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Hace semanas que un gran buque permanece fondeado frente a las playas de El Sardinero. Inmenso, con líneas rectas y gran altura, ha llamado la atención de los vecinos a uno y otro lado de la bahía. Es el carguero tipo que está dedicado al tráfico Ro-Ro, de vehículos; lo que denominan un 'Car carrier' (cargador de coches) en el argot profesional del Puerto de Santander. «Llama mucho la atención que esté ahí parado desde hace tanto tiempo», comentaba hace unos días uno de los vecinos que cada jornada pasea a su perro junto a la playa de El Camello.
«Lo normal es que estén ahí sólo un par de días o algo así, pero nunca tanto tiempo». «Igual están haciendo cuarentena. Esperando a entrar en el Puerto cuando se hayan cerciorado de que nadie está contaminado». Nada más lejos de la realidad.
Nombre 'Autostar'
Bandera Portuguesa
Antigüedad 20 años.
Eslora 140 metros.
Capacidad 2.080 vehículos
Armador UECC
Tiempo fondeado Desde el pasado 27 de marzo.
Sucede que el buque 'Autostar' aguarda a que la actividad comercial de vehículos -ahora detenida por la crisis del coronavirus- regrese a la normalidad. «Entre la tripulación no hay ninguna persona que tenga síntomas o haya tenido algo que nos llevara a pensar que estaba infectado», destacan desde la capitanía del barco. Un mastodonte con bandera portuguesa, propiedad de la empresa armadora UECC, con 140 metros de eslora y veinte años de antigüedad, que desde su puesta en marcha recala en Santander y en otros europeos como el de Róterdam.
Con capacidad para 2.080 vehículos esperará inactivo por «un tiempo indeterminado, el que la industria europea del automóvil esté detenida», justifica Juan Carlos Bengoechea, responsable de Combalia Agencia Marítima S. A., la consignataria en el Puerto. «La tripulación está un poco como nosotros, encerrada, en su caso en ese barco», destaca Bengoechea. El próximo lunes, día 20, se acercará a Puerto para abastecerse de víveres, sobre todo productos frescos y agua; pero nadie saldrá a dar un paseo.
La costumbre del marino es ir de compras a El Corte Inglés, que queda muy cerca de la salida del Puerto, o acercarse a comer al Barrio Pesquero; pero en este caso no podrá ser. Por eso tan pronto como carguen nuevas provisiones regresarán a su punto frente a las playas de El Sardinero para aguardar fondeados hasta recibir nuevas órdenes del armador. Con los concesionarios cerrados y la industria automovilística detenida, nadie sabe con exactitud cuándo recuperará su rutina habitual de escalas. Un mapa en el que Santander se ha convertido desde hace años en referente nacional y también europeo.
La capital cántabra repite cada año como uno de los principales enclaves europeos para el tráfico de vehículos, según la asociación de fabricantes de automóviles (Anfac). Algo que ha logrado tras el análisis de los ocho puertos de relevancia para la importación y exportación de vehículos en España: Santander, Barcelona, Málaga, Pasajes, Sagunto, Tarragona, Valencia y Vigo. Entre estos suman el 88% del tráfico nacional con cerca de 3 millones de unidades. Sólo en Santander se llegan a mover al año cerca de 500.000 coches. La importancia de este negocio en Santander ha impulsado una de las inversiones más importantes del Puerto en los últimos años. Un gran silo para almacén de vehículos que ocupará una superficie superior a los 73.000 metros cuadrados en el espigón central de Raos y costará más de 20 millones de euros.
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