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No llueve. El invierno está siendo realmente seco. Lo dicen los registros históricos, pues las precipitaciones han sido un 36% inferiores a la media en los últimos cuatro meses. A escala nacional ya se teme la llegada de cortes de agua en algunos territorios, como ... en Girona y en la mayor parte de la cuenca del Guadalquivir, donde están a punto de que lleguen las restricciones. En el norte el campo aguanta mejor. Sobre todo porque la tierra aún guarda la humedad que dejaron las grandes precipitaciones de finales del pasado año, cuando los torrentes inundaron varias poblaciones; pero no queda mucho margen. «Si no llueve en veinte días», dicen los agricultores, «tendremos problemas».
Los cultivos de invernadero, con riego artificial, sobreviven mejor a estos caprichos de la naturaleza. Sufren más las lechugas, repollos y berzas que crecen al aire libre. «La tierra está aún húmeda porque a estas alturas del año, con el frío, no hay evaporación. Y como llovió tanto en diciembre, aún queda agua. Lo malo vendrá si continúa sin llover dentro de dos semanas, cuando empiecen las buenas temperaturas y se supone que los cultivos crecerán con fuerza», augura Ignacio Parra, responsable de Hortalizas La Colina, en Gama. Y hay otro inconveniente, el frío: «Lo peor están siendo las heladas. Eso sí que se está cargando el género», detalla.
Todo es consecuencia de lo mismo. Si no llueve es por la presencia del tiempo anticiclónico que trae las heladas en la madrugada. «El hielo lo maltrata mucho, quema todo en superficie y al final tiene un aspecto envejecido, malo. Y como seguimos comprando con la vista, es un gran problema», razona este agricultor.
En el interior de la región, con clima más continental, la situación se acentúa más. José Santos Ruiz cultiva patatas en Valderredible: «Ahora todavía aguantamos, aunque tanta helada es perjudicial. Pero estamos empezando a pensar ya en la primavera y en lo que habrá que plantar. Y si no llueve de aquí a veinte días...», avanza.
Una consulta a los expertos no trae buenas noticias. Desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Cantabria se avanza que el mes próximo continuará siendo menos lluvioso que la media. «Este enero ha sido el más seco desde 1961 en la región. También ha sido más frío de lo normal, con una temperatura media regional de 5,9 grados centígrados. Y la previsión del modelo europeo para el próximo mes es que continuará siendo bastante seco; aunque habrá pequeños episodios de lluvias como el que está previsto para este fin de semana», señala José Luis Arteche, delegado en Cantabria del organismo estatal.
Por ahora, el embalse del Ebro, testigo fiel de la situación hídrica de la región, se mantiene en el 65% de su capacidad con 352 hectómetros cúbicos. Los ríos tampoco están especialmente famélicos. Están aguantando también este largo periodo sin lluvias. Y el campo está aún empapado de los torrentes que llegaron en diciembre. «Lo notamos en los montes, porque con este tiempo soleado habríamos tenido muchos más incendios si el suelo no estuviera aún muy húmedo», señalan fuentes de la Consejería de Medio Ambiente.
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