El láser de los otorrinos que evita el quirófano

En síntesis, supone que se pueden eliminar sin pasar por quirófano –se realiza en la consulta del especialista en Valdecilla Sur–, lo que implica que se evitan las listas de espera que acumula el Servicio Cántabro de Salud; que no precisa anestesia general (con la local basta) y que en diez minutos está resuelto el problema (la consulta completa, con la preparación para ajustar el equipo al tamaño de la lesión y que la anestesia haga su efecto, lleva menos de una hora), de forma que el paciente puede volver a casa en el momento –la otra opción incluye tiempo de reanimación y estancia en el hospital de día–.

Ese avance, «disponible en muy pocos hospitales públicos de España», es posible gracias al láser azul, como explica el doctor Sergio Obeso, uno de los artífices de que esta técnica haya llegado a Valdecilla, junto a sus compañeros Antonio Rubio y Patricia Corriols. «Se trata de un sistema que amplifica la luz de una longitud de onda concreta (445 nanómetros), lo cual hace que los tejidos ricos en pigmentos rojizos, como la sangre o los pólipos, absorban la energía de forma selectiva». El endoscopio que se utiliza para acceder a la laringe tiene un conducto milimétrico con «una fibra más elástica que los primeros que se utilizaban hace años, lo que facilita la rotación y el acceso a sitios angostos». Desde su puesta en marcha, el equipo de otorrinos de Valdecilla ha tratado ya con el láser azul a 80 pacientes. «Esta técnica nos permite abordar la patología benigna de laringe (nódulos, pólipos o edema de Reinke –inflamación crónica de las cuerdas vocales–, entre otras) en la consulta, lo que tiene múltiples ventajas», señala Obeso.La primera y más importante es que, al evitar el paso por quirófano, los pacientes ganan mucho tiempo y evitan el postoperatorio. A cambio, eso sí, de cierta incomodidad por la introducción del tubo por la nariz para aplicar las gotas de anestesia, primero, y para disparar el láser, después. En la intervención real presenciada este viernes, bastaron once segundos de láser, traducido en 194 disparos, para que el pólipo que impedía cerrar las cuerdas vocales desapareciera.

«Para esta consulta tenemos una espera media de 60 días, pero la mitad de estos pacientes son tratados antes de los 30; mientras que en la lista quirúrgica la demora se sitúa en los 150 días y apenas un 10% podemos intervenirlos en el primer mes», añade el otorrino. Y de esa agilidad no se beneficia solo el paciente que cumple con los criterios para ser derivado al láser azul sino también el resto de los que esperan para pasar por quirófano, ya que con los tratados por esta vía se reduce el volumen de los que aguardan su turno por la otra.

«En el proceso en consulta no hay necesidad de quitar tratamientos que estén tomando los pacientes, como anticoagulantes ni antiagregantes (sintrom, adiro...), ni riesgo de rotura de piezas dentales, como puede pasar con la ventilación mecánica», añade. Esta nueva forma de atajar el problema de determinadas lesiones laríngeas supone también «un ahorro económico para el hospital», pues la actividad quirúrgica requiere más personal y fármacos que esta cirugía menor ambulatoria que puede resolver el otorrino en la consulta. Además, subraya Obeso, «el láser azul es también la única solución para un grupo de pacientes que, por distintos motivos, no pueden enfrentarse a una operación quirúrgica, como por ejemplo casos de arritmias o de fibrosis pulmonar».

A día de hoy, el servicio de Otorrinolaringología de Valdecilla puede presumir de ser «pionero en la aplicación de este sistema láser, que aún está por desarrollar en España.Somos, sin duda, el hospital público que más experiencia tiene», destaca el médico.