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Cabify desembarcó ayer en Santander con el anuncio de una colaboración pionera con el sector del taxi. La capital cántabra se convierte en la primera ciudad española en la que, a través de su aplicación móvil ('app'), se puede solicitar este servicio. Y sólo ... ese, porque de momento no está disponible ningún VTC «y se desconoce si llegarán o cuándo lo harán», aseguran desde la compañía. La afirmación de que ambas corporaciones se integran en la ciudad, sin embargo, no ha sentado bien a los taxistas. El presidente de Radio Taxi, Manu Andoni Ruiz, no se corta en asegurar que «es un engaño en toda regla».
«Lo primero que queremos desmentir es que exista algún acuerdo con el sector. No se ha firmado nada con Cabify. Por lo que hemos podido saber, son exclusivamente dos vehículos los que utilizan la 'app', y ambos están relacionados con una empresa de VTC», sentencia Ruiz. Desde la empresa española no se han pronunciado respecto al número de coches que usan su plataforma en la región «porque es un tema sensible», comentaba el presidente de Cabify Europa, Mariano Silveyra, en una entrevista en la Cadena Ser Santander. «Son acuerdos individuales con algunos de ellos. Iremos incorporando más y hablando con las asociaciones», apuntó. Aseguraba también que muchos pintan el tema «como una guerra» y que esa afirmación «está lejos de la realidad». «Gran parte de los taxis no tienen problema y quieren ofrecer sus servicios a través de las nuevas tecnologías».
Solicitud A través de la aplicación. Al pedir un taxi con la aplicación de Cabify debe anotarse el destino. En la pantalla aparece el precio aproximado.
Tiempo 20 minutos. El taxi llegaba desde el centro de Santander y tardó más de lo esperado. En la pantalla se observa el recorrido del vehículo por el mapa en todo momento.
Coste 8,85 euros. A pesar de la espera, el taxímetro comienza a contar cuando el cliente se sube al coche, lo que reduce el precio del trayecto.
Pago En mano. Aunque los VTC de Cabify se pagan a través de la aplicación, los taxis deben pagarse en mano. Igualmente, llega el recibo al correo electrónico del cliente.
Solicitud Por teléfono. A través de una llamada, se solicita el servicio al operador. Sólo es necesario especificar el lugar donde está el cliente.
Tiempo Tres minutos. El vehículo tardó muy poco tiempo en llegar. Al existir muchos más coches utilizando este servicio, pudo acercarse el que más cerca estaba.
Coste 10,29 euros. 1,44 euros más que a través de la 'app'. La diferencia fundamental está en que el taxímetro, en este caso, corre desde que se llama y no desde que el usuario se sube.
Pago En mano. El pago se realiza de la misma manera, en mano al taxista. En este caso, el cliente que quiera una factura debe solicitarla.
Cabify asegura que su llegada a Santander «se barajaba desde hace tiempo» y que parte del sector del taxi «es receptiva a esto». «La gente necesita más opciones de movilidad y nuestra intención es unificarlas todas en nuestra plataforma». Silveyra considera que «en algunos meses» llegarán los VTC a la ciudad y convivirán con el resto de medios de transporte. «También habrá servicios de moto eléctrica y de patinete. Cuantas más alternativas para el usuario, mejor. Los usuarios podrán elegir: a veces la más barata, otras la más rápida... Lo que pretendemos es combatir el uso del vehículo privado en la medida de lo posible», concluye Silveyra.
Manu Andoni Ruiz | Presidente de Radio Taxi
Una visión que no comparte en absoluto Ruiz, quien asegura que a los taxistas «no les interesa unirse a la plataforma» y que, aparte de los dos que hay, «ninguno más colaborará. Ya tenemos aplicaciones móviles propias. En Cantabria funcionan dos, PideTaxi y TeleTaxi, que entre ambas cuentan con una flota de 230 coches en Santander. Ofrecen el mismo servicio que la 'app' de Cabify, aunque la suya es de peor calidad porque el tiempo de espera, al contar sólo con dos vehículos, es superior».
Más allá de las diferencias entre el discurso de Cabify y el del sector del taxi, El Diario Montañés ha querido comparar los dos servicios para conocer en qué flaquea y en qué destaca cada servicio. La aplicación de la empresa recién llegada a la región es intuitiva y cómoda, aunque pedir el coche a través de ella es menos rápido que hacer una llamada. La 'app' geolocaliza al usuario, que tiene que seleccionar cuál es su destino. La petición se traslada a los conductores más cercanos, a los que aparece un mensaje en sus pantallas avisándole del recorrido que quiere realizar el cliente. Son ellos quienes deben aceptarlo. Al mismo tiempo, el usuario ve cuál será el importe aproximado de la carrera y, una vez aceptado por el taxista, se puede ver en pantalla el recorrido del coche por el mapa y los kilómetros que le faltan para recoger al cliente.
Mariano Silveyra | Presidente de Cabify Europa
En el trayecto entre la avenida Parayas y la plaza de Italia, la aproximación del precio se situaba entre los nueve y los once euros. El taxi se encontraba a dos kilómetros y medio de la avenida Parayas, en el centro de Santander, y tardó aproximadamente veinte minutos en llegar. La pequeña cantidad de coches disponibles en la aplicación impide que exista fluidez en ese aspecto. Pese a la espera, el taxímetro comienza a correr cuando el cliente se sube. El importe inicial ronda el euro y medio. Una vez en el vehículo, el conductor ya sabe cuál es el destino porque también tiene instalada la aplicación. El camino discurre con normalidad y, al llegar a El Sardinero, el importe tuvo que entregarse en mano. 8,85 euros, cantidad por debajo de la estimación. El conductor teclea el importe en la aplicación y pulsa la opción de finalizar el viaje. A continuación el usuario recibe un 'email' con toda la información: dónde fue recogido, dónde se bajó, los horarios, la duración del viaje y el importe.
Pedir un taxi a través de una llamada telefónica es más rápido. A través de un operador se solicita la ubicación donde el taxista tiene que recoger al cliente. El taxímetro comienza a correr desde que el conductor comienza a dirigirse a la dirección indicada. Cuando llega, está cerca de los tres euros. Aunque sólo ha tardado tres minutos en aparecer. El trayecto se desarrolla igual y, al llegar al destino, el pago asciende a 10,29 euros. La diferencia se justifica con el momento en el que el taxímetro comienza a correr. ¿Cuál es la mejor opción? Dependerá de las prioridades del consumidor: la rapidez o la economía.
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