«La legislatura pasada fue complicada, pero no me da miedo la relación con los profesionales»
Miguel Rodríguez | Consejero de Sanidad ·
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Miguel Rodríguez | Consejero de Sanidad ·
«No habrá recortes, los presupuestos están para cumplirlos, pero las personas van por delante»Ana Rosa García
Santander
Domingo, 8 de septiembre 2019
Después de meditarlo durante tres días, el médico Miguel Rodríguez (Reinosa, 1964) aceptó dirigir la sanidad cántabra, a sabiendas de los vaivenes sufridos por su predecesora, María Luisa Real, pero «sin miedo» al reto y dispuesto a calmar las aguas revueltas la legislatura pasada entre ... el personal sanitario. En su primera entrevista como consejero, reconoce que dijo que sí «porque es una de esas oportunidades que se presenta una vez en tu vida profesional y suponía, además, la vuelta a casa», después de su etapa en Asturias, primero en Oviedo, como director médico del HUCA, y después en Gijón, como gerente del Hospital de Cabueñes. Nada más aterrizar: tuvo que ponerse al día con los números porque Madrid detectó que se había superado el límite de gasto farmacéutico y de productos sanitarios, aunque garantiza que las consecuencias «no supondrán recortes», «porque los presupuestos están para cumplirlos, pero las personas van por delante».
–¿No le echaba para atrás la experiencia de su antecesora, que tuvo una legislatura dura desde el punto de vista político y que se remató con varias huelgas seguidas?
–Yo viví la legislatura anterior desde la distancia, en Asturias, alejado del día a día. Me consta por los medios que fue una legislatura complicada y eso también te echa para atrás, pero al final hay que dar el paso.A mí no me da especialmente miedo las relaciones con los profesionales, porque cuando estás de gerente de un hospital estás en contacto con sus reivindicaciones. Respeto sí, pero miedo no.
–Ahora que ya tiene a su equipo completo, ¿cuáles son las primeras instrucciones que ha dado?
–La primera reunión del equipo completo de directores generales fue el pasado martes. Hay que plantear las acciones y hacer un estudio de cada una de las direcciones generales para empezar a trabajar ya. La elección de las personas es clave al inicio de una legislatura, he querido rodearme de personas muy profesionales y en algunos casos ha costado encontrar el perfil que yo quería.
–¿Algún cambio inmediato?
–Quiero dejar claro lo que va a ser un planteamiento de legislatura, separar cuál es el papel de la Consejería –órgano de dirección política y estratégica– y cuál el del SCS, que es un organismo independiente encargado de la prestación de la asistencia a los ciudadanos. En la Consejería lo normal es no tener problemas, excepto cuando salen en Salud Pública, como ha pasado con la listeriosis, que por suerte no tenemos afectados más allá de los habituales todos los años, o el del omeprazol, que empezó la legislatura anterior, pero en el que tengo que decir que la Consejería hizo un papel perfecto: en el momento en el que detectó los casos, inmovilizó los lotes e hizo la comunicación a la Agencia Española del Medicamento.
–Las familias han sido muy críticas con la Consejería en este caso, dicen que les «faltó información», que se encontraron «desamparadas»...
–No, lo siento pero no tienen razón. Los datos que yo tengo es que en el momento en que se comunican los primeros casos, la Dirección General de Ordenación hace la comunicación a la Agencia del Medicamento, se informa a los pediatras y se inmovilizan cautelarmente los lotes. Nosotros enviamos los botes de producto para su análisis. Puedo entender el malestar de las familias por lo que ha pasado, es muy desagradable que a tu hijo le den una medicación equivocada. La situación es desafortunada, pero la Consejería actuó impecablemente.
–¿Cómo ha encontrado Valdecilla ocho años después de su marcha, además de terminado?
–Valdecilla es el buque insignia de la sanidad cántabra, nuestro hospital de referencia, con todas las especialidades y lo tenemos que cuidar (también a los otros tres). Además, tiene un peso social importante. A nivel económico está bien, habrá que trabajar con el contrato público-privado (Ferrovial/SIEC), que es una complicación extra, pero ya nos hemos sentado con ellos para mejorar esa relación en la medida que podamos y plantear proyectos conjuntos, las dos partes tenemos que ganar en esta relación. Valdecilla tiene un futuro muy prometedor, muchas de las innovaciones que metamos esta legislatura en el ámbito de sanidad llegarán a Valdecilla, al igual que determinadas estructuras de gestión que nos pueden ayudar en el tema de la racionalización del gasto.
–¿Llegará el centro de terapia de protones a Valdecilla?
–Yo espero que sí, pero quiero ser prudente, es una tecnología que está ahí, que ha demostrado que tiene efectividad en determinados tipos de cáncer y tenemos que ver cómo lo implementamos en Valdecilla, es una inversión de mucha cuantía económica.
–La empresa prevé una inversión de unos 40 millones, ¿cuánto le cuesta a la Consejería?
–Tenemos que ver qué inversión está dispuesta a hacer, obras que hay que acometer, instalación del equipo, personal necesario... Si va a atender sólo pacientes cántabros o también de otras comunidades, cómo se va a gestionar eso, etc. Todo hay que dejarlo muy claro.
–¿Si hubiera sido usted el consejero que recibió esa primera oferta hubiera tenido dudas?
–No tengo dudas de la técnica y de que Valdecilla debe tener protonterapia; sería el primer hospital público de España en incorporarla.
–Nada más asumir el cargo, el Ministerio de Sanidad y el de Hacienda le comunican que se ha excedido el límite de gasto farmacéutico. ¿Supondrá eso recortes en Sanidad?
–No. En la carta que nos envían se nos dice que en 2017 y 2018 hemos superado el incremento de gasto en farmacia y productos sanitarios y lo que nos piden es revisarlo y plantear medidas correctoras. Eso no va a suponer recortes. Estamos analizando esa desviación del gasto, porque a veces es plenamente justificable.Por supuesto que el presupuesto está para cumplirlo, lo he dicho siempre, pero las personas van por delante.
–¿Puede avanzar ya algunas de las causas de esa desviación del gasto?
–Las hay muy claras. Si se opera más, necesariamente gastamos más en prótesis. En farmacia, si hay un plan para la erradicación total de la hepatitis C supone más gasto. Si en Cantabria hay un índice de prescripción y de adherencia a anticoagulantes orales mayor que otras comunidades, supone más gasto pero también menos índice de ictus. Hay cosas que se pueden explicar, independientemente de que haya nichos de mejora, que habrá que buscar y plantear medidas correctoras.
–¿En qué medidas se está pensando para contener ese gasto extra?
–Estamos en ello, hemos hecho la identificación de las desviaciones y ahora queda ver dónde vamos a plantear medidas correctoras.
–¿Qué deuda arrastra la Consejería que ahora le toca gestionar?
–La información que tengo es que es la que viene siendo habitual todos los años. El presupuesto de Sanidad está infraestimado siempre, y en 2019 también. La previsión es acabar con deuda en todos los capítulos, tanto en el I (personal), aunque lógicamente las nóminas están aseguradas; como en el II, fundamentalmente por la farmacia hospitalaria, debido al incremento de los precios y a los nuevos fármacos. Las novedades farmacológicas son caras, pero si se demuestra eficacia en ensayos clínicos no podemos negárselo a los pacientes. Es una situación muy comprometida, para un enfermo oncológico puede ser casi la última esperanza que le queda.
–¿A cuánto asciende esa deuda?
–Exactamente no te lo podría cuantificar, pero es una deuda grande. El déficit entre lo presupuestado y lo que vamos a gastar tranquilamente podría llegar en torno a los cien millones.Sanidad tiene menos presupuesto que el gasto real.
–¿Se va a cumplir con los acuerdos firmados por Real tras las huelgas o va a haber que dar marcha atrás?
–El espíritu es cumplirlos. El último (el firmado con el Sindicato Médico) aún tiene que seguir los trámites oportunos (memoria económica, paso por Hacienda y, si Hacienda dice que hay dinero, el correspondiente informe jurídico).
–¿Cree que podrá evitar que resurjan los conflictos laborales?
–Yo espero que seamos capaces de sentarnos, dialogar y reconducir situaciones que haya que reconducir, lo cual no excluye nada. Los sindicatos cumplen su papel, que es defender las reivindicaciones de los trabajadores y nosotros tenemos nuestro papel: lo fácil es decir que sí, pero como representantes de los intereses de la Administración y, por tanto, de todos los ciudadanos, muchas veces tenemos que decir que no.
–¿La nueva Subdirección de Cuidados del SCS es un gesto para limar asperezas con la enfermería, muy quemada en la legislatura pasada?
–No, es un gesto porque creemos que es necesario reconocer el papel que los cuidados tienen que jugar en el sistema sanitario. Por la tendencia demográfica de la población los cuidados cada vez son más importantes y lo que pretendemos es que sean equitativos en toda la región. También es un reconocimiento al papel de la enfermería, que no puede estar atechada detrás del médico. Tiene que estar integrada en un equipo, pero eso no quiere decir que no tenga sus propias líneas de actuación y que pueda asumir más roles.
–Uno de los motivos de la huelga de enfermería fue la gestión de la demanda urgente que acude a los centros sin cita. ¿Se va a mantener esa instrucción tal y como se implantó?
–Hasta que se revise sí, pero ya hemos dicho a los colectivos profesionales que esto tiene que surgir de un pacto entre ellos. Las soluciones no pueden ser únicas, sino que hay que adaptarlas a cada sitio y tienen que surgir de que los profesionales se sienten y digan qué rol va a asumir cada uno. No es lo mismo un centro de salud urbano, que uno rural.
–¿Entonces es partidario de que la enfermería haga esa función de triaje (criba) para descongestionar las consultas de los médicos?
–La idea es que la enfermería asuma cada vez más responsabilidades y esa es una de ellas. Está perfectamente capacitada para ver a un paciente y hacer una orientación, lo cual no quiere que vaya a asumir competencias atribuidas al médico: ni va a diagnosticar ni va a prescribir tratamientos que no pueda. Cada equipo deberá llegar a acuerdos sobre cómo gestionar esa demanda.
–Pero venimos de una etapa en la que médicos y enfermeros han acabado bastante distanciados…
–Ahora nuestra labor es recomponer esa relación profesional. En un equipo de Atención Primaria no pueden trabajar por separado.
–¿Tiene alguna receta para curar los problemas de la Atención Primaria?
–La receta es encontrar nuevas formas de relacionarnos con los usuarios y ahí tenemos que meter las nuevas tecnologías, por eso hemos creado la Dirección General de Transformación Digital, la estrella de esta legislatura. En el siglo XXI no podemos basar todo nuestro modelo de asistencia a los usuarios es un modelo presencial, porque en muchos casos no es necesario.
–¿Alternativas a la falta de médicos?
–Compartir roles con otros profesionales, aumentar las plazas MIR (tendrá resultado dentro de cuatro años) y habrá que hacer una revisión de los centros de salud y consultorios actuales: no hablo de quitar, pero si de replantear y ver si podemos concentrar y dar otro tipo de servicio.
–Los sindicatos le dirían que no se ha sabido retener a esos profesionales con mejores condiciones laborales.
–Hoy en día, y ya en la legislatura pasada, a cualquier profesional de especialidades deficitarias (medicina de familia, pediatría, radiología, anestesiología…) que se presente con el título se le contrata como mínimo un año. También hay mucho mito. Se habla de los que se acreditan para trabajar en el extranjero, pero no de los que efectivamente lo hacen, que son muchos menos. Y las condiciones sociales de los MIR de hoy, en general, no son las de hace quince años, ahora valoran más otras cosas aparte del trabajo, como tener tiempo libre, no hacer tantas guardias…
–Llama la atención que no se hayan publicado las listas de espera del primer semestre. ¿En qué medida han afectado los conflictos laborales y las oposiciones?
–No me sé las cifras, pero ya te adelanto que buenos no pueden ser. Los conflictos laborales siempre tienen repercusión en las listas de espera. Y luego hay que añadir el efecto de la OPE. Si los datos son peores habrá que explicar por qué, pero no ocultarlos.
–Piense ahora en el final de su mandato, cómo le gustaría que se le recordara, como el consejero que…
–Me gustaría que esta legislatura fuera la de los profesionales, pero en el sentido del conocimiento y la asistencia sanitaria, no en el área de las reivindicaciones laborales, puesto que ahí ya se hizo un esfuerzo muy grande en la pasada legislatura. Yo no voy a decir si los profesionales sanitarios ganan mucho o poco, pero cuando uno se presenta a un puesto público, los sueldos son públicos. Todo el mundo tiene derecho a mejorar sus condiciones, aunque tendrá que ir asociado a lo que se trabaja. Lo de café para todos no puede ser. Habrá que pagar más a los que más trabajan y mejores resultados tienen; esa es la política que me gustaría implementar.
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