La lista negra de atropellos en lo que va de año en Cantabria: seis fallecidos

El conductor de 73 años que atropelló ayer a los tres turistas triplicó la tasa de alcohol, además de dar positivo en drogas y el joven que conducía el coche que se llevó por delante la vida Bret Elorza también había consumido cocaína, cannabis y metanfetaminas.

La primera víctima mortal de 2023 por accidente de tráfico en Cantabria fue un peatón de 86 años que atravesaba un paso de cebra en la calle Hermanos Calderón, en Peñacastillo, y que fue atropellado por un turismo poco antes de las diez de la mañana. A la misma hora y en el mismo lugar donde un año antes falleció en las mismas circunstancias otro varón de 69 años.

El conductor, un chaval de «no más de 30 años», según los testigos, explicó a los agentes que no se percató de que estaba cruzando un peatón porque la luz del sol le había deslumbrado.

El joven Bret Elorza, de 19 años, perdió la vida el 3 de febrero de 2023 cuando circulaba con su ciclomotor por Castelar al ser arrollado por Bryan Barroso, que venía «picado» con otro conductor, Adrián Bedia. Bret murió en el acto y Barroso dio positivo en cocaína, cannabis y metanfetaminas.

Según la Policía Local, los dos conductores iniciaron un pique a la altura de Marqués de la Hermida, «conduciendo a gran velocidad» durante un largo trayecto hasta llegar a la rotonda de Puertochico, donde accedieron «sin respetar la preferencia de los vehículos» que por la misma circulaban. Después salieron a la calle Castelar donde el vehículo de Barroso, a consecuencia de la excesiva velocidad derivada del pique con el vehículo de Bedia, «saltó la mediana e invadió el carril contrario colisionando de frente contra el ciclomotor conducido por Bret Elorza, que falleció en el acto».

La tercera víctima mortal del año por accidente de tráfico en Cantabria fue Florentino Gómez Fernández 'Floren', un ciclista de 67 años, vecino de Torrelavega, que falleció 11 de febrero, sábado, en Sierrapando tras ser arrollado por un coche que le arrastró varios metros sobre la carretera. El conductor, un joven residente también en la capital del Besaya, se dio a la fuga tras el accidente y fue detenido horas después por la Policía Local.

Floren, como le conocían sus amigos, dejó esposa, dos hijos y tres nietos. Gran aficionado a la bicicleta, era socio del Club Cicloturismo Cantabria, con sede en Torrelavega. Fue camionero y después de terminar su vida laboral en el Ayuntamiento de Reocín, se dedicaba a dar rienda suelta a su pasión por la bicicleta.

La lista negra de atropellos mortales en Cantabria sumó ayer tres víctimas más. Erika Rey de Perea, de 42 años y vecina de Sestao (Vizcaya); su hijo, Izan Río Rey, de 19 años; y María Teresa Ramos, de 68 años y natural de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), que fallecieron tras ser atropellados por un monovolumen cuando caminaban por un carril peatonal próximo al camping de Somo Parque de Suesa.

El conductor, Jaime Acebes Fernández, ha triplicado la tasa de alcohol permitida (0,72 mg/l en aire espirado) y también ha dado positivo en drogas.

En la hemeroteca de El Diario Montañés hay otros atropellos mortales ocurridos en los últimos años. Despistes, fallos mecánicos o falta de visibilidad, entre las causas de los accidentes. Hay uno grabado en la memoria colectiva, el accidente de Corbán que se llevó por delante la vida de dos jóvenes de 28 y 29 años. El conductor dio positivo en el test de alcoholemia. La Audiencia de Cantabria le condenó a cinco años y tres meses de prisión por homicidio imprudente.

Una mujer de 76 años falleció en el acto poco antes de las 14.00 horas del 15 de enero de 2022 al ser embestida por una ambulancia del 061 cuando subía por las escaleras que conectan la Bajada de Polio con la Avenida de Los Castros. Según ha confirmado la Policía Local de Santander, el vehículo perdió el control de los frenos y se empotró contra la barandilla metálica de la escalinata, arrolló a la mujer y golpeó violentamente a su marido, con el que paseaba.

«Vi que mi compañero pisaba el freno, pero la ambulancia no paraba, no paraba... y cuando quisimos darnos cuenta, habíamos chocado contra estas personas». En shock, el técnico que iba de copiloto en el vehículo sanitario contó esto a los agentes.

Un hombre de 69 años falleció en el mismo paso de cebra de Peñacastillo donde casi un año después perdió la vida otro varón, en la calle Hermanos Calderón. Según los testigos, la víctima cruzaba por el paso de peatones y la conductora responsable del atropello no lo vio, cegada por el sol.

Un hombre de 78 años perdió la vida al ser arrollado en la N-611 por un vehículo en Puente Arce. El incidente pudo convertirse en una tragedia, ya que el atropello afectó a cuatro personas: una pareja y sus dos nietos. El matrimonio cruzaba la carretera por el paso de peatones que se halla a la altura del restaurante Oxford junto a los niños, de 4 y 2 años, y en ese momento una conductora, de 60 años, les embistió cuando circulaba en sentido a Santander, procedente de Torrelavega.

A la mujer que conducía el vehículo se le realizaron las pruebas de alcoholemia, que resultaron negativas.

Un hombre de 45 años falleció el 12 de mayo de 2019 en un accidente de tráfico ocurrido en la CA-148, en Escalante, en el que también ha resultó herida «de extrema gravedad» su esposa, que viajaba en el asiento del copiloto.

El siniestro tuvo lugar a las 7.30 horas cuando el coche en el que viajaba el fallecido y su mujer paró en un semáforo en rojo y el vehículo que venía detrás no tuvo tiempo de frenar, impactando de lleno contra ellos.

El conducto dio positivo en alcoholemia y los investigadores señalaron que ese hecho se unió a la excesiva velocidad y a un posible despiste por el uso del móvil.

Un hombre de 60 años y una mujer de 97 perdieron la vida en noviembre de 2018 en Santander, tras el atropello múltiple en la calle General Dávila, a la altura del colegio Salesianos. Otras dos personas que también fueron atropelladas por el mismo vehículo sufrieron heridas leves.

El atropello ha tenido lugar alrededor de las 10.00 horas en la santanderina calle de General Dávila cuando el único vehículo implicado, un Kia Sportage, se salió de la vía y acabó subiéndose a la acera del margen derecho en dirección a la traída de aguas, justo frente a la oficina de Liberbank. En esa maniobra atropelló a cuatro personas, que en ese momento iban andando por la acera. Una de ellas era un hombre de 60 años de edad, que presentaba lesiones muy graves y que falleció momentos después del impacto, cuando era conducido por una ambulancia hasta el hospital de Valdecilla. Otra de las atropelladas fue una mujer de 97 años, que tuvo que ser reanimada por los servicios sanitarios de emergencia que acudieron al lugar. Esta víctima llegó con vida al Hospital de Valdecilla, donde fue trasladada de urgencia, pero unas horas después falleció debido a la gravedad de sus lesiones y a su avanzada edad.

La versión oficial es que pudo tratarse de «un despiste» del conductor, un hombre de unos 40 años que resultó ileso. En las pruebas de alcoholemia y drogas dio negativo.

Marina Fernández Gómez y Natalia Fernández de la Granja, dos amigas de 28 y 29 años, fallecieron como consecuencia del brutal impacto de otro vehículo en la rotonta de Corbán, donde el seminario. El hombre que pilotaba el coche que no respetó el ceda el paso de la rotonda, Luis Echevarría García, de 36 años, salió ileso de la colisión. Tras el accidente fue sometido a las pruebas de alcohol y drogas. La primera arrojó un resultado positivo del más del doble de la tasa permitida por la ley (límite fijado en el 0,25 miligramos por litro en aire respirado) y la segunda, negativo.

La Audiencia Provincial de Cantabria condenó a cinco años y tres meses de prisión a Luis Echevarría como responsable de la muerte de las dos jóvenes. La sentencia reconoció que circulaba bajo los efectos del alcohol y a gran velocidad por la calle Julio Jaurena de Santander y por ello se le imputó dos delitos de homicidio por imprudencia, en concurso con un delito de conducción temeraria, otro de exceso de velocidad y un tercero de conducción bajo los efectos de alcohol.