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De los más de 170 pasajeros que el pasado viernes se quedaron sin vuelo de retorno a Santander tras la cancelación del vuelo de Ryanair programado entre Marrakech y la capital cántabra, cinco siguen en la ciudad marroquí tratando de conseguir una solución para volver ... a España.
Dos jóvenes cántabras se han puesto en contacto con este periódico para transmirtir el abandono que sufren por parte de la compañía tras dos días de incertidumbre en los que han tenido que montar guardia en las instalaciones del aeropuerto de Marrakech. «Esto es surrealista. Ayer hemos estado 12 horas en el aeropuerto sin que nadie supiera nada, todo el mundo se desentiende... No nos han dado nada de comer ni de beber. Ayer nos alojaron en un hotel de cinco estrellas y eso por lo menos estuvo muy bien, pero hoy nos hacen desalojarlo a la 12 de la mañana y tenemos que buscarnos la vida porque en principio nuestro vuelo a Santander hasta mañana no sale. Y esperamos que no esté cancelado, porque tampoco nos dicen a ciencia cierta si es posible que volemos o va a haber algún problema. Llamamos a la embajada, que está en Casablanca y tampoco nos ofrecen mucha ayuda...».
Son las últimas del numeroso grupo de viajeros que han tenido que lidiar con la cancelación del vuelo del pasado viernes. El resto de pasajeros o bien han pagado a precio de oro vuelos a otras ciudades -un matrimonio vasco pagó pasajes a 500 euros por persona hasta Valencia- o han ido siendo reubicados a cuentagotas en otros vuelos a España. La joven cántabra Bárbara Polanco y la amiga con la que ha realizado el viaje son de los últimos pasajeros por encontrar una solución.
«Ahora mismo sólo quedamos cinco chicas aquí. Al resto de gente la han ido metiendo ayer en vuelos que iban saliendo. Les llamaban a última hora y les decían que cinco en un, otros cinco en otro... Nosotras hemos dejado que las familias con niños y la gente mayor fueran primero. Ayer a última hora tenían un vuelo a Sevilla en el que había plazas pero no nos quisieron meter porque Ryanair no les contestaba, y como necesitaban su aprobación aquí nos hemos quedado. Así que estamos tres chica de veinte años del País Vasco y nosotras dos, que somos de Cantabria».
Hoy se enfrentan a otra maratoniana jornada en el aeropuerto de Marrakech, donde la atención por parte de Ryanair ha brillado por su ausencia. Cuentas las afectadas que en el momento en que se supo que el vuelo se había cancelado, el punto de atención de la compañia irlandesa se quedó vacío. Ahora sólo les queda esperar a mañana confiando en que la compañía cumpla su palabra y puedan volar por la tarde hasta Santander. Pero no las tienen toda consigo. Hasta que no hayan embarcado en el vuelo, no darán por terminada la desagradable odisea que han vivido.
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