Secciones
Servicios
Destacamos
Ana del Castillo
Santander
Martes, 25 de febrero 2020, 17:39
«Estoy segura de que mis hijas pasaron el coronavirus hace unos días y nosotros también». Con una tranquilidad poco habitual cuando se trata de hablar del 2019-nCoV, la laredana María Jesús Expósito, de 40 años y afincada en Pavía -foco de ... la infección en Italia- asegura que tanto sus pequeñas como ella y su marido contrajeron el virus: «Tuvimos fiebre, tos, diarrea y nos picaban los ojos. Síntomas, todos, del coronavirus. Fuimos al médico, pero aún no había alarma en Italia por el tema y no nos hicieron la prueba. Además, tenemos amigos en común con el 'paciente 1'».
Expósito vive en Chignolo Po, a cinco kilómetros de Casalpusterlengo, una de las tres localidades de Lombardía aisladas por las autoridades italianas por el brote de coronavirus, que ya deja en Italia once muertos y 283 contagiados. Se han cerrado colegios y universidades, teatros, cines, iglesias y se han suspendido ferias, congresos y hasta funerales, donde «solo dejan oficiar la misa con el párroco y dos familiares». A cal y canto para acorralar al brote y evitar así que siga expandiéndose, como la psicosis generada en torno a él. «Aquí vivimos con relativa tranquilidad, no es tanto como se dice, aunque no sabemos qué va a pasar», cuenta. Por lo pronto, el desabastecimiento de los supermercados. «Eso es cierto, las estanterías están vacías y hemos tenido que hacer acopio de agua, pasta y otros alimentos para mantener la despensa llena hasta que pase todo», aunque reconoce que su familia no tiene problemas en este sentido porque su empresa es mayorista de bebidas y licores de una gran superficie y «tenemos contactos para conseguir productos de alimentación», dice aliviada.
Para entender la situación en Pavía y el aislamiento de 50.000 personas entre Codogno, Castiglione d'Adda y Casalpusterlengo, la cántabra pone un ejemplo: «Aquí todos estamos conectados, esto es un pueblo. Es como si ocurriera en Ampuero, los de Laredo y Ramales acabarían contagiados». Por eso está tan segura de haber pasado el virus. «En el colegio de los niños el contagio fue rapidísimo. De pronto todos los escolares se pusieron malos, alguno incluso superó los 40 de fiebre y se lo tuvieron que llevar con convulsiones».
Desde el pasado viernes, cuando se tomaron medidas estrictas para poder limitar los contagios, Expósito y sus hijas permanecen en casa. Y si tienen que salir lo hacen con mascarilla por «precaución», no para no contagiarse, sino «por no contagiar a alguien mayor». En cuanto al gel desinfectante, agotado en todas las farmacias, lo está fabricando de forma casera. «Todos lo estamos haciendo, con lejía, agua y sal».
Según la Universidad de Cantabria (UC) actualmente hay 73 estudiantes Erasmus de curso completo o segundo cuatrimestre en universidades italianas, 28 en centros del norte del país, donde se concentra el mayor número de contagios. En Milán, que esta semana ha echado el cierre en todas sus universidades, hay seis cántabros; en la ciudad portuaria de Trieste, ubicada en el noroeste del país y donde también se han cancelado las clases, hay siete; cinco en Bolonia, cinco en Roma; dos en Torino; y el resto en Pavía, Padua y Ferrara.
Por el momento el Gobierno de Cantabria no ha pedido a los estudiantes becados que regresen a España, como sí ha hecho el Ejecutivo vasco. «Lo que sí estamos haciendo es estar en continuo contacto con ellos», señalan fuentes de la UC.
Milán 6
Torino 2
Bolonia 5
Ferrara 1
Padua 1
Pavía 1
Trieste 7
Roma 5
Noticia Relacionada
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.