El lobo atacó a 1.356 cabezas de ganado el año pasado en 55 de los 102 municipios de Cantabria
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El Gobierno rechazó 69 de las 782 solicitudes de indemnización que tardó en abonar a los ganaderos más de tres meses de mediaEl lobo sigue ajeno a la polémica que ha suscitado la prohibición de su caza. Como animal silvestre que es, va a lo suyo. Trata de alimentarse sin tener en cuenta las consecuencias que su apetito produce. Quienes no le pierden de vista ... son los ganaderos que sufren los efectos de su voracidad. Sólo el año pasado causó daños en 1.356 cabezas de ganado repartidas por más de la mitad de los municipios de la región. En concreto, en el 54% de ellos: 55 de los 102. La cifra se eleva hasta las 4.018 reses si se contabilizan las cifras de los tres últimos años, que afectaron a 59 territorios diferentes.
Los datos fueron facilitados por el consejero de Ganadería, Guillermo Blanco, en respuesta a una pregunta parlamentaria del Grupo Popular. La diputada María José González Revuelta le interpeló por el número de ejemplares ovinos, caprinos, equinos y bovinos que habían sido afectados en cada ayuntamiento de la región. Camaleño encabezó la clasificación el año pasado con 180. El municipio lebaniego registró 127 ataques a ovejas, 31 a cabras, 12 a caballos y 10 a vacas. Le sigue la Hermandad de Campoo de Suso y Valdáliga, con 70 y 73 menos, respectivamente. Blanco facilitó una extensa respuesta escrita en la que desgranó de forma pormenorizada los daños producidos. Eso sí, explicó que «los datos de 2020 son provisionales porque todavía llegarán reclamaciones y deben valorarse antes de que se consideren daños producidos por el lobo». Por tanto, la cifra final aún podría aumentar.
Camaleño también lidera el ranking si se tienen en cuenta los números conjuntos de 2018, 2019 y 2020. En este periodo sufrió daños en 538 cabezas de ganado. La Hermandad de Campoo de Suso le siguió con 492 y tercero fue Rionansa con 256. Entre los 59 municipios que registraron ataques, doce superaron el centenar de cabezas atacadas, otros doce sumaron entre cincuenta y cien y 35, entre una y cincuenta.
El interés por conocer el estropicio económico que acarrea a los ganaderos llevó al Grupo Mixto a preguntar al consejero de Ganadería en el Parlamento el número de solicitudes de indemnización recibidas el año pasado y el anterior. Blanco especificó por escrito que ascendieron a 1.068 en 2019 y 782 en 2020. 1.850, en total: 463 ovejas, 123 cabras, 675 caballos, 581 vacas y otros 8 animales sin especificar. Del número de peticiones recibidas, la Administración rechazó 142: 73 en 2019 y 69 en 2020.
En la batería de preguntas, el diputado Cristóbal Palacio también pidió que se especificara el periodo medio que un ganadero tarda en cobrar las indemnizaciones establecidas desde que presenta la solicitud. El Ejecutivo, según respondió Blanco, tardó de media «167,54 días» en 2019. Es decir, casi cinco meses y medio. En 2020, «95,69 días»; más de tres meses. Para explicar la tardanza, la Administración argumentó que «las diferencias entre las anualidades se deben a que en 2019 entró en vigor el nuevo contrato del seguro adjudicado en concurso público a una compañía diferente del contrato anterior, lo que provocó un retraso en la tramitación de los expedientes que debían ser abonados por el anterior y también, aunque de menor entidad, por el tiempo necesario para adaptarse a la operativa por parte de la nueva compañía».
Pero ese no fue el único motivo esgrimido por el consejero. «El rango de variación tiene que ver en la mayoría de los casos con el retraso en la entrega de la documentación necesaria por parte del solicitante y, con mucha menor frecuencia, por la necesidad de contar con informes complementarios por parte del agente del Medio Natural», respondió Blanco.
Cuando un animal silvestre mata ganado, incluido el lobo, es el Gobierno regional el que por ley debe correr con los gastos. El importe a sufragar lo establece un baremo de tasación que fue actualizado el 30 de diciembre de 2019. Hay diferentes tipos de importes en función de si los animales tienen o no inscripción genealógica. Se paga más si disponen de ella. También hay diferencia entre las razas y las edades.
Así, en las vacas, la indemnización oscila entre los 400 y los 2.000 euros para las reses sin genealogía y de 700 a 2.500 con ella. Los mejor pagados son los toros sementales de más de 18 meses (2.500 euros). Los caballos, entre 500 y 1.800 euros sin inscripción y entre 500 y 2.500 con ella. Las ovejas y las cabras están tasadas por igual: 120 euros el cordero o cabrito, 260 la hembra adulta y 200 el semental. Si tienen inscripción, 130, 200 y 300 euros, respectivamente. La tabla también contiene otros animales como asnos y mulas (entre 300 y 600 euros), gallos pedreses (45 euros), gallinas pedresas (20 euros), gallos (30 euros), gallinas (10 euros), pollos (5 euros), patos (10 euros), ocas y pavos (20 euros) y conejos (10 euros). La normativa también establece que se indemnizarán «los gastos veterinarios y de medicamentos para los animales heridos, previa presentación de las facturas originales firmadas por un veterinario colegiado».
Pero la Administración no centra únicamente sus recursos en enmendar, al menos en parte, el estropicio económico generado por el lobo. También destina recursos a subvencionar diferentes medidas para prevenir sus ataques. Así lo establece la orden que fija las bases reguladoras que ha estado en fase de consulta pública hasta el pasado 6 de abril, porque los anteriores baremos datan de junio de 2016. El objetivo de esta revisión, según el Ejecutivo, es «la necesidad de mejorar» las actuales bases reguladoras y «simplificar, agilizar y dar uniformidad al proceso administrativo, así como adecuar las actividades subvencionadas». Estas ayudas, además de para el lobo, están pensadas para el oso.
En lo que respecta a los cánidos salvajes, la Administración subvenciona el mantenimiento de perros mastines para el cuidado de cabras y ovejas, con 300 euros por perro y un máximo de cinco ejemplares: un mastín para explotaciones de cabras y ovejas de entre 50 y 150 cabezas, un mastín por explotación de vacas de entre 15 y 50 ejemplares y un mastín más por cada 50 cabezas de más de ganado ovino o caprino y por cada 25 de ganado bovino. Además, la construcción de cercados para la defensa de cabras y ovejas está subvencionado con hasta 3.000 euros. Entre los requisitos de obligado cumplimiento se dice que sólo podrán beneficiarse de esta ayuda las personas físicas o jurídicas que sean titulares de la explotación.
El Boletín Oficial de Cantabria publicó el pasado 27 de enero el resultado de la tramitación de las subvenciones solicitadas el año pasado. En total, 143 ganaderos y apicultores de la región que se repartieron 88.867 euros. Las cantidades oscilaron entre los 300 euros de la cuantía más pequeña hasta los 3.000 euros de la más cara.
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