgado de Instrucción Nº4 aguarda en su despacho la llegada de los periodistas. Recoge su ordenador portátil y una carpeta con expedientes y se dirige a las dependencias del Juzgado de Guardia. «¿Tenemos algún detenido para hoy?», pregunta a una funcionaria. «Todavía no nos han pasado el listado», responde ella. En apenas unos minutos ya tiene la lista en sus manos. Cinco detenidos: uno por violencia de género, que pasa directamente el Juzgado especializado en esta materia, otra por resistencia a agente de la autoridad y tres requisitoriados (personas buscadas por otro juzgado).

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El magistrado García, a la izquierda, organiza la jornada de guardia del pasado martes junto al Letrado de la Administración de Justicia (LAJ) Julio Antolín, a la derecha, y la fiscal Felicidad Andrés, al fondo.

El juez se reúne con la directora del Instituto de Medicina Legal de Santander, Pilar Guillén, de guardia ese día, para informarle sobre una supuesta agresión sexual a una menor de cinco años, que está siendo intervenida en Valdecilla de un dedo.

Primer juicio rápido del día. Un conductor que arrojó una tasa de 0,76 mg/l reconoce los hechos y acepta una multa de 1.470 euros, que abonará a plazos, y diez meses de retirada del carné de conducir.

De 09.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas, los funcionarios del Juzgado de Guardia de Santander tramitan todos los procedimientos que van entrando a lo largo del día y los que hay pendientes de jornadas anteriores.

Segundo juicio rápido del día. Una mujer que fue desahuciada por impago de su vivienda reconoce haberse resistido a un agente de la autoridad, acepta una multa de 1.440 euros y es puesta en libertad.

AUX STEP FOR JS

De camino a su despacho, el magistrado García presenta, primero, al Letrado de Administración de Justicia (LAJ) del Juzgado de Guardia, Julio Antolín, que se encarga de organizar toda la actividad de este órgano y está en contacto con el inspector de sala del 091; y después, a Felicidad Andrés, la fiscal que le acompañará en la guardia hasta el próximo martes, 17 de enero.

Nada más sentarse en su despacho le pasan una llamada procedente del Hospital Marqués de Valdecilla. En concreto, del quirófano de pediatría. Desde allí le comentan que durante la intervención en un dedo de una menor de cinco años han detectado un desgarro perianal, que podría ser compatible con una agresión sexual. De inmediato, el juez va en busca de la forense de guardia, que en esta ocasión es Pilar Guillén, la directora del Instituto de Medicina Legal de Santander. Allí mantienen una conversación (en privado) para tratar el asunto de la menor. El magistrado decide que un facultativo de Valdecilla realice un parte de lesiones y solicita a la forense que examine a la niña para determinar si efectivamente ha podido ser víctima de una agresión sexual.

Tomada esta decisión, entra un nuevo asunto. Lo que se denomina 'comparecencia puente'. Se trata de un hombre denunciado por conducir bajo la influencia del alcohol. En la primera prueba arrojó una tasa de 0,76 mg/l y en la segunda 0,72. Disconforme con el resultado, solicitó una analítica sanguínea. Pero eso no impide que la fiscal reclame para él una multa de siete meses, a razón de siete euros al día (1.470 euros), y diez meses de retirada del carné de conducir. «Se lo está pensando», informa Felicidad Andrés al magistrado. Pasados unos minutos, el hombre acepta la pena propuesta y se celebra entonces el juicio rápido.

Son las diez en punto de la mañana. «Tiene la posibilidad del pago fraccionado», informa la representante del Ministerio Público al hombre. «¿Sale lo mismo?», pregunta él. «Sí, no hay recargo», añade ella. «Le llamarán del Juzgado de lo Penal», apostilla el juez, antes de firmar la sentencia.

Mientras el magistrado García comenta con los periodistas que los casos de agresiones sexuales se han incrementado en los últimos tres años entre un 30% y 40%, «entre otras razones porque se denuncia más», el coordinador del Juzgado de Guardia informa de que para el día siguiente hay previstos otros tres juicios rápidos: uno por alcoholemia (el conductor dio una tasa de 0,67 mg/l) y otros dos frente a dos conductores que circulaban sin puntos. El juez asegura que los que son 'cazados' con el carné sin puntos suelen ser reincidentes y la fiscal explica cuáles son las penas en estos casos: «La primera vez se impone una multa, que suele oscilar entre ocho y diez meses de multa (entre 1.000 y 1.500 euros); si les pillan por segunda vez se manda trabajos en servicio de la comunidad –un castigo que suele dar problemas– y si son multirreincidentes (tres o más condenas) se ordena su ingreso en prisión».

Un multirreincidente

Diez y veinte de la mañana. Antolín anuncia al juez que a las 11.40 horas comparecerá un hombre al que la Guardia Civil ha denunciado precisamente por conducir sin puntos. «Es multirreincidente», avisa la fiscal. «Tiene tres condenas por ir sin carné, otras dos por robos, dos por violencia de género... Voy a pedir su ingreso en prisión durante cuatro meses».

A la espera de esta comparecencia, el magistrado García explica que, finalizada la semana de guardia, el juez que deja el testigo celebra los denominados 'juicios salientes'. El martes, la encargada de esta tarea fue la titular del Juzgado de Instrucción Nº3 de Santander, que tuvo que presidir 16 vistas entre las 09.30 y las 11.40 horas. Todas ellas por delitos leves. Hasta la sala donde se celebraron estos juicios se trasladaron los periodistas. En el pasillo de acceso había unas cuantas personas esperando su turno. Uno de los testigos citados –guarda de seguridad de un centro comercial de Santander– cuenta que acude «siete o ocho veces por semana» al juzgado por hurtos. «Hay un repunte», confirman después la fiscal y el juez de guardia.

A las 11.27 horas, una funcionaria informa al magistrado García de que ya está en el calabozo la mujer detenida por resistencia a un agente de la autoridad. Le pasan el informe y comenta que el incidente surgió a raíz del desahucio «por falta de pago» de esta vecina de Santander. «Según recoge el atestado, la señora insultó y dio un manotazo en el rostro a uno de los agentes, que no presenta ninguna lesión», detalla el juez. «Hay que esperar a que llegue el abogado para asistirla», añade. «Tiene que atender a tres», apunta después Antolín. «Estamos parados entonces», apostilla García, cuando pasan unos minutos de las once y media.

Balance del martes

Cinco detenidos, una alcoholemia, un conductor sin puntos y una resistencia a agente de la autoridad

Un día tranquilo

«Ha sido una guardia muy tranquila en comparación con la de otros días», resume el juez García

En ese momento, le llegan tres casos de presos por robo procedentes del Juzgado de Instrucción Nº3. «Uno de ellos empleó una navaja». Comenta el asunto con la fiscal y decide «incoar dos casos en uno y poner en libertad a uno de los individuos al no quedar claro que hubiese intimidación en el robo». «Mando exhorto a El Dueso», avanza una funcionaria. Entre tanto, llega la abogada que atenderá los tres casos y los tres requisitoriados se acogen a su derecho a no declarar. Todos ellos son puestos en libertad a la espera de juicio.

Doce y veinte del mediodía. Una trabajadora del Juzgado informa al juez sobre un asunto de abusos a niñas por parte de un profesor. «Le han identificado ya. ¿Le cito como investigado?». «Sí», responde el magistrado. «Por cierto, el del carné sin puntos aún no ha venido», comenta minutos después esta misma funcionaria.

Faltan cinco minutos para las dos de la tarde y se celebra el juicio rápido de la mujer que se resistió a abandonar su domicilio. «La multa son 1.440 euros, ¿prefiere pago fraccionado?», pregunta la fiscal. «No, lo pago de golpe». «Piénselo bien, puede pagar en varios plazos», le recomienda el juez. Siguiente juicio. Comparece el denunciado sin puntos en el carné. «Son cuatro meses de cárcel», dice la fiscal. «Recurriremos la sentencia ante la Audiencia», responde la abogada. Hora de comer. La guardia se retoma de 17.00 a 20.00 horas, pero no hay ningún asunto. «Ha sido una guardia muy tranquila comparada con otras», resume el juez.

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