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Los pacientes en tratamiento de atomoxetina para el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es probable que en las últimas semanas hayan tenido dificultades para encontrar el medicamento si su marca era Strattera, toda vez que el laboratorio suspendió en agosto su ... fabricación en cápsulas. Una decisión que ha motivado un problema de desabastecimiento que se está solventando, como explican desde el Colegio de Farmacéuticos de Cantabria, «solicitándolo como medicación extranjera, a través del servicio de Farmacia de Atención Primaria». Pero lejos de ser un caso puntual (no figura ya en la lista de carencias), es uno más de los tantos problemas de suministro con los que lidian las farmacias en su día a día desde hace más de tres años. No solo en España, sino en Europa. Unas veces por escasez de materias primas o fallos en la fabricación, y otras por políticas de precios o incremento puntual de la demanda, como ocurrió a principios de año con el fármaco financiado para dejar de fumar (Todacitan).
La lista de desabastecimientos incluye esta presentación de paracetamol en comprimidos de un gramo, tanto la caja de 20 como la de 40.
Este antibiótico que contiene amoxicilina y ácido clavulánico tampoco está disponible ahora en la presentación de 30 comprimidos recubiertos.
El tubo de 30 gramos de la conocida pomada antibiótica que actúa eliminando las bacterias que causan infecciones también está agotada.
El remedio que previene las náuseas y los vómitos sufre desabastecimiento tanto en comprimidos (afecta a varios tamaños) como en jarabe.
Este tranquilizante-ansiolítico, que evita el nerviosismo y la ansiedad, también falta en las farmacias, tanto la caja de 25 como la de 50 comprimidos.
Este fármaco pertenece al grupo de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos y no está disponible ni en colirio, ni en comprimidos ni en gel.
«Cada vez existen más desabastecimientos, vivimos con ello», declara la presidenta de los farmacéuticos, Rita de la Plaza. A día de hoy, la lista de «faltas reales» asciende a 59 presentaciones (algunas del mismo nombre pero de diferente formato), según el registro del Centro de Información sobre el Suministro de Medicamentos (Cismed), «un sistema de información que permite detectar en tiempo real situaciones generalizadas de suministro irregular o inadecuado», explica De la Plaza.
En el recuento de la última semana aparecen fármacos tan populares como el Efferalgan, el paracetamol en comprimidos efervescentes que no encontrará en ninguna botica ni en caja de 20 ni de 40 unidades de un gramo. Y aparecen otras presentaciones del mismo principio activo, que es fácil sustituir por el amplio abanico de opciones existente. Lo mismo pasa con el ibuprofeno. Imposible adquirir en estos momentos la caja de Kern Pharma o de Aristogen en comprimidos recubiertos, o el Neobrufen en sobres de granulado efervescente, pero habrá muchos otros que sirven como alternativa. Y de Primperan, el remedio que evita las náuseas y los vómitos, tampoco hay stock ni en comprimidos ni en jarabe (frasco de 200 ml).
Falta Orfidal, que lo habrán echado en falta quienes lo tomaban para controlar la ansiedad; o Imigran Neo, que le será más familiar a quienes sufren crisis de migraña. Asimismo, entre los antibióticos la lista incluye dos presentaciones muy conocidas, como Augmentine en comprimidos recubiertos o la pomada de Bactroban, indicada para curar infecciones bacterianas. Cierto es que no de todos los fármacos afectados por desabastecimiento existen alternativas. No lo tienen, por ejemplo, ni Colchicina Sed (falta la caja de 20 comprimidos de 0,5 mg), que se utiliza en el tratamiento de ataques agudos de gota; ni el colirio Arteoptic.
«Los farmacéuticos estamos solucionando los problemas de suministro con información a los pacientes y alternativas, como la sustitución cuando es posible, o a través de la formulación magistral», señala De la Plaza. La Agencia Española de Medicamentos recoge los desabastecimientos comunicados por los laboratorios o las comunidades, aunque esa información no siempre coincide con la realidad de las farmacias, que notan la falta en sus distribuidores antes. Para solventar faltas «puntuales», disponen de otra herramienta (Farmahelp), que permite consultar cuál es la farmacia más cercana que sí dispone aún de ese medicamento que la que hace la búsqueda ya no tiene.
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