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El proyecto Centinelas, que financia el Gobierno por medio del Centro de Investigación del Medio Ambiente (CIMA), ha advertido de la existencia de aportes de aguas fecales y residuales en la playa de Usil (Miengo), que ya denunció Ecologistas en Acción, y también en ... el arroyo La Bandera, en el río Castanedo. Centinelas ha informado en un comunicado de que a finales de mayo su equipo recogió muestras de agua para su análisis en ocho puntos denunciados por los voluntarios durante la campaña de inspección que realizan tras observar «irregularidades ambientales».
Se trata de la tercera denuncia pública de contaminación del litoral recogida en los últimos días. Primero fueron los mariscadores cántabros quienes se quejaron del cierre al marisqueo de las marismas de Santoña por los altos niveles de contaminación. Y poco después, Equo Miengo denunciaba que en la playa de Usil había un vertido de aguas fecales, como ahora han confirmado los análisis del CIMA. Tras la denuncia de Equo, el Seprona recomendó acotar un perímetro de seguridad junto al aliviadero que conecta con el saneamiento en esa playa de Miengo.
En lo que respecta al trabajo del proyecto Centinelas, los muestreos se llevaron a cabo en diversos puntos de la costa: en el arroyo La Bandera, en la playa de Cuberris de Ajo (Bareyo), en el río Castanedo en Ribamontán al Mar, en el promontorio San Martín y la playa de El Sardinero en Santander, en la playa de Usil en Mogro y la de los Caballos en Cuchía (Miengo), y en dos puntos de la playa de la Concha de Suances.
Con las analíticas realizadas por el laboratorio del CIMA, dependiente del Gobierno regional, se obtuvieron los resultados sobre los parámetros de nutrientes (amonio, nitratos y fosfatos), PH, conductividad, coliformes totales, Escherichia coli. Los valores obtenidos, según Centinelas, indicaron la existencia de aportes de aguas y residuales en el arroyo La Bandera, en el río Castanedo, «y especialmente en la playa de Usil».
Centinelas explica que el punto de Usil está situado a la altura de una salida de alcantarillado directa a la playa, por lo que, a su juicio, «debería tener una vigilancia específica» y «especialmente» durante la época de baño y en el periodo de bajamar.
Añade que también en esos puntos se han detectado valores por encima de lo normal de amonio y fosfatos, «lo que parece demostrar que además de aguas fecales existen vertidos de aguas urbanas y residuales con detergentes».
Centinelas avisa de que en algunos de los casos «las situaciones son recurrentes», y pone de ejemplo, precisamente, el caso de la playa de Usil en Mogro, porque se lleva denunciando desde 2016 la situación, asociada «al mal funcionamiento de las instalaciones de bombeo de las aguas residuales» y «sin que las administraciones competentes pongan solución a un grave problema de salubridad pública».
El proyecto Centinelas tiene como fin la vigilancia y el control del estado ecológico del litoral cántabro, y para ello voluntarios realizan la inspección de un tramo de costa de 500 metros, rellenando una encuesta sobre residuos, contaminación, biodiversidad o flora invasora.
Una vez recogida y analizada la información, el equipo de Centinelas elabora un informe anual sobre el estado de la costa de Cantabria.
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