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María Jesús Susinos (Santander, 1968) llegó hace solo dos meses a la Consejería de Desarrollo Rural con la misión de enderezarla tras un año catastrófico con Pablo Palencia al frente. «Pisa el acelerador» le pidió la presidenta de Cantabria, pese a un escenario que no ... le era muy favorable: los daños del lobo, las enfermedades del ganado, el encarecimiento de las materias primas, la evolución a la baja de las explotaciones ganaderas... Pero lo primero a lo que se ha enfrentado la exdiputada y exalcaldesa de Entrambasaguas ha sido a una Consejería rota por la gestión interna del último año.
–¿Tan mal se habían hecho las cosas como para cesar al consejero cuando solo llevábamos un año de legislatura? ¿Qué Consejería se ha encontrado?
–Me he encontrado mucho trabajo por delante porque es una Consejería muy amplia y muy compleja. Nuestros ganaderos están pasando, además, por una situación complicada y tienen muchos problemas. Por eso he tenido que priorizar la gestión de las ayudas. Así me lo han pedido ellos en las reuniones que hemos mantenido con todos los sectores. Yo no sé exactamente si se había hecho algo mal antes de mi llegada o no. Lo que la presidenta me encarga es que pise el acelerador para resolver muchas cuestiones pendientes y que era necesario sacar adelante. No voy a entrar en lo que se hizo o no se hizo antes porque yo no estaba aquí y no puedo hablar de ello.
–¿Es buena o mala noticia para Cantabria que Teresa Ribera, promotora y defensora de la protección del lobo, haya sido nombrada vicepresidenta de la Comisión Europea?
–Es la peor de las noticias. La decisión que tomó la ministra de proteger al lobo ha sido una de las que más daño ha hecho a nuestro sector primario. Es una de las personas que más ha dado la espalda a nuestros ganaderos. Nosotros teníamos una póliza de seguros para daños del lobo de 1,3 millones de euros, pero con el incremento de los ataques y de la muerte de animales hemos tenido que contratar una póliza de 2,8 millones. Es un daño económico tremendo. Así que sí, la noticia de su nombramiento es malísima para Cantabria.
–¿Le llegó a contestar a la carta en la que le invitaba a Cantabria para conocer sobre el terreno los daños del lobo?
–Ella no, me recibió en Madrid el secretario de Estado Hugo Morán. Le trasladamos la situación tan crítica que vive el sector ganadero en Cantabria y le dijimos que en breve remitiríamos el censo de lobos que acabamos de elaborar: un incremento de más del 90% de ejemplares en la última década. En 2012 existían doce manadas en la región, ahora hay 23. Esto se traduce en que hay más de 200 lobos. Ahora en diciembre vamos a mandar esta información a Madrid para cumplir, así, los criterios que establece el Ministerio para solicitar extracciones.
–Es cierto que ese censo era la condición indispensable del Estado para solicitar permisos de caza de lobos, pero después de la negativa de Pedro Sánchez a rebajar la protección, ¿confía en que el Ministerio permita esas extracciones o que haya un cambio de postura que vaya en línea con Bruselas?
–No, no tengo ninguna confianza después de la negativa rotunda de Sánchez a la salida del lobo del Lespre. Así que la única solución viene por el cambio de gobierno en Madrid. Mientras siga él en Moncloa no lo va a hacer, diga lo que diga Europa o los datos oficiales. Es una decisión completamente electoralista.
–¿Si el Ministerio no aprueba la caza de lobos se atrevería a autorizarlas usted y arriesgarse a querellas, como le ocurrió la pasada legislatura al exconsejero Guillermo Blanco?
–Nosotros vamos a seguir la vía que marca la ley. Mandaremos el censo del lobo antes de que finalice este año; haremos el nuevo plan de gestión porque el anterior acaba su vigencia ahora, y solicitaremos al Ministerio extracciones. Al secretario de Estado ya le trasladé que sí o sí vamos a pedirlas porque cumplimos el requisito de daños sufridos. Y si no nos las conceden, será el juzgado el que diga si podemos hacerlas o no.
–Entonces, ¿pedirán a un juez autorización para poder cazar lobos si el Estado se niega?
–Sí, lo llevaríamos a los tribunales en ese caso. Tenemos que tirar hacia adelante porque es lo que nos piden los ganaderos y porque cumplimos los requisitos del Ministerio para las extracciones. Y si nos informan desfavorablemente, lo harán por un criterio totalmente ideológico o electoralista, no sé cómo denominarlo, pero no en base a los datos del censo de lobos elaborados por empresas solventes recomendadas por el propio Ministerio. Esas cifras de ejemplares y daños son objetivas, no nos las hemos inventado.
–El Gobierno no solo ha duplicado los fondos para los daños del lobo, también financiará íntegramente los efectos de la enfermedad epizoótica, dará ayudas por los daños a las patatas de Valderredible, millones en subvenciones anuales a ganaderos... ¿Un sector entero que necesita constantemente del dinero público para sobrevivir está condenado a desaparecer?
–No es que tengan que vivir de nuestras ayudas, sino que sufren problemas puntuales que se van sumando a la situación complicada que ya viven. Desde luego que tenemos que colaborar con nuestros sectores primarios porque son primordiales para Cantabria. Necesitan ayudas para continuar adelante, para poder enfrentar todas estas situaciones nuevas que están sucediendo y que les ponen en una posición muy crítica, medio agónica. Lo estamos viendo con el lobo. Muchos ganaderos nos están transmitiendo que les dan ganas de dar el cerrojazo porque están en una situación complicadísima.
–Una de las últimas ayudas concedidas ha sido de 600.000 euros a los productores de sobaos por la subida del precio de la mantequilla...
–No ha sido por eso. El sobao pasiego es un producto que tiene el sello de calidad IGP y tenemos que cuidarlo y protegerlo porque llega más allá de nuestras fronteras. La ayuda que se ha dado a los trece productores de la marca IGP ha sido por las dificultades que están pasando, pero no por la subida del precio de la mantequilla. Es algo excepcional y extraordinario que se les dará en función de los kilos de producción de sobao durante el último año. El problema de la mantequilla va aparte.
–¿Y en ese caso no es mejor colaborar con ellos para que, por ejemplo, creen una cooperativa para hacer su propia mantequilla y no ser esclavos de las subidas del precio?
–Ahora mismo, en Cantabria, se produce muy poca mantequilla. Es de muy buena calidad, pero completamente insuficiente para lo que necesitan nuestros trece productores de IGP. Efectivamente, la solución pasa por producir mantequilla en cantidad suficiente aquí. Y ya se están dando los primeros pasos en ese sentido.
–Cantabria ha perdido desde 2001 al 78% de sus ganaderos de leche. La producción ha disminuido el 20% entre ese año y 2023. ¿Esto se puede revertir o estamos abocados a que el sector se concentre en un puñado de grandes productores?
–Los datos están ahí y no se pueden negar, pero cuando voy a las ferias de ganado veo mucha gente joven con ilusión que quiere vivir en los pueblos y dedicarse a la ganadería. También tenemos solicitudes de mucha gente que necesita modernizar sus instalaciones. Nuestro trabajo tiene que ir por ahí, por ayudarles a que tengan todas las condiciones para desarrollar esa tarea. En Cantabria tenemos un problema grande de despoblación y nuestra misión es conseguir que tengan servicios para poder fijar población en el territorio.
–Pero si no hay relevo generacional y los precios siguen cayendo, ¿qué capacidad tiene el Gobierno de Cantabria para revertir la desaparición de los pequeños y medianos productores? ¿Está en su mano?
–Ojalá tuviéramos la varita mágica para solucionar ese problema, pero no depende solo de nosotros. Eso sí, haremos todo lo que esté en nuestra mano para fijar a la gente en el territorio y ayudarles todo lo que podamos.
–¿Hay derrotismo entre los ganaderos cántabros?
–La gente está pesimista porque ven como cada noche su ganado desaparece por el lobo, se les mueren las vacas por la enfermedad hemorrágica... Y, además, están enfadados porque pasan más tiempo haciendo papeleo que en el campo. La PAC es excesivamente burocrática, muy farragosa, te exige muchísima documentación y unos conocimientos extraordinarios que, lógicamente, exceden a los ganaderos. La ley de Simplificación Administrativa de este Gobierno va en el sentido de facilitarles toda esta tramitación.
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