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'Militantes de la solidaridad'. Es como se reconocen los voluntarios que integran el Movimiento Cantabria Solidaria por el 0,77%, que recorre kilómetros para poner conciencia y llamar la atención de ciudadanos y políticos sobre el problema real de la falta de recursos ... que padecen muchas familias en la región. «No podemos mirar para otro lado, hay que dar pasos hacia una mejor organización de la ayuda social», explica Julio Lago, impulsor del movimiento en la región, que anima a unirse a caminar con ellos, consciente de que «cuantos más seamos, más caso nos harán».
–¿Cuáles son las bases de esta organización solidaria?
–Se trata de un movimiento social, libre, formado por personas voluntarias que nació en diciembre de 2005, coincidiendo con el día de los Derechos Humanos. El objetivo de esta unión que cumple 15 años es tejer una red de colaboración sin esperar nada a cambio para ayudar a quienes más lo necesitan de la sociedad. No está dirigido por ningún grupo económico, político ni religioso. Consideramos que para ayudar a las personas no se necesitan grandes cargos ni títulos ni hay que ser una gran empresa, solo hace falta un poco de voluntad, amor y constancia.
–¿Andando kilómetros se capta la dimensión del problema?
–Caminamos por los derechos humanos. Para nosotros movilizar a ciudadanos y políticos en una caminata multitudinaria es la fórmula para que se escuche nuestro mensaje de trabajar más y mejor para evitar las largas colas del hambre que se forman en algunos municipios de Cantabria y que vemos al colaborar con el Banco de Alimentos, la Cocina Económica y el resto de entidades sociales.
–¿Cómo se traducen los kilómetros en alimentos?
–La iniciativa tiene el objetivo de recoger alimentos y partidas solidarias en cada ayuntamiento donde nos reciben un domingo al mes. Desde el inicio del confinamiento hasta final de año entre todos los voluntarios se han aportado 50 toneladas de alimentos que después entregamos a las distintas entidades sociales.
–¿Con qué objetivo emprendéis cada marcha solidaria?
–Cada 21 días hacemos una marcha solidaria para llamar la atención de nuestros políticos sobre el desequilibrio social. Es fácil acabar con el hambre en Cantabria, es cuestión de voluntad política. Queremos que más ciudadanos se unan. Solo les pedimos que estén presentes en los ayuntamientos 77 segundos y que lo hagan desde el corazón. No queremos 'pan y circo', la ayuda tienen que materializarse.
–¿Es posible la unidad política en torno a la ayuda social?
–En la última marcha nos recibió el Parlamento regional y conseguimos unidad política en este ámbito. El presidente de la Cámara, Joaquín Gómez, entendió la necesidad de escuchar la voz de la pobreza, de aquellos que no tienen para pagar un plato de comida o el recibo de la luz. Todos los grupos parlamentarios han suscrito una declaración de apoyo a esta iniciativa desde la que instamos a las instituciones a colaborar más con las entidades sociales. Una de nuestras tareas es invitarles a caminar y lo hacemos con todos los portavoces de todos los signos políticos. Necesitamos que las palabras se conviertan en hechos y que gestionen con mayor conciencia del problema. Después de cada caminata creamos un álbum de recuerdos.
–¿Los participantes de las marchas suelen repetir?
–Sí, es algo que engancha. Las cosas buenas de la vida no cuestan dinero, son gratis. Partimos de la base de que son caminatas solidarias, es decir, el que viene lo hace sin esperar nada a cambio. Sin embargo, recibe mucho. Termina el camino lleno de felicidad, da igual que llueva. El que va de corazón, repite. No hay que acudir para rentabilizarlo políticamente. Caminando juntos se hace camino y te despierta en cierta manera. Te das cuenta de que es sencillo y posible ayudar a los demás. Los ciudadanos tenemos nuestra parte de responsabilidad. Por eso hay que dar un paso al frente.
–¿La visita al Parlamento cambiará algo?
–Hace 12 años fuimos caminando hasta Madrid por respeto a las personas que se mueren cada día en la pobreza y las cosas cambiaron. A primeros de este año, la situación era bastante grave y decidimos no mirar para otro lado y volver a recorrer, en esta ocasión, toda Cantabria, y negociar. Fue importante que nos escucharan en la Cámara y registramos una Proposición no de Ley (PNL) del 0,77 solidario .
–¿Cuál es la siguiente cita?
–El domingo 27 de junio tendrá lugar la marcha solidaria Laredo -Castro Urdiales. La salida está prevista a las nueve de la mañana en el Ayutamiento de Laredo, donde nos recibe el alcalde. A las once llegaremos a Liendo, con un acto solidario de 15 minutos. A continuación, realizaremos una parada en Islares para reponer fuerzas y continuaremos hasta Castro, con previsión de llegar a las cinco de la tarde. La última marcha nos acompañaron 400 personas.
–¿Ha comprobado que funciona esta red de ayuda?
–Con la pandemia ha empeorado la situación de muchas familias. A los políticos les resulta incómodo reconocer que tienen este problema en su municipio. Durante el confinamiento se vivieron situaciones extremas y las administraciones no llegaban a todo. Me impactó mucho el caso de dos chicas con covid que estaban aisladas en su casa y no tenían nada para comer. Contactaron con nosotros y enseguida nos desplazamos con alimentos.
–En todos estos kilómetros, ¿qué ha sido lo más ilusionante?
–Lo más increíble de las marchas es ver la fuerza y energía de personas que nos acompañan con 84 años, capaces de caminar los 30 kilómetros, madres con bebés o embarazadas. También es ilusionante cuando ves a familias a las que has ayudado que vienen a caminar.
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