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Eloisa Velarde (Torrelavega, 1964) estudió Pedagogía. Decidió orientar sus conocimientos académicos hacia las adiciones y lleva 33 años trabajando sobre este terreno, así como sobre la intervención familiar. Su carrera profesional la ha desarrollado en AMAT (asociación de lucha contra las adicciones), el Gobierno de ... Cantabria y la ONG Proyecto Hombre en Asturias y Cantabria. Hace ocho años que es la directora de esta última en la región. Sigue confiando en la capacidad del ser humano para recuperarse y el poder de la voluntad frente a las adicciones, si uno se deja ayudar por las personas apropiadas.
-Treinta años de Proyecto Hombre en Cantabria. ¿Cuál diría que ha sido el mayor progreso en este tiempo?
-Somos un equipo humano de muchas personas: patronos, profesionales, voluntariado y familias, que formamos una institución con un compromiso social para Cantabria. Siempre hemos intentando actualizarnos y formarnos para dar respuesta a las adicciones, a lo largo de estos 30 años. Hemos pasado por una mutación desde nuestros orígenes, con la presencia de la heroína, hasta la actualidad, con una diversificación en cuanto a los tratamientos y la prevención, área en la cual cada vez hay más que hacer. Es el bienestar futuro de nuestro niños y niñas.
-¿Cómo ha evolucionado el perfil del usuario de Proyecto Hombre?
-La situación de las adicciones ha dejado de ser visible en la sociedad para convertirse en un problema personal, conocido solo por un círculo pequeño. Ahora pasa socialmente desapercibido. También hemos observando que hay una comorbilidad de la adicción y otros trastornos psicológicos y emocionales entre las personas que acuden a tratamiento.
-Usted ha llamado la atención sobre el aumento de un 52% el año pasado respecto a 2020 en la intervención con menores, debido a algún tipo de adicción. ¿Son conscientes los padres del peligro que corren sus hijos?
-En realidad, no son adicciones sino conductas de riesgo que ocurren en la adolescencia y que por la vulnerabilidad de esta etapa evolutiva hay que intervenir para erradicar o reducir. Para ello es necesario intervenir también con la familia. Los padres y madres tenemos la responsabilidad de proporcionar a nuestros hijos las experiencias básicas que necesitan para ser felices y crecer y evolucionar de forma adecuada. El problema es que, actualmente, con tantos estímulos externos, para las familias es un reto estar informadas de estas conductas, supervisar y poner normas y límites. Deben estar alertas y pedir ayuda cuando sea necesario.
-Es sorprendente la edad a la que empiezan a tener problemas, por ejemplo, las chicas, debido a la pornografía. ¿Cómo es posible y cómo se puede atajar?
-Los niños y niñas hipersexualizados buscan una aceptación del resto, en función de su físico. Desde las redes sociales y los medios de comunicación nos muestran un modelo de personas que triunfan solo y únicamente por poseer atributos físicos que hacen de ellos ser sexualmente deseables. La visión de pornografía hace que la transición de la infancia a la adolescencia sea cada vez más acelerada, saltándose etapas naturales del desarrollo evolutivo y llevando a cabo actividades que no corresponden a su edad. Todo esto tiene consecuencias en la salud mental de las personas: se despierta el interés por conductas sexuales en etapas más tempranas y conlleva una posible aproximación distorsionada de la sexualidad, con expectativas irreales sobre las relaciones sexuales, y una imagen de la mujer como objeto sexual.
-La pandemia ha hecho mella en las adicciones, en todas las edades ¿Cómo ha afectado a menores y adultos?
-El confinamiento, la falta de contacto social y las restricciones han hecho mella en la población. En los menores, porque se encuentran en una etapa de socialización en la que necesitan formar sus propias relaciones, ajenas al círculo familiar, sin supervisión. La educación online, el menor contacto con sus compañeros y no ser más independientes, dificultan su desarrollo. Cuando no cuentan con herramientas para detectar que algo no va bien, puede provocar que se aíslen o que se dejen llevar por consumos o conductas compulsivas. Lo mismo puede ocurrir en adultos, en situación de vulnerabilidad.
-¿Seguimos con las drogas clásicas o hay alguna droga nueva, especialmente peligrosa?
-Sí que hay drogas nuevas, más elaboradas y también más peligrosas, pero el alcohol, la cocaína, el cannabis y las adicciones comportamentales, como al juego, sigue siendo el motivo de petición de tratamiento.
-¿Ser pobre en el mundo de las adicciones, también implica mayores riesgos por la mala calidad de las drogas a las que se puede tener acceso?
-Estar en riesgo de exclusión social y tener menor acceso a oportunidades son factores de riesgo para la evolución y bienestar de la persona y, por lo tanto, de riesgo de tener una adicción como síntoma de esa vulnerabilidad. La calidad de las sustancias tóxicas perjudica la dependencia física.
-¿Qué opinión le merece la iniciativa del Gobierno de España de querer regular el cannabis medicinal?
-Desde mi punto de vista, hasta que no exista un consenso político y científico, además de inversiones para la prevención y que garantice la protección de los sectores más débiles de la población, Proyecto Hombre no apoyará esta legalización, ya que ello provocaría una normalización de su consumo, como ha sucedido con el tabaco y el alchohol y se reduciría la percepción del riesgo incrementando su consumo entre la población, sobre todo la más joven.
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