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Cuando llama un estafador
Engaños telefónicos más frecuentes en Cantabria

Cuando llama un estafador

Guardia Civil y Policía Nacional se vuelcan en la concienciación ante los intentos telefónicos de los delincuentes | Los dos cuerpos exponen junto a El Diario Montañés los casos más habituales en la región

Álvaro Machín

Santander

Lunes, 30 de septiembre 2024, 07:16

Mientras estaba escribiendo este reportaje el que lo firma recibió una llamada. «Le llamamos de su compañía de la luz». Se escucha mucho ruido de fondo y empiezan a contar una milonga curiosa. Que necesitan unos datos para la facturación... Un día antes, otra llamada. La de «hemos recibido su currículum» (y uno no lo ha enviado a ningún sitio). Y así, varias. ¿Les suena? Seguro que sí, porque Policía Nacional y Guardia Civil indican que los intentos de estafa por teléfono (incluidos en los casos genéricos de ciberestafa) siguen «en auge». En Cantabria y en todas partes. Lo de las llamadas es una evidencia, casi un bombardeo. «Cada vez estamos más expuestos», coinciden ambos cuerpos, inmersos en investigaciones «complejas» porque muchas de estas estafas tienen su origen en terceros países. Por eso, más allá de tratar de cazar a estos delincuentes, tanto el Equipo @Cantabria de la Benemérita como los grupos especializados de investigación de la Policía Nacional inciden en la concienciación. Ante las denuncias, el aviso a la población. Una alerta. Este reportaje es justamente eso. Porque los casos que se detallan a continuación son los que, ahora mismo, más se están produciendo en Cantabria.

  1. La falsa DGT

    El mensaje de la multa de tráfico

Un pitido del teléfono es el primer paso. Un SMS y un «tiene usted una multa». Toca pagar antes de 24 horas, dicen. El mismo mensaje –supuestamente de la DGT– incluye un enlace que le dirige a una plataforma de pago. Pero, lejos de pagar una sanción, estará, quizás, alimentando una cuenta en el extranjero o comprando criptomonedas para el estafador. Es uno de los intentos de estafa que más se repite estos días, al hilo de las denuncias presentadas. Justo lo contrario que otro similar, pero vinculado al envío de un paquete de Correos (que le faltan datos para que se lo entreguen, que hay que hacer un pequeño pago...). «Está menos de moda porque ahí se trataba de cargos de 20-30 euros y con la multa son importes más grandes, de 300 o más». La clave, que la DGT nunca le mandará un SMS para pagar nada a su móvil.

  1. Un hijo en apuros

    «Mamá, necesito dinero»

También a través de mensajes o WhatsApp. El 'niño' (o un conocido) escribe desde un número que no es el suyo (dirá que se rompió o lo ha perdido). Se inventará algún motivo para explicar que no puede hablar y una historia para pedir un envío de dinero urgente (que le han robado la cartera, que ha tenido algún problema...). Le darán excusas de todo tipo e intentarán que la conversación se alargue (para que no llame a su hijo de verdad) hasta que se haga una «transferencia inmediata» (que no se pueden cancelar). Antes lo hacían, por ejemplo, con hijos en el extranjero, pero ya no hay filtro y se hace con cualquiera. Lo mejor es no perder los estribos y llamar directamente al chaval. Hace unos años circuló una versión peor. Era una llamada amenazante con un «tenemos a su hijo» que incluía hasta gritos del supuesto secuestrado (una práctica heredada de países como México o Colombia). Llamaron a más de uno que ni siquiera tenía hijos. Pero el que sí los tenía...

  1. Un pago urgente

    «Le vamos a cortar la luz»

A principio de verano hubo denuncias de establecimientos hosteleros cántabros. Viernes tarde (con los bancos y oficinas ya cerrados) y una llamada. «Hay un impago y les vamos a cortar la luz». Con el fin de semana por delante, sin posibilidad de verificar la situación... Se dieron casos de pagos. Y también, aunque no hay denuncias por ahora aquí, están llamando a particulares con la misma amenaza. Lo más llamativo de estos casos es que a veces tienen parte de sus datos (nombre, DNI, dirección...). Eso, los datos, son algo muy codiciado (hay robos, se venden por internet...). De hecho, hay llamadas («somos tu compañía de la luz») en las que dicen, por ejemplo, que deben devolverle un dinero pagado de más. Acaban pidiendo todo lo que les falta (en este caso no solicitan dinero directamente) y el asunto puede terminar con un crédito a su nombre. Otro movimiento habitual, aunque no sea una estafa como tal (iría por la vía civil) es de la llamada de algunos 'call center' con políticas agresivas que traspasan lo permitido. «Le llamo de su compañía de teléfono» (sea o no la suya, da igual) y «te lían» para facilitar información y cambiarle de empresa (de móvil, de gas, de luz...). Uno sigue recibiendo el servicio, no ha pagado nada a nadie, pero le han pasado a otra compañía sin saberlo.

  1. Una inversión engañosa

    Un chollo en criptomonedas

Ojo porque desde la Guardia Civil cuentan que con este procedimiento llegaron a estafar a una persona un millón de euros. Aquí en Cantabria. Suele partir de pinchar en un anuncio en redes sociales (seguro que les ha saltado alguna vez ese de 'la forma en que fulano –un famoso que no sabe que usan su imagen– logró hacerse rico' o similar). Uno muestra interés por una oferta irresistible y luego viene la llamada (generalmente desde un +44, del Reino Unido). «Le invitan a realizar una pequeña inversión inicial, tal vez 250 euros, y le facilitan la opción de darse de alta en alguna plataforma para comprar criptomonedas», explican los expertos de la Benemérita. A partir de ahí, ellos manejan. Lo siguiente será recibir correos con supuestas ganancias llamativas. De esos 250 a 2.000 en poco tiempo. Todo va estupendo, según le cuentan. Tanto que toca hacer una inversión más potente... Ya se pueden imaginar el final. «Los chollos no existen», advierten los expertos (ojo en esta época del año con la venta de pellets para la chimenea a precios de risa, se están dando estafas en Cantabria). Claro que uno puede hacer sus transacciones y sus inversiones (con criptomonedas o con lo que sea), pero dejar que un desconocido a distancia las haga por uno no suele salir bien.

  1. En nombre de un superior

    «Sí, págalo, que tu jefe ya sabe»

Uno de los que estos días han destacado desde la Policía Nacional como advertencia. Llaman a un empleado de un establecimiento (un bar, un comercio...) o una pequeña empresa y se hacen pasar por un trabajador de algún organismo (Hacienda, Sanidad, Seguridad Social...) o de una compañía de paquetería o logística. Le dicen que debe pagar por un trámite urgente o por recibir un envío y que su jefe está al tanto (saben su nombre, sus datos, lo que genera confianza). Que es el jefe el que apremia a que se haga el pago (con dinero de la caja). Le dirán que está allí mismo con ellos (con el que llama), que han hablado con él justo antes, ocuparán los teléfonos para que no pueda contactar... Meterán prisa porque, de no pagar, habrá algún problema en el negocio (harán sentir al empleado que se puede meter en un lío) y le indicarán que compre tarjetas de prepago (ya es un motivo para sospechar) en un estanco o en un supermercado con códigos de activación que se envían al momento con fotos. Eso, o que haga un ingreso en un cajero determinado que ellos indiquen.

  1. Uno de los clásicos

    El técnico que usted no pidió

De los más clásicos, pero se sigue dando (y especialmente a través de engaños a personas mayores). La Policía sigue recibiendo denuncias por casos así. Llaman por teléfono al domicilio y se presentan como trabajadores de la empresa suministradora de luz o gas. Cuentan que están en campaña de promociones por la zona, que van a hacer una devolución económica o que van a arreglar algún problema técnico. De hecho pueden decir también que son de una empresa de fontanería o que tienen que pasarse a hacer algún cambio en la antena de televisión. Y empiezan a hacer preguntas: cuántas personas viven en casa, horarios, rutinas, datos... Pueden quedarse en eso (haber conseguido datos o números de cuenta) o pueden, efectivamente, pasar por el domicilio tras concertar una cita. El arreglo en cuestión acaba en robo, en estafa o en engaño (últimamente se están dando llamadas de empresas con ofertas para cambiar bañeras por platos de ducha). Desconfíe de la llamada de un técnico que no pidió.

  1. Ofertas de empleo

    «Sólo tienes que dar 'like'»

Uno recibe por mensaje (también se hace por redes sociales) una oferta de teletrabajo procedente de un presunto empleado de una empresa de Recursos Humanos que busca gente. Es una tarea «muy sencilla». Tanto que sólo tendrá que dar 'like' (me gusta) a contenidos en redes, valorar de forma positiva aplicaciones o visitar páginas web. Y le pagarán por ello. Sólo tendrá que hacer unas pequeñas inversiones que, de entrada, le devuelven con beneficios. Es tan fácil que la inversión sube («llegando incluso a superar los miles de euros», advierte la Policía Nacional). Con el pago más elevado ya no vuelve a haber contacto. Vinculado a empleos, últimamente están llamando por teléfono (está pasando en toda España y también en Cantabria) con una grabación que empieza diciendo: «Hemos recibido tu currículum». Se hacen pasar por un portal de búsqueda de empleo y una voz de mujer explica que están interesados en tu perfil. Muchos cuelgan porque ni siquiera han enviado su currículum, pero el que está en el paro... Después dan un teléfono para seguir la conversación por Whatsapp. Mal asunto.

  1. El problema que nunca acaba

    El chantaje del porno

La llamada es para alguien que ha visitado páginas web de contenido pornográfico pinchando en algún acceso a un portal de contactos sexuales. Un supuesto empleado de esa plataforma le reprocha, con amenazas, que ha «estado molestando a las chicas» o que les ha hecho «perder el tiempo». Pide dinero y, según avanza la conversación, va a más. Porque, si detecta el miedo (el nerviosismo), puede decirle incluso que es de una mafia y enviar fotos «de gran crueldad». «Esto es lo que puede pasarte...». Las víctimas pagan y creen que así zanjan el problema. Pero las llamadas se repiten para que siga pagando. Cuelgue, no haga caso y ni se le ocurra pagar nada.

  1. Incluso con SMS previo

    «Somos de su banco»

Le llaman y le dicen que son del banco, que hay un problema con su cuenta (que ha sido bloqueada) o que se está tratando de hacer una transferencia sospechosa. Ellos le dirán que quieren asegurarse de que todo está en orden. Buenas intenciones. Lo camuflan bien porque, en ocasiones, previamente han mandado un SMS que consiguen que se inserte en el hilo de los de su entidad bancaria. O sea, que parece verdadero (también son capaces de hacer que en nuestra pantalla aparezca que el teléfono desde el que llaman sea el del banco, aunque no sea así). Uno cree que está parando una estafa y, muy al contrario, acaba dando unos códigos enviados al móvil con los que los delincuentes pueden hacer una transferencia. Si le llaman, cuelgue y llame usted a su banco (al número de verdad, no remarcando ese) o acuda a su oficina habitual.

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