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Cantabria y La Rioja compiten en la carrera de la alta velocidad, pero no por llegar las primeras a la meta, sino por no ser los últimas. Y ambas comunidades, las únicas que en este momento no tienen en su territorio ni siquiera obras ... del AVE en marcha -ya no líneas en funcionamiento-, están muy igualadas en esta particular lucha de territorios rezagados. Muy a su pesar. En los dos casos existen proyectos para conectar sus respectivas capitales con la Meseta, pero aún no hay fecha prevista para el viaje inaugural. Si se cumplen las previsiones del Ministerio de Transportes, en algún momento aún imposible de determinar se repetirá en la estación de Santander la misma escena que se vio ayer en Oviedo, la de las autoridades dando por inaugurada una conexión Madrid-Asturias que agudiza aún más el aislamiento de Cantabria en el mapa de la alta velocidad.
Con los números en la mano, ni siquiera Extremadura, que ha convertido sus problemas ferroviarios en producto tan típico de la tierra como el jamón ibérico o las cerezas del Jerte, está tan atrasada como Cantabria. Allí ya se ha puesto en marcha la línea Badajoz-Mérida-Cáceres-Plasencia, que aunque no es estrictamente un AVE -está en proceso de transformación- sí cuenta con un tren de altas prestaciones. Además, hay obras de alta velocidad entre Plasencia y el límite con Castilla-La Mancha, que después se extenderán hasta Toledo. En el caso cántabro, las máquinas también trabajan en la futura línea que conectará Santander con Madrid en tres horas, pero lo hacen únicamente en los tramos palentinos porque el Gobierno de España aún no ha concretado cuándo va a licitar los 43 kilómetros que separan Alar del Rey de Reinosa. Y a partir de la capital campurriana hasta la costa los trenes podrán circular más rápido que ahora gracias a las mejoras que se están realizando ya en la vía, pero a través de una plataforma ordinaria.
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Entre Palencia y Reinosa hay 122 kilómetros de distancia y el coste para las arcas públicas de unirlas a través de una línea del AVE será de alrededor de 1.200 millones de euros (unos 400 en los tramos ya en marcha hasta Alar del Rey y los 800 restantes de ahí en adelante, ya con una orografía más complicada propia de Cantabria). Es menos de un tercio de los casi 4.000 millones de euros que ha costado el recorrido inaugurado ayer por Felipe VI y Pedro Sánchez, los 50 kilómetros que van desde La Robla (León) hasta Pola de Lena (Asturias), a los que más adelante se unirá la mejora de la actual línea hasta Oviedo, Gijón y Avilés.
El tramo asturleonés está formado por doce túneles y diez viaductos que han permitido superar la cordillera, con una Variante de Pajares subterránea a lo largo de 25 kilómetros que se ha convertido en una de las obras de ingeniería más complejas de Europa. Un proyecto que, aunque sí que ha recibido una gran inyección económica, también ha soportado retrasos. Las obras ayer inauguradas comenzaron hace dos décadas y tenían que haber estado hechas en 2011.«Somos conscientes de que ni la dificultad técnica ni la orografía justifican retrasos ni dilaciones. Quien no quiere hacer algo busca excusas y quien quiere hacerlo busca soluciones», defendió ayer el presidente Sánchez en la inauguración en Oviedo.
Se refería al AVE asturiano, pero la reflexión sirve también para el AVE cántabro. De hecho, citó expresamente a Cantabria cuando habló de los próximos hitos de España en alta velocidad. A los 65.000 millones de euros invertidos en las últimas tres décadas en todo el país -ya hay abiertos 4.000 kilómetros en 30 provincias-, Sánchez recordó que se sumarán en los próximos años otros 9.000 millones en Cantabria, País Vasco, Navarra y Extremadura. Por cierto, que no habló de los compañeros de carrera riojanos.
Palencia-Palencia Norte-Amusco Son 22 kilómetros y la obra comenzó en octubre de 2021 por 104,2 millones.
Amusco-Osorno El tramo suma 21,9 kilómetros y la obra está en marcha desde julio de 2021 por otros 80 millones.
Osorno-Calahorra de Boedo 20,7 kilómetros de longitud y las obras de ejecución se adjudicaron por 93,5 millones.
Calahorra de Boedo-Alar del Rey El tramo, de 13,7 kilómetros, ya ha sido contratado por Adif por 109,3 millones.
Alar-Reinosa Los tramos cántabros (43 km) van más lentos. En abril se aprobó el estudio informativo y no hay fecha para una obra de 800 millones.
Desde la comunidad autónoma, el Gobierno cántabro tiene otra lectura. «No nos preocupa que nuestros vecinos tengan las infraestructuras que se merecen, todo lo contrario. No se trata de hacer frentismo. ¡Qué sana envidia que después de muchos años de espera puedan disfrutar de alta velocidad con Madrid! En cambio, nosotros, no tenemos ni fecha orientativa», señala la presidenta, María José Sáenz de Buruaga, que considera «gravísimo el maltrato y abandono» de Sánchez a Cantabria. «No sé si los asturianos tenían 'papeluco', pero está claro que les ha ido mucho mejor que a nosotros», insiste la líder del PP, que se marca el objetivo de que los cántabros sean «tan ciudadanos de primera como los demás» y caiga el muro con el que la región se ha dado hasta ahora cuando reclamaba al Estado.
«Ayer estábamos con las mismas carencias que hoy y serán las mismas por mucho tiempo», apunta Enrique Conde, presidente de CEOE-Cepyme, convencido de que la conectividad es un factor esencial en la prosperidad de un territorio y en la competitividad de sus empresas. «Lo que vemos es que nuestros vecinos, que son también nuestros competidores en la atracción de inversiones y proyectos, están en mejor posición. La diferencia con nuestros vecinos en cuanto a competitividad es cada vez mayor y no nos lo podemos permitir», concluye.
En esa misma línea se pronunciaba ayer el presidente de la Cámara de Comercio, Tomás Dasgoas: «Ya no es el AVE, es todo el problema con el resto de infraestructuras, que nos afecta a nivel social (a los viajeros) y a nivel empresarial». Habla de la necesidad de que La Pasiega cuente con la estación intermodal o la conexión al Corredor Atlántico. Porque Cantabria no está en este momento dentro de ese corredor y, aunque previsiblemente contará con alta velocidad, esa línea no servirá para mercancías, como en Asturias. En cualquier caso, cree que el AVE asturiano «evidencia que nos volvemos a quedar atrás. Un agravio más. El Gobierno de Cantabria nos ha vendido un discurso que se ha quedado en eso. Otros con más trabajo y menos palabras han conseguido más».
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