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Secretarias con máscara en la oficina durante la pandemia de gripe española de 1918. DM
Las lecciones de la historia

Las lecciones de la historia

Sucedió hace un siglo ·

De la gripe española a la pandemia actual, las circunstancias se repiten paso por paso, como atestigua en Cantabria la hemeroteca de El Diario Montañés

Javier Rodríguez

Santander

Martes, 12 de enero 2021, 07:16

Los paralelismos entre la gripe española y la actual pandemia son extraordinarios. Parece mentira que un siglo después se repita con tanto detalle la historia. El hombre es el único animal que… Para comprobarlo basta con ojear la hemeroteca de El Diario Montañés, acta notarial. Por cercanía, los lectores del periódico encontraron una breve alusión a la enfermedad, en principio sólo denominada gripe, cuando discurría mayo de 1918. Procedía de Burgos y no se le prestó demasiada atención…

Sería el 27 de septiembre de 1918 cuando la sección 'Notas del Gobierno civil' incluyera como información de alcance regional que en un «importante centro docente» de la villa de Comillas se habían detectado 46 casos de gripe, matizando que todos revestían «carácter benigno» y que los primeros «se registraron en estudiantes llegados de otras provincias». Como inmediata reacción quedó aislado el recinto y se prohibió el ingreso de nuevos alumnos. Igual que cuando arrancó el año pasado en España, el asunto parecía controlado. Pura teoría.

Días después –lunes 30 de septiembre– la noticia de la gripe pasaba de las páginas interiores a portada, pues los informes que manejaban las autoridades confirmaban síntomas preocupantes. Por fortuna, según el gobernador de la provincia no había perdido el «carácter de benignidad» con el que «hizo su aparición en el Seminario Pontificio de Comillas». Se comunicó que «fue importada de Burgos por un joven seminarista de aquella vieja capital castellana, en uno de cuyos cuarteles había estado cumpliendo sus deberes para con la Patria». El problema brotaría también en Torrelavega. Concretamente, en un ciudadano que había estado… en Burgos.

Noticia en la portada de El Diario Montañés del 11 de octubre de 1918.
Imagen - Noticia en la portada de El Diario Montañés del 11 de octubre de 1918.

Del mismo modo que acontece ahora, para combatir al enemigo invisible las autoridades trataban de fomentar en la población el afán por la higiene. Con menos medios, escasas infraestructuras y limitadísimas posibilidades económicas para practicarla, sus consejos no dejaban de ser, para la mayoría, humo. Si en plena cadena de contagios cuesta hoy mentalizar a la población sobre tal aspecto, imaginemos entonces.

Parecía lógico que Santander no escapara de las garras del virus. Y no escapó, claro. Se consignaron pronto «casos sospechosos» entre personas procedentes de otros lugares de España. Uno, el de cierto ciudadano que había llegado a la capital desde ¡Algeciras! La «misteriosa» gripe se convertía cada jornada en materia de prensa. Y con argumentos inquietantes. Por ejemplo este que publicó en portada, con aire telegráfico, El Diario Montañés el lunes 7 de octubre de 1918: «Burgos. Los hospitales y asilos están llenos de enfermos de gripe. Siguen las medidas sanitarias». Por aquello de «cuando las barbas de tu vecino veas pelar», se habla ya de habilitar en Santander las Escuelas Municipales de Numancia como «hospital de infecciosos» y surgen críticas hacia los responsables políticos por improvisar remedios de urgencia para paliar la falta de recursos sanitarios, déficit muchas veces denunciado. Es decir, como ha vuelto a suceder con el covid 19. Siglo tras siglo, en España únicamente nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena.

La gripe avanza en medio de la alarma por diversos pueblos de Cantabria «clausurándose las escuelas y demás centros de reunión». A pesar de las bajas cifras oficiales referidas a la capital, a propuesta del inspector provincial de Sanidad, en octubre de 1918 se envía una orden a los empresarios de teatros y cines santanderinos para cerrar «toda clase de espectáculos». La medida, que se dirige al «Salón Pradera, Pabellón Narbón, Casino del Sardinero (teatro) y bailes de todas clases», acabará extendiéndose al resto de la provincia. Por llamativa, propiciará que la ciudadanía tome nota de que, en el fondo, algo grave sucede o podría suceder.

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