El lobo provocó 1.308 ataques hasta julio y daños al ganado por 680.000 euros

Para demostrar que el problema persiste mientras el Gobierno central se niega a dar marcha atrás a la medida, la Consejería ha dado a conocer que el lobo ha provocado más de un millar de ataques en el primer semestre de este año en Cantabria con daños por encima del medio millón de euros. En concreto, ha abierto 1.308 expedientes desde enero y hasta junio, ambos meses inclusivos, de los que 1.163 se han instruido con daño verificado, por un importe total de 680.811 euros.

Del total de estos expedientes, 795 -el 60,7 %- ya se habían enviado al seguro y habían sido abonados (495.876 euros). También hay 239 expedientes enviados al seguro y pendientes de pago por la compañía (8.441 euros) y 129 instruidos que todavía no se han remitido, que representan un montante de 93.932. Por otra parte, hay 12.561 euros pendientes de tramitar por superarse la cuantía de 1.500 en 19 expedientes. Además, se han desestimado 92 expedientes y hay 53 cuya instrucción no ha finalizado.

Se trata todavía de datos provisionales, pero son similares a los de 2023, cuando se tramitaron 2.300 expedientes por 1,48 millones. Estas cifras sí son superiores a los 1.632 de 2022 por valor de 786.199 euros y a los 1.040 de 2021 que sumaron 375.000. En los últimos ejercicios el crecimiento ha sido muy relevante, ya que en 2020 y 2019 no se llegó al millar de ataques ni tampoco se superó el medio millón de euros.

El pago de las indemnizaciones se hace a través de una póliza de seguros contratada por el Ejecutivo para los años 2023 y 2024 por valor de 2,4 millones de euros. No solo cubre los daños del lobo, también la de otras especies salvajes como el buitre, el zorro o el oso, que juntas no llegan al 10% de los ataques anuales. La Consejería recuerda que la entrada de nuevos expedientes «es continua» y el trabajo del personal administrativo y técnico implicado también es «permanente».

Uno de los últimos ataques al ganado tuvo lugar el pasado 15 de agosto en Ruente. El lobo hirió de gravedad a dos yeguas y a un caballo propiedad de Ángel Carlos Terán y uno de los animales no logró sobrevivir. «Ahora mismo me disponía a curar a los otros dos. Si no lo hago yo, se mueren, porque los veterinarios no se preocupan tanto de los caballos como de las vacas», apuntaba ayer el hombre al otro lado del teléfono. No es la primera vez que sufre un ataque. El anterior fue en 2022 y, pese a que oficialmente la demora media es de 39 días, aún no ha cobrado. Este es para él el tercer episodio de este tipo: «Me dicen que soy afortunado porque otros acumulan muchos más».