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El Boletín Oficial de Palencia publicó el pasado 24 de abril la lista definitiva de las candidaturas que se presentan a la Alcaldía de la ... capital. Entre las nueve formaciones que lucharán por ganar las elecciones se encuentra la Unión Regionalista, encabezada en esta ocasión por Eduardo Lera. Sus opciones de conseguir un edil son nulas, pero ese nombre que la mayoría de los cántabros jurarían que no han oído en su vida tiene casi tantas entradas en Google como los líderes de los grandes partidos. Su historial es tan extenso como polémico. Desde una condena por agresión a un vecino cuando vivía en Santander, pasando por visitas a las televisiones nacionales para afirmar que los hijos que tuvo con su pareja eran en realidad del conde Lequio o «fingir su propia muerte» en un tiroteo. También está relacionado con la falsificación de documentos públicos y supuestos casos de estafa.
Esto último es lo que denuncian los integrantes de la plataforma de afectados de 'Palencia con Edu', la organización que creó para ayudar a personas necesitabas. Se dedicaba a recaudar dinero y recoger comida y alimentos que, según lamentan en este colectivo, en muchas ocasiones no llegaba a sus destinatarios. La lista de despropósitos es larga. Cuando otra asociación benéfica inició una campaña para comprar un vehículo, Lera compartió el mensaje manipulando el número de cuenta. Supuestamente, puso el suyo. Sí entregó algunos de los juguetes recogidos en Navidad para niños de familias pobres, pero sacó fotografías a los menores y las utilizó «con claros fines propagandísticos» relacionados con su actividad política. En varias ocasiones, después de proporcionar comida, «amenazó a los beneficiarios para que le realizaran favores». Y a la hija de una mujer que pedía trabajo para su hija «la remitió a un prostíbulo».
Hay más. Un hombre que le donó ropa y calzado, a los pocos días se encontró al alcaldable con esas mismas zapatillas puestas. Solicitaba ayuda para pagar a familias facturas de la luz que finalmente eran falsas. «En cuanto se ve acorralado cambia de destino. Ha estado en Cantabria, Palencia y León, sobre todo en pueblos, pero al final le acaban calando», apunta el portavoz de los afectados.
Con todos esos antecedentes, y cuando las sospechas eran ya evidencias, comenzaron a investigar. Se dieron cuenta que incluso había mentido en su nombre, porque cuando llegó a la capital castellana se hacía llamar Eduard Martínez. También que no estaba registrado como asociación en el Ayuntamiento y que había falsificado el documento para la inscripción. Por ello, un juzgado emitió una orden para averiguar su paradero por un presunto delito de usurpación de identidad. Este periódico ha intentado sin éxito ponerse en contacto con el aludido, que siempre afirma que existe contra él una «mano negra» dirigida por los políticos corruptos.
Los damnificados por 'Palencia con Edu' siguieron tirando de un hilo. Vieron que ya había hecho algo similar en Santander, donde creó hace casi dos décadas la también polémica –el Gobierno regional y el Ayuntamiento le pidió explicaciones– Asociación para una Vivienda Digna, después de que perdiera su piso en un incendio. Ese es el primer hito de su curiosa vida pública. También fue condenado por decir que el verdadero padre de sus hijos era el conde Lequio. Tuvo que pagarle 6.000 euros y el juez le obligó a someterse a un tratamiento psiquiátrico. Eso ocurrió en 2005, cuando también fue condenado a cuatro meses de cárcel por agredir a un vecino en Santander. Tres años antes había salido en la prensa por remitir una petición al Congreso de los Diputados para pedir el indulto del exgeneral Rodríguez Galindo, conocido por su participación en el terrorismo de Estado. Igual que pidió el indulto del expresidente cántabro Juan Hormaechea tras la condena por corrupción.
Pero lo que más sorprendió a los afectados de esta «falsa asociación benéfica» fue comprobar cómo había fingido su propia muerte abatido a tiros por tres narcotraficantes en Chiapas (México). En un seudocomunicado, el informante señalaba que el «joven lebaniego» –hasta su juventud vivió en su pueblo, Camaleño– había recibido 45 impactos de bala y su cuerpo iba a ser repatriado. Entienden que montó ese «paripé» pensando que así evitaría el requerimiento de un juzgado.
«Ha estado vinculado al Partido Popular y después a algunos partidos extremistas. Sabemos que tras dejar Cantabria ha intentado acercarse a distintos partidos de la Montaña Palentina, donde también ha montado agrupaciones de Protección Civil que acabaron mal. En casi todos los sitios le han visto venir y de muchos se ha tenido que ir», insiste el colectivo, que le augura escaso éxito en su intentona de ser alcalde de Palencia.
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